Cuando Israel obtuvo victorias especiales después de salir de Egipto, se conservaron ciertos recordativos de estas victorias. Dios ordenó a Moisés y a Josué que hicieran esto mismo: edificar monumentos recordativos. Cuando los israelitas conquistaron una victoria especial sobre los filisteos, Samuel levantó una piedra conmemorativa y la llamó Eben-ezer, diciendo: “Hasta aquí nos ayudó Jehová”. 1 Samuel 7:12. 3MS 366.1
¡Oh!, ¿dónde, como pueblo, están nuestras piedras conmemorativas?, ¿dónde están establecidas nuestras columnas monumentales grabadas con letras que expresen la historia preciosa de lo que Dios ha hecho por nosotros en nuestra experiencia? ¿No podemos nosotros, en vista de lo pasado, esperar nuevas pruebas y perplejidades adicionales—aun aflicciones, privaciones y tristezas—y no desmayar, sino que, mirando hacia el pasado digamos: “‘Hasta aquí nos ayudó el Señor’? Yo encomendaré el cuidado de mi alma en manos del Todopoderoso como un fiel Creador. El guardará lo que yo le encomendé para que lo guardara para aquel día. ‘Como tus días, serán tus fuerzas’”. Deuteronomio 33:25.—Manuscrito 22, 1889. 3MS 366.2