Hay misterios en el plan de la redención: la humillación del Hijo de Dios, para que fuese hallado como hombre, el admirable amor y la condescendencia del Padre al entregar a su Hijo; y esos misterios constituyen temas de continuo asombro para los ángeles celestiales... Constituirán el estudio de los redimidos a través de las edades eternas. A medida que contemplen la obra de Dios en la creación y la redención, nuevas verdades se revelarán continuamente a su mente asombrada y deleitada. Y a medida que vayan aprendiendo más y más de la sabiduría, el amor y el poder de Dios, su mente se irá ampliando constantemente y su gozo aumentará de continuo.—Joyas de los Testimonios 2:307 (1889). EUD92 308.2
Y a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán consigo revelaciones más ricas y aún más gloriosas respecto de Dios y de Cristo. Así como el conocimiento es progresivo, así también el amor, la reverencia y la dicha irán en aumento. Cuanto más sepan los hombres acerca de Dios, tanto más admirarán su carácter. A medida que Jesús les descubra la riqueza de la redención y los hechos asombrosos del gran conflicto con Satanás, los corazones de los redimidos se estremecerán con gratitud siempre más ferviente, y con arrebatadora alegría tocarán sus arpas de oro; y miríadas de miríadas y millares de millares de voces se unirán para engrosar el potente coro de alabanza.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 736-737 (1911). EUD92 309.1