Go to full page →

En viaje a Battle Creek NBEW 208

El sábado y el primer día, 18 y 19 de abril, respectivamente, disfrutamos de buenos momentos con nuestro pueblo de Greenville. Los Hnos. M. E. Cornell y M. G. Kellogg estaban con nosotros. Mi esposo bautizó a ocho personas. El 25 y 26 estábamos con la iglesia de Wright. Estos queridos hermanos estaban muy listos a darnos la bienvenida. Aquí mi esposo bautizó a ocho. NBEW 208.1

El 2 de mayo nos encontramos con una gran congregación en la casa de culto de Monterey. Mi esposo habló con claridad y fuerza sobre la parábola de la oveja perdida. Su palabra fue grandemente bendecida. Algunos que se habían extraviado estaban fuera de la iglesia, y no existía espíritu de trabajo para ayudarlos. De hecho, la posición fría, erguida, dura e insensible de algunos miembros de la iglesia estaba calculada para impedir su regreso, si ellos decidían hacerlo. El tema conmovió los corazones de todos, y todos manifestaron un deseo de hacer lo recto. El primer día hablamos tres veces en Allegan a buenas congregaciones. NBEW 208.2

Teníamos luego una cita para encontrarnos con la Iglesia de Battle Creek el 9, pero creíamos que nuestro trabajo en Monterey apenas había comenzado, y por lo tanto decidimos regresar a Monterey y trabajar con la iglesia otra semana. La buena obra progresó, más allá de nuestras expectativas. La casa estaba llena, y nunca antes presenciamos un espíritu tal en Monterey en tan poco tiempo. El primer día cincuenta avanzaron al frente pidiendo que se orara por ellos. Los hermanos estaban muy preocupados por las ovejas perdidas, y confesando su frialdad e indiferencia decidieron hacer lo que debían. Catorce fueron bautizados. La obra progresó con solemnidad, con confesiones y muchas lágrimas. Esto puso fin al trabajo arduo del año de la conferencia. NBEW 208.3