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El llamado a las familias cristianas SC 227

Necesítanse familias de misioneros que vayan a establecerse en regiones desoladas. Vayan a ocupar regiones no evangelizadas, buenos agricultores, hombres de finanzas, arquitectos, y personas aptas en las diversas artes y oficios, para mejorar las condiciones de aquellas tierras, implantar industrias, prepararse humildes viviendas para sí mismos, y ayudar a sus vecinos.—El Ministerio de Curación, 184. SC 227.3

Dios invita a familias cristianas a que se trasladen en medio de las comunidades sumidas aún en las tinieblas y el error, a fin de trabajar para el Maestro con tacto y perseverancia. Se necesita renunciamiento para responder a tales llamados. Mientras que muchos esperan que toda dificultad haya desaparecido, hay almas que mueren sin esperanza y sin Dios en el mundo. Muchas personas están dispuestas a aventurarse en regiones pestilenciales y sufrir penurias y privaciones por alguna ventaja terrenal o para adquirir conocimientos científicos. ¿Quién está dispuesto a hacer otro tanto para hablar del Salvador?—Joyas de los Testimonios 3:300, 301. SC 228.1

Hay familias enteras que podrían ser misioneras, ocuparse en una labor personal, trabajando para el Maestro con manos afanosas y cerebros activos, ideando nuevos métodos para el éxito de su obra.—Testimonies for the Church 9:40. SC 228.2

Si se estableciesen familias en los lugares oscuros de la tierra, en lugares donde la gente se halla envuelta en lobreguez espiritual, y permitieran que la luz de la vida de Cristo brillara a través de ellas, podría realizarse una gran obra. Comiencen ellos su obra de manera tranquila y discreta, sin requerir el sostén de la asociación hasta que el interés llegue a ser tan extenso que no puedan continuarla sin ayuda ministerial.—Testimonies for the Church 6:442. SC 228.3