1 Jehovah dijo a Josué: —No temas ni desmayes. Toma contigo a toda la gente de guerra, levántate y sube contra Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, su ciudad y su tierra. RVa — Josué 8:1
2 Harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey. Solamente tomaréis para vosotros su botín y su ganado. Pon una emboscada en el lado occidental de la ciudad. RVa — Josué 8:2
3 Josué y toda la gente de guerra se levantaron para subir contra Hai. Josué escogió 30.000 hombres fuertes, a quienes envió de noche, RVa — Josué 8:3
4 y les mandó diciendo: —Mirad, pondréis una emboscada detrás de la ciudad. No os alejéis mucho de la ciudad, y estad todos preparados. RVa — Josué 8:4
5 Yo y toda la gente que está conmigo nos acercaremos a la ciudad. Y sucederá que cuando salgan contra nosotros como la primera vez, huiremos delante de ellos. RVa — Josué 8:5
6 Saldrán tras nosotros hasta que los hayamos alejado de la ciudad, porque dirán: “Huyen de nosotros como la primera vez.” Huiremos, pues, delante de ellos, RVa — Josué 8:6
7 y vosotros os levantaréis de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad, pues Jehovah vuestro Dios la entregará en vuestra mano. RVa — Josué 8:7
8 Y sucederá que cuando hayáis tomado la ciudad, le prenderéis fuego. Haréis conforme a la palabra de Jehovah. Mirad que yo os lo he mandado. RVa — Josué 8:8
9 Entonces Josué los envió, y ellos se fueron al lugar de la emboscada y se pusieron entre Betel y Hai, al oeste de Hai. Josué pasó aquella noche en medio del pueblo, RVa — Josué 8:9
10 y levantándose Josué muy de mañana pasó revista al pueblo. Luego subió delante del pueblo contra Hai, junto con los ancianos de Israel. RVa — Josué 8:10
11 Toda la gente de guerra que estaba con él subió y se acercó; llegaron frente a la ciudad y acamparon hacia el norte de Hai, estando el valle entre ellos y Hai. RVa — Josué 8:11
12 Tomó unos 5.000 hombres y los puso en emboscada entre Betel y Hai, hacia el lado oeste de la ciudad. RVa — Josué 8:12
13 Así ordenaron a la gente: todo el campamento hacia el lado norte de la ciudad, y la guardia emboscada hacia el oeste de la ciudad. Y Josué pasó aquella noche en medio del valle. RVa — Josué 8:13
14 Sucedió que cuando el rey de Hai vio esto, los hombres de la ciudad se apresuraron, se levantaron muy de mañana y salieron al encuentro de Israel, para combatir él y todo su pueblo frente al Arabá, en el lugar acordado, no sabiendo que le estaba puesta una emboscada detrás de la ciudad. RVa — Josué 8:14
15 Josué y todo Israel, fingiéndose vencidos ante ellos, huyeron por el camino del desierto. RVa — Josué 8:15
16 Todo el pueblo que estaba en Hai se reunió para perseguirlos. Y persiguieron a Josué, siendo así alejados de la ciudad. RVa — Josué 8:16
17 No quedó hombre en Hai y en Betel que no saliera tras Israel. Y por perseguir a Israel, dejaron la ciudad abierta. RVa — Josué 8:17
18 Entonces Jehovah dijo a Josué: —Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Josué extendió hacia la ciudad la lanza que tenía en su mano. RVa — Josué 8:18
19 Y levantándose rápidamente de su lugar, los hombres que estaban en la emboscada corrieron cuando él extendió su mano, y entraron en la ciudad. Así la tomaron y se apresuraron a prender fuego a la ciudad. RVa — Josué 8:19
20 Los hombres de Hai volvieron el rostro, y al mirar, he aquí que el humo de la ciudad subía al cielo. Pero no les fue posible huir ni a un lado ni a otro, porque el pueblo que iba hacia el desierto se volvió contra los que lo perseguían. RVa — Josué 8:20
21 Josué y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad y que el humo de la ciudad subía, se volvieron y mataron a los hombres de Hai. RVa — Josué 8:21
22 Los otros salieron de la ciudad a su encuentro. Así estuvieron en medio de Israel, los unos por un lado y los otros por el otro. Los mataron hasta que no quedó ni un sobreviviente ni un fugitivo. RVa — Josué 8:22
23 También tomaron vivo al rey de Hai y lo llevaron ante Josué. RVa — Josué 8:23
24 Sucedió que cuando los israelitas acabaron de matar a todos los habitantes de Hai en el campo, en el desierto donde ellos los habían perseguido, y cuando todos habían caído a filo de espada hasta ser exterminados, todos los israelitas se volvieron a Hai y mataron a todos a espada. RVa — Josué 8:24
25 El número de los que cayeron aquel día, entre hombres y mujeres, fue de 12.000, todos los de Hai. RVa — Josué 8:25
26 Porque Josué no retrajo su mano que había extendido con la lanza, hasta que destruyó a todos los habitantes de Hai. RVa — Josué 8:26
27 Los israelitas sólo tomaron para sí el ganado y el botín de aquella ciudad, conforme a la palabra que Jehovah había mandado a Josué. RVa — Josué 8:27
28 Josué incendió Hai y la convirtió en un montículo de ruinas perpetuas, una desolación hasta el día de hoy. RVa — Josué 8:28
29 Al rey de Hai lo colgó de un árbol hasta el atardecer. Cuando el sol se ponía, Josué mandó que quitasen su cuerpo del árbol y lo echasen a la puerta de la ciudad, donde levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta el día de hoy. RVa — Josué 8:29
30 Entonces Josué edificó en el monte Ebal un altar a Jehovah Dios de Israel, RVa — Josué 8:30
31 como Moisés siervo de Jehovah había mandado a los hijos de Israel y como está escrito en el libro de la Ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar sobre las cuales nadie había alzado herramientas de hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos a Jehovah e hicieron sacrificios de paz. RVa — Josué 8:31
32 También escribió allí sobre las piedras, en presencia de los hijos de Israel, una copia de la ley de Moisés, que él había escrito. RVa — Josué 8:32
33 Y todo Israel, sus ancianos, oficiales y jueces, tanto extranjeros como naturales, estaban de pie a ambos lados del arca delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca del pacto de Jehovah. La mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim y la otra mitad hacia el monte Ebal, de la manera que Moisés siervo de Jehovah lo había mandado, para que bendijesen primeramente al pueblo de Israel. RVa — Josué 8:33
34 Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la Ley. RVa — Josué 8:34
35 No hubo palabra alguna de todas las cosas que mandó Moisés, que Josué no leyera delante de toda la congregación de Israel, incluyendo las mujeres, los niños y los extranjeros que vivían entre ellos. RVa — Josué 8:35