Muchos tienen una forma de piedad, sus nombres están en los registros de la iglesia, pero tienen un registro manchado en el cielo. El ángel anotador ha escrito con fidelidad sus actos. Todo hecho egoísta, toda palabra incorrecta, todo deber no cumplido, todo pecado secreto, todo artero fingimiento, es fielmente asentado en el libro de registro que lleva el ángel anotador.—Testimonies for the Church 2:442. SC 58.1