Dios nos prueba por los incidentes comunes de la vida. Son las cosas pequeñas las que revelan lo que el corazón encierra. Son las pequeñas atenciones, los numerosos pequeños incidentes y las simples cortesías de la vida, lo que constituye la suma de la felicidad y es el descuido de las palabras bondadosas, animadoras y afectuosas y las pequeñas cortesías, lo que ayuda a constituir la suma de la desventura humana. Al fin se hallará que la abnegación por el bien y la felicidad de los que nos rodean, constituye una gran parte del registro de la vida que se guarda en el cielo.—Testimonies for the Church 2:133. SC 238.3
Vi que en la providencia de Dios han sido colocados en estrecha relación cristiana con su iglesia viudas y huérfanos, ciegos, mudos, cojos y personas afligidas de varias maneras; es para probar a su pueblo y desarrollar su verdadero carácter. Los ángeles de Dios vigilan para ver cómo tratamos a estas personas que necesitan nuestra simpatía, amor y benevolencia desinteresada. Esta es la forma en que Dios prueba nuestro carácter. Si tenemos la verdadera religión de la Biblia, sentiremos que es un deber de amor, bondad e interés el que hemos de cumplir para Cristo en favor de sus hermanos; y no podemos hacer nada menos que mostrar nuestra gratitud por su incomparable amor manifestado hacia nosotros mientras éramos pecadores indignos de su gracia, revelando un profundo interés y un amor abnegado por aquellos que son nuestros hermanos, y que son menos afortunados que nosotros.—Testimonies for the Church 3:511. SC 239.1