Nadie piense que ya no hay más conocimiento que adquirir. La profundidad del intelecto humano puede ser medida; las obras de los autores humanos pueden dominarse, pero el más alto, profundo y ancho arrebato de la imaginación no puede descubrir a Dios. Hay una infinidad más allá de todo lo que podamos comprender. Hemos contemplado solamente una vislumbre de la gloria divina y de la infinitud del conocimiento y la sabiduría; hemos estado trabajando, por así decirlo, en la superficie de la misma, cuando el rico metal del oro está debajo de la superficie, para recompensar al que cave en su búsqueda. El pozo de la mina debe ser ahondado cada vez más, y el resultado será el hallazgo del glorioso tesoro. Por medio de una fe correcta, el conocimiento divino llegará a ser el conocimiento humano. PVGM 85.1
Nadie puede escudriñar las Escrituras con el Espíritu de Cristo y quedar sin recompensa. Cuando el hombre esté dispuesto a ser instruido como un niñito, cuando se someta completamente a Dios, encontrará la verdad en su Palabra. Si los hombres fueran obedientes comprenderían el plan del gobierno de Dios. El mundo celestial abriría sus cámaras de gracia y de gloria a la exploración. Los seres humanos serían totalmente diferentes de lo que son ahora; porque al explorar las minas de la verdad, los hombres quedarían ennoblecidos. El misterio de la redención, la encarnación de Cristo, su sacrificio expiatorio, no serían, como ahora, vagos en nuestra mente. Serían no solamente mejor comprendidos, sino del todo más altamente apreciados. PVGM 85.2
En la oración que Cristo dirigió al Padre, dio al mundo una lección que debe ser grabada en la mente y el alma. “Esta empero es la vida eterna—dijo—: que te conozcan el solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado”.10Juan 17:3. Esta es la verdadera educación. Imparte poder. El conocimiento experimental de Dios y de Cristo Jesús, a quien él ha enviado, transforma al hombre a la imagen de Dios. Le da dominio propio, sujetando cada impulso y pasión de la baja naturaleza al gobierno de las facultades superiores de la mente. Convierte a su poseedor en hijo de Dios y heredero del cielo. Lo pone en comunión con la mente del Infinito, y le abre los ricos tesoros del universo. PVGM 85.3
Este es el conocimiento que se obtiene al escudriñar la Palabra de Dios. Y este tesoro puede ser encontrado por toda alma que desea dar todo lo que posee por obtenerlo. PVGM 86.1
“Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros; entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios”.11Proverbios 2:3-5. PVGM 86.2