Mientras asistía al Congreso General celebrado en Washington, D.C., en 1905, recibí de J. A. Burden una carta en la que describía una propiedad que él había visto a cosa de seis kilómetros de Redlands. Al leer esa carta, tuve la impresión de que se trataba de uno de los lugares que había visto en visiones, y le telegrafié inmediatamente que sin tardanza comprase la propiedad. Cuando, más tarde, visité dicha propiedad, pude reconocer en ella uno de los lugares que yo había visto en sueños casi dos años antes. ¡Cuán agradecida estoy hacia nuestro Dios porque nos hizo obtener ese lugar! 9TPI 139.1
Una de las principales ventajas de Loma Linda es la agradable variedad de paisajes encantadores que la rodean. Se disfruta de una extensa y magnífica perspectiva sobre los valles y montañas circundantes. Y lo que importa aún más que la magnificencia del paisaje o los hermosos edificios y los extensos terrenos, es la situación de esta institución, en las cercanías de un distrito muy poblado que da ocasión de comunicar el mensaje del tercer ángel a un número muy grande de personas. Necesitamos mucho discernimiento espiritual para reconocer las dispensaciones de la Providencia mientras abren el camino delante de nosotros para que el mundo sea alumbrado. 9TPI 139.2
La adquisición de esta propiedad trae sobre nosotros la pesada responsabilidad de dar un carácter especial a la obra de la institución, haciendo de Loma Linda no solamente un sanatorio, sino también un centro de educación. Debe establecerse allí una escuela para la formación de evangelistas médico-misioneros. Esta obra tiene gran alcance y es indispensable principiarla bien. El Señor tiene el próposito de hacer una obra especial en este campo. Me ha encargado que invite al pastor Haskell y a su esposa a que nos ayuden a emprender una obra análoga a la que ellos realizaron en Avondale. Obreros experimentados han consentido en unirse al personal de Loma Linda para desarrollar la escuela. A medida que avancen con fe, el Señor irá delante de ellos preparando eficazmente el camino. 9TPI 139.3
En lo que atañe a la escuela diré: Dedíquese especialmente a la educación de enfermeros y médicos. Muchos obreros deben adquirir la ciencia médica en nuestras escuelas para médicos misioneros. El Señor ha declarado que esta preparación está en armonía con los principios que forman la base de una verdadera educación superior. Mucho se habla de educación superior. La educación más elevada consiste en andar en las pisadas de Cristo, imitando el ejemplo que él nos dejó cuando estuvo en la tierra. No podemos aspirar a una educación superior a ésa; es una educación que hará de los hombres colaboradores de Dios. 9TPI 140.1