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La familia de Leonardo Hastings 1TS 121

Encontramos profundamente afligida a la familia del Hno. Leonardo Hastings, cuya esposa salió a recibirnos con lágrimas, exclamando: “El Señor os envía en un momento de grandísima necesidad.” Tenía un pequeñuelo de ocho semanas que, cuando despierto, lloraba sin cesar; y esto extenuaba las fuerzas de la madre, pues, además, ella era de precaria salud. 1TS 121.2

Oramos fervientemente a Dios por la madre, siguiendo las instrucciones del apóstol Santiago y tuvimos la seguridad de que nuestras oraciones eran oídas. Jesús estaba en medio de nosotros para quebrantar el poder de Satanás y librar al cautivo. Pero también teníamos la seguridad de que la madre no recobraría muchas fuerzas hasta que cesaran los llantos de la criatura. Ungimos al niño con aceite y oramos por él, creyendo que el Señor concedería paz y sosiego a la madre y al niño. Así sucedió. Cesaron los llantos del niño y los dejamos a los dos en buena salud. La madre no sabía cómo expresar su agradecimiento. 1TS 121.3

Nuestro trato con aquella querida familia fué muy valioso. Nuestros corazones quedaron unidos y especialmente el de la Hna. Hastings con el mío como el de David con el de Jonatán. Nuestra unión no se perturbó en toda su vida. 1TS 122.1