No he podido dormir desde la una y media de la madrugada. Estaba presentando al Hno. D un mensaje que el Señor me había dado para él. Los conceptos particulares que él sostiene son una mezcla de la verdad y el error. Si él hubiera pasado por las experiencias del pueblo de Dios a medida que él lo ha guiado durante los cuarenta años pasados, estaría mejor preparado para aplicar correctamente la Escritura. Los grandes hitos de la verdad, que nos muestran nuestro rumbo en la historia profética, deben ser cuidadosamente protegidos para que no sean demolidos y reemplazados con teorías que producirían confusión antes que luz verdadera. Me fueron mostradas las teorías sumamente erróneas que han sido presentadas una vez y otra. Los que abogan por esas teorías presentan declaraciones de la Escritura, pero las interpretan y las aplican mal. Las teorías que supuestamente eran correctas, en realidad no lo eran; y sin embargo muchos pensaban que eran justamente las teorías que debían presentarse al pueblo. Hay que estudiar diligentemente las profecías de Daniel y Juan. 2MS 116.2
Viven actualmente algunas personas que, mediante el estudio de las profecías de Daniel y Juan, recibieron gran luz de Dios al pasar por lugares donde profecías especiales estaban en proceso de cumplimiento en el orden correspondiente. Proclamaron el mensaje del tiempo a la gente. La verdad brilló nítidamente como el sol en el mediodía. Se expusieron ante la gente los acontecimientos históricos que mostraban el cumplimiento directo de la profecía, y se vio que las profecías constituían una delineación simbólica de los acontecimientos que conducen al final de la historia terrena. Las escenas relacionadas con la obra del hombre de pecado constituyen las últimas características claramente reveladas en la historia de este planeta. El pueblo tiene ahora un mensaje especial para predicar al mundo: el mensaje del tercer ángel. Aquellos que, en su experiencia, estuvieron en el terreno y participaron en la proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel, no corren tanto peligro de ser llevados a falsos caminos como aquellos que no han tenido un conocimiento experimental del pueblo de Dios... 2MS 117.1
Ha habido algunos que, mediante el estudio de sus Biblias, pensaron haber descubierto gran luz y nuevas teorías; pero éstas no han sido correctas. La Escritura es toda verdad, pero los hombres han llegado a conclusiones erróneas por aplicar mal las Escrituras. Estamos empeñados en un tremendo conflicto, y éste se tornará más premioso y definido a medida que nos aproximemos a la lucha final. Tenemos un adversario que no duerme, y que trabaja constantemente con las mentes humanas que no han tenido una experiencia personal en relación con las enseñanzas del pueblo de Dios durante los cincuenta años pasados. Algunos tomarán la verdad que se aplica a su tiempo y la colocarán en el futuro. Acontecimientos de la secuencia profética que se han cumplido en el pasado son colocados en el futuro, y así es como, a causa de estas teorías, se debilita la fe de algunas personas. 2MS 117.2
Según las instrucciones que al Señor le ha complacido darme, Ud. está en peligro de llevar a cabo la misma obra al presentar a otros verdades que ya tuvieron su lugar y realizaron su obra específica para ese tiempo en la historia de la fe del pueblo de Dios. Ud. acepta como verdaderos estos hechos de la historia bíblica, pero los aplica al futuro. Todavía mantienen su fuerza en su lugar debido en la cadena de los acontecimientos que nos han convertido en el pueblo que hoy somos, y como tales deben presentarse a los que moran en las tinieblas del error. Los obreros genuinos de Jesucristo deben colaborar con sus hermanos que han tenido experiencia en la obra desde el mismo comienzo del mensaje del tercer ángel. Estos avanzaron paso a paso, y recibieron luz y verdad a medida que avanzaban; soportaron una prueba tras otra, levantaron la cruz que yacía directamente en su camino, y se esforzaron por conocer al Señor cuyas salidas están dispuestas como el alba. Ud. y otros de nuestros hermanos deben aceptar la verdad tal como Dios la ha dado a los estudiosos de la profecía, que han sido guiados por una experiencia genuina y viva, y han avanzado punto por punto y han sido intensamente probados, hasta que la verdad ha llegado a ser una realidad para ellos. La verdad, como rayos brillantes y cálidos, ha salido de sus voces y de sus plumas, y ha ido a todas partes del mundo; y aquello que para ellos fue una verdad probatoria, tal como fue dada por los mensajeros delegados del Señor, es una verdad probatoria para todos aquellos a quienes se proclama este mensaje. 2MS 118.1
El peso de la advertencia que el pueblo de Dios debe recibir ahora, cerca y lejos, es el mensaje del tercer ángel. Y los que procuran comprender este mensaje no serán guiados por el Señor para realizar una aplicación de la Palabra que debilite el fundamento y derribe las columnas de la fe que han hecho de los adventistas lo que hoy son. Las verdades que se han ido revelando consecutivamente, a medida que hemos avanzado en el ámbito de las profecías reveladas en la Palabra de Dios, son actualmente verdades sagradas y eternas. Los que recorrieron el terreno paso a paso en la historia pasada de nuestra experiencia, y que vieron la cadena de la verdad en las profecías, estaban preparados para aceptar y obedecer cada rayo de luz. Oraban, ayunaban, investigaban y cavaban en busca de la verdad tal como lo hubieran hecho para encontrar tesoros ocultos, y el Espíritu Santo, lo sabemos, nos enseñaba y nos guiaba. Se propusieron muchas teorías que tenían una apariencia de verdad, pero estaban tan mezcladas con pasajes bíblicos mal interpretados y mal aplicados, que conducían a errores peligrosos. Sabemos muy bien cómo se estableció cada rasgo de la verdad, y conocemos el sello puesto sobre la verdad por el Espíritu Santo de Dios. Y durante todo el tiempo se oían voces que decían: “Aquí está la verdad”, “Yo tengo la verdad; seguidme”. Pero recibimos esta advertencia: “No vayáis en pos de ellos. No los he enviado, sino que ellos han corrido”. Véase Jeremías 23:21. 2MS 118.2
La dirección del Señor fue evidente, y sus revelaciones de la verdad fueron muy admirables. El Dios del cielo la estableció punto por punto. Aquello que era verdad entonces sigue siendo verdad ahora. Sin embargo, hay voces que no cesan de proclamar: “Esta es la verdad. Tengo nueva luz”. Pero estas nuevas luces que pretenden brillar en el ámbito profético muestran claramente que hacen mal uso de la Palabra, y envían al pueblo de Dios a la deriva sin un ancla que lo afirme. Si los estudiantes de la Palabra tomaran las verdades que Dios ha revelado a su pueblo, y se apoderaran de ellas, las asimilaran y las aplicaran en su vida práctica, entonces serían conductos vivientes de la luz. Pero los que se han puesto a idear nuevas teorías, tienen una mezcla de verdad y error, y después de procurar hacer prominentes estas cosas, han demostrado que no habían encendido su lámpara en el altar divino, y por lo tanto se ha apagado y los ha dejado en tinieblas (Manuscrito 31, 1896). 2MS 119.1