Para los que aman a Dios, “a los que conforme a sus propósitos son llamados”17Romanos 8:28., la biografía bíblica presenta una lección aún mayor basada en el ministerio del dolor. “Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová”18Isaías 43:12., testigos de que él es bueno, y que su bondad es suprema. “Pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres”.191 Corintios 4:9. ED98 154.2
El altruismo, principio básico del reino de Dios, concita el odio de Satanás, que niega hasta su misma existencia. Desde el comienzo del gran conflicto ha tratado de demostrar que los principios que constituyen el fundamento de la actividad divina son egoístas, y califica del mismo modo a todos los que sirven a Dios. La obra de Cristo y la de todos los que llevan su nombre consiste en refutar las acusaciones de Satanás. ED98 154.3
Jesús vino en forma humana para ofrecer en su propia vida un ejemplo de altruismo. Y todos los que aceptan este principio deben ser colaboradores con él, demostrándolo en la vida práctica. Escoger la justicia por la justicia misma; ponerse de parte de la verdad aunque cueste sufrimiento y sacrificio, “ésta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”.20Isaías 54:17. ED98 154.4
Casi al principio de la historia de este mundo se desarrolló la vida de alguien que fue víctima de esta contienda de Satanás. ED98 155.1
De Job, el patriarca de Uz, el testimonio del Escudriñador de corazones era: “No hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”.21Job 1:8. ED98 155.2
Satanás pronunció una despectiva acusación contra este hombre: “¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene?... Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene”, “su hueso y su carne y verás sino blasfema contra ti en tu misma presencia”.22Job 1:9-12; 2:5. ED98 155.3
El Señor dijo a Satanás: “He aquí todo lo que tiene está en tu mano”.23Job 1:12. “He aquí él está en tu mano, mas guarda su vida”.24Job 2:6. ED98 155.4
Habiendo obtenido permiso, Satanás quitó a Job todo lo que poseía: ganados, rebaños, siervos, siervas, hijos e hijas, e “hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza”.25Job 2:7. ED98 155.5
Luego se añadió otro ingrediente de amargura a su copa. Sus amigos, que consideraban la adversidad como una retribución del pecado, afligieron con sus acusaciones su espíritu herido y abrumado. ED98 155.6
Aparentemente abandonado del cielo y de la tierra, pero con fe firme en Dios y consciente de su integridad, clamó con angustia y perplejidad: ED98 155.7
“Está mi alma hastiada de mi vida”.
“¡Oh, quien me diera que me escondieses en el Seol,
Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira,
Que me pusieses plazo y de mí te acordaras!” “He aquí, yo clamaré agravio, y no seré oído;
Daré voces, y no habrá juicio...
Me ha despojado de mi gloria,
Y quitado la corona de mi cabeza...
Mis parientes se detuvieron,
Y mis conocidos se olvidaron de mí...
Los que yo amaba se volvieron contra mí...
¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí!
Porque la mano de Dios me ha tocado”.
“¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!
Yo iría hasta su silla...
“He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré;
Y al occidente, y no lo percibiré;
Si muestra su poder al norte, yo no lo veré;
Al sur se esconderá, y no lo veré.
Mas él conoce mi camino;
Me probará, y saldré como oro”.
“Aunque él me matare, en él esperaré”.
“Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios;
Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro”.26Job 10:1; 14:13; 19:7-21; 23:3-10; 13:15; 19:25-27. ED98 155.8
De acuerdo con su fe, fue tratado Job. “Me probará—dijo—, y saldré como oro”.27Job 23:10. Así ocurrió. Por medio de su paciente resistencia vindicó su propio carácter, y de ese modo el carácter de Aquel de quien era representante. Y “quitó Jehová la aflicción de Job... y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job... y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero”.28Job 42:10-12. ED98 156.1
Entre los que por su abnegación han compartido los sufrimientos de Cristo, figuran los nombres de Jonatán y de Juan el Bautista, el uno en el Antiguo Testamento y el otro en el Nuevo. ED98 156.2
Jonatán, que por nacimiento era heredero del trono, sabía que había sido privado de él por decreto divino; sin embargo, fue el más tierno y fiel amigo de David, su rival, y lo protegió a riesgo de su vida; fue fiel a su padre durante los días sombríos de la decadencia de su poder, y cayó al fin a su lado. El nombre de Jonatán está atesorado en el cielo, y en la tierra es un testigo de la existencia y el poder del amor abnegado. ED98 157.1
Cuando Juan el Bautista apareció como heraldo del Mesías, conmovió a la nación. Grandes multitudes constituidas por toda clase de personas seguían sus pasos de un lugar a otro. Pero todo cambió cuando llegó Aquel acerca de quien había dado testimonio. Las multitudes siguieron a Jesús, y la obra de Juan pareció llegar a su fin. Sin embargo, su fe no vaciló. “Es necesario que él crezca—dijo—, pero que yo mengüe”.29Juan 3:30. ED98 157.2
Transcurrió el tiempo y no se estableció el reino que Juan había esperado confiadamente. En la celda donde lo arrojó Herodes, privado del aire vivificador y de la libertad del desierto, esperó y veló. No hubo despliegue de armas ni se hicieron pedazos las puertas de la prisión, pero la curación de los enfermos, la predicación del Evangelio, la elevación de las almas de los hombres, dieron testimonio de la misión de Cristo. ED98 157.3
Solo en la celda, al ver a qué fin semejante al de su Maestro lo conducía su senda, Juan aceptó su destino: La comunión con Cristo en los padecimientos. Los mensajeros celestiales lo acompañaron hasta el sepulcro. Los seres del universo, caídos y no caídos, fueron testigos de la reivindicación de su servicio abnegado. ED98 157.4
Y en todas las generaciones que han surgido desde entonces, las almas dolientes han sido sostenidas por el testimonio de la vida de Juan. En la cárcel, en el cadalso, en la hoguera, los hombres y mujeres han sido fortalecidos a través de los siglos de tinieblas, por el recuerdo de aquel de quien Cristo declaró: “Entre los que nacen de mujer, no se ha levantado otro mayor”.30Mateo 11:11. “¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté... así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerza de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. ED98 158.1
“Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. ED98 158.2
“Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de aquí para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. ED98 158.3
“Y todos éstos; aunque alcanzaron buen testimonio por la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”.31Hebreos 11:32-40. ED98 158.4