La persecución de los placeres y las diversiones se centraliza en las ciudades. Muchos padres que se establecen en la ciudad con sus hijos, pensando darles mayores ventajas, se desilusionan, y demasiado tarde se arrepienten de su terrible error. Las ciudades de nuestros días se están volviendo rápidamente como Sodoma y Gomorra. Los muchos días feriados estimulan la holgazanería. Los deportes excitantes—el asistir a los teatros,*Hoy incluiríamos también el cine, la televisión y los videocasetes con programas inmorales y llenos de violencia. las carreras de caballos, los juegos de azar, el beber licores y las jaranas—estimulan todas las pasiones a una actividad intensa. La juventud es arrastrada por la corriente popular.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 35 (1900). EUD92 113.1
Me ha sido mostrado que las ciudades se llenarán de confusión y crímenes; y que todas estas cosas aumentarán hasta el fin de la historia del mundo.—Joyas de los Testimonios 3:115 (1902). EUD92 113.2
En el mundo entero, las ciudades se vuelven semilleros del vicio. Por doquiera se ve y oye el mal. En todas partes se encuentran incentivos a la sensualidad y a la disipación.—El Ministerio de Curación, 281 (1905). EUD92 113.3