La obra de Dios en la naturaleza no es Dios mismo en la naturaleza. Las cosas de la naturaleza son una expresión del carácter de Dios; por ellas podemos comprender su amor, su poder, y su gloria; pero no hemos de considerar a la naturaleza como Dios. La habilidad artística de los seres humanos produce obras muy hermosas, cosas que deleitan el ojo, y estas cosas nos dan cierta idea del que las diseñó; pero la cosa hecha no es el hombre. No es la obra, sino el artífice el que debe ser tenido por digno de honra, De igual manera, aunque la naturaleza es una expresión del pensamiento de Dios, ella no es lo que debe ser ensalzado, sino el Dios de la naturaleza. 8TPI 275.2
“Les diréis así: Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparezcan de la tierra y de debajo de los cielos.” “No es así la porción de Jacob; porque él es el Hacedor de todo, e Israel es la vara de su heredad; Jehová de los ejércitos es su nombre”. “El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su sabiduría”. Jeremías 10:11, 16, 12. 8TPI 275.3
“Buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre...” Amós 5:8. 8TPI 275.4