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Las manifestaciones corporales no son necesarias 2MS 29

La verdadera religión no exige grandes manifestaciones corporales... Estas no constituyen una evidencia de la presencia del Espíritu de Dios. En 1843 y 1844 tuvimos que combatir esta clase de fanatismo. Algunos hombres decían: “Tengo el Espíritu de Dios”, y se iban a la reunión y rodaban como un aro; y debido a que algunas personas no aceptaban tal cosa como evidencia de la obra del Espíritu Santo, las consideraban como impías. El Señor me envió en medio de ese fanatismo... Algunos venían y me preguntaban: “¿Por qué no se une a ellos?” Les contestaba que tenía otro Conductor, Uno que es manso y humilde de corazón, Uno que no efectuó demostraciones como las que ellos realizaban allí, ni hizo tales alardes. Estas demostraciones no proceden de Cristo sino que son del maligno (Manuscrito 97, 1909). 2MS 29.3