1 ¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman cosas vanas? RVa — Salmos 2:1
2 Se presentan los reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra Jehovah y su ungido, diciendo: RVa — Salmos 2:2
3 “¡Rompamos sus ataduras! ¡Echemos de nosotros sus cuerdas!” RVa — Salmos 2:3
4 El que habita en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. RVa — Salmos 2:4
5 Entonces les hablará en su ira y los turbará en su furor: RVa — Salmos 2:5
6 “¡Yo he instalado a mi rey en Sion, mi monte santo!” RVa — Salmos 2:6
7 Yo declararé el decreto: Jehovah me ha dicho: “Tú eres mi hijo; yo te engendré hoy. RVa — Salmos 2:7
8 Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y por posesión tuya los confines de la tierra. RVa — Salmos 2:8
9 Tú los quebrantarás con vara de hierro; como a vasija de alfarero los desmenuzarás.” RVa — Salmos 2:9
10 Y ahora, oh reyes, sed sabios; aceptad la corrección, oh gobernantes de la tierra. RVa — Salmos 2:10
11 Servid a Jehovah con temor y alegraos con temblor. RVa — Salmos 2:11
12 Besad al hijo, no sea que se enoje y perdáis el camino; pues se enciende de pronto su ira. ¡Bienaventurados todos los que en él se refugian! RVa — Salmos 2:12