Tenemos la necesidad de estar más en audiencia con Dios. Necesitamos guardar nuestros pensamientos. Vivimos, indudablemente, en medio de los peligros de los últimos días. Debemos andar delante de Dios con mansedumbre, con profunda humildad; porque solamente los tales serán exaltados. 3MS 356.1
¡Oh, cuán poco puede comprender el hombre la perfección de Dios y su omnipresencia unida con su poder infinito! El artista humano recibe su inteligencia de Dios, y éste sólo puede dar forma a su obra en cualquier ramo, hasta la perfección, utilizando los materiales ya preparados para su obra. Debido a su poder finito él no puede crear los materiales y hacerlos servir a su propósito, si el gran Diseñador celestial no se hubiera anticipado dándole las ideas que aparecieron por primera vez en su imaginación. 3MS 356.2
El Señor ordena que las cosas vengan a la existencia. El fue el primer diseñador. No depende del hombre, sino que bondadosamente pide la atención de éste, y coopera con él en diseños progresivos y más elevados. Pero luego el hombre se atribuye a sí mismo toda la gloria, y es exaltado por sus semejantes como un genio muy notable. No mira más arriba que el hombre. La causa primera y única es olvidada... 3MS 356.3
Temo que tengamos ideas completamente pobres y comunes. “He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener”. 2 Crónicas 6:18. Que nadie sé aventure a limitar el poder del Santo de Israel. Existen conjeturas y preguntas con respecto a la obra de Dios. “Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”. Éxodo 3:5. Sí, los ángeles son ministros de Dios sobre la tierra, que hacen su voluntad. 3MS 356.4
Todas las cosas aparecieron delante de él a su mandato—En la formación de nuestro mundo, Dios no dependió de ninguna materia o sustancia preexistente. “Lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”. Hebreos 11:3. Por el contrario, todas las cosas, materiales o espirituales, aparecieron delante del Señor Jehová a su voz, y fueron creadas por su propio propósito. Los cielos y toda la hueste de ellos, la tierra y todas las cosas que hay en ella, son no solamente la obra de sus manos, sino que vinieron a la existencia por el aliento de su boca. 3MS 357.1
El Señor ha dado evidencias de que por su poder podría en un momento, disolver toda la estructura de la naturaleza. Puede trastornar todos los objetos, y destruir las cosas que el hombre ha formado de la manera más firme y sustancial. El “arranca los montes..., y no saben quién los trastornó; el remueve la tierra de su lugar, y hace temblar sus columnas”. Job 9:5-6. “Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan a su reprensión”. Job 26:11. “Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten”. Nahúm 1:5.—Manuscrito 127, 1897. 3MS 357.2