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Josué, dirigente sabio y consagrado HR 185

El carácter santo de Josué no ostentaba mancha alguna. Era un sabio dirigente. Su vida estaba totalmente dedicada a Dios. Antes de morir reunió a las huestes hebreas y siguiendo el ejemplo de Moisés recapituló sus peregrinaciones por el desierto y tambien la obra misericordiosa llevada a cabo por el Señor en favor de ellos. Acto seguido les habló con elocuencia. Les contó que el rey de Moab estaba en guerra con ellos y había llamado a Balaam para que los maldijera; pero Dios no quiso “escuchar a Balaam, por lo cual os bendijo repetidamente”. Después les dijo: “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. HR 185.3

“Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses; porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos”. HR 186.1

El pueblo renovó su pacto con Josué. Le dijeron: “A Jehová nuestro Dios serviremos, y su voz obedeceremos”. Josué escribió las palabras de este pacto en el libro que contenía las leyes y los estatutos dados a Moisés. Recibió el amor y el respeto de todo Israel, y su muerte fue sumamente lamentada. HR 186.2