El comerciante, el carpintero, el agricultor y el abogado han tenido que aprender su oficio o profesión. Al principio, por falta de conocimiento, hacen un trabajo imperfecto; pero a medida que siguen pacientemente en sus vocaciones, se hacen maestros de sus respectivos llamados. Sin la cuidadosa aplicación de la mente y el corazón, y todas las fuerzas de su ser, el ministro resultará ser un fracaso. Puede ser que sea predicador, pero también debiera estar capacitado para actuar como pastor. El estudio nunca debe terminar; ha de continuar a través de todo el período de labor, no importa cuán bien calificado para el trabajo se considere estar. 5TPI 498.1
Los tiempos en que vivimos requieren que haya un ministerio inteligente y educado Las falsas doctrinas se están multiplicando. El mundo está logrando educarse conforme a una alta norma de realización literaria; y el pecado, la incredulidad y la infidelidad se vuelven cada vez más audaces y desafiantes, conforme van aumentando el conocimiento y la agudeza intelectual. Este estado de cosas exige el uso de todas las facultades del intelecto; porque es con mentes agudas y bajo el control de Satanás que el ministro tendrá que enfrentarse. El debe estar bien equilibrado mediante sus principios religiosos, creciendo en gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Se ha hecho demasiado trabajo al azar, y no se han ejercitado las mentes hasta el máximo grado de su capacidad. Nuestros ministros tendrán que defender la verdad contra los apóstatas degradados, y también señalar la evidencia bíblica a aquellos que defienden errores engañosos. La verdad tiene que colocarse en contraste con las aseveraciones audaces. Nuestros ministros tienen que ser hombres que estén completamente consagrados a Dios, hombres de una cultura no común; pero sus mentes tienen que estar completamente iluminadas de fervor religioso, recogiendo rayos de luz del cielo y proyectándolos en medio de la oscuridad que cubre la tierra y de las densas tinieblas que envuelven a la humanidad. 5TPI 498.2
El vicio y el crimen, y la iniquidad de todas clases, aumentan constantemente. El poder penetrante de la verdad bíblica, tiene que mostrar el contraste que existe entre la verdad y el error. Se requiere un grado mayor de preparación para rendirle buen servicio al Maestro. Sin embargo, si el ministro depende del conocimiento que adquiere, y no siente la necesidad de la iluminación divina cada día, la educación adquirida es solamente un tropiezo para los pecadores. Queremos que el Dios de toda sabiduría sea tomado en cuenta en toda nuestra labor, en todas nuestras experiencias; entonces el mínimo conocimiento que se obtenga será un poder en favor del bien y nos ayudará a desarrollar una capacidad y un fervor como los de Cristo. Esto es religión. 5TPI 499.1
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