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Resultado de la obra de las escuelas de iglesia 6TPI 206

Debidamente dirigidas, las escuelas de iglesia serán los medios de levantar el estandarte de la verdad en los lugares donde se establezcan; pues gracias a ellas los niños que estén recibiendo una educación cristiana serán testigos de Cristo. Así como Jesús aclaró en el templo los misterios que sacerdotes y príncipes no habían discernido; en la obra final de esta tierra los niños que hayan sido debidamente educados pronunciarán, en su sencillez, palabras que asombrarán a quienes ahora hablan de “educación superior”. Así como los niños cantaron en los atrios del templo “¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor”, en estos últimos días las voces infantiles se elevarán para dar el último mensaje de amonestación a un mundo que perece. Cuando los agentes celestiales vean que no se permite más a los hombres presentar la verdad, el Espíritu de Dios descenderá sobre los niños y ellos harán la proclamación de la verdad, una labor que los obreros de más edad no podrán hacer, por cuanto su camino estará cerrado. 6TPI 206.1

Nuestras escuelas de iglesia han sido instituidas por Dios con el fin de preparar a los niños para esta gran obra. En se debe educar los niños en las verdades especiales para este tiempo y en la obra misionera práctica. Ellos han de alistarse en el ejército de obreros, para auxiliar a los enfermos y a los que sufren. Los niños pueden tomar parte en la obra médica misionera y mediante sus “jotas y tildes” pueden contribuir a llevarla adelante. Sus aportes podrán ser pequeños, pero todo poquito ayuda, sin embargo, por medio de sus esfuerzos muchas paersonas serán ganadas para la verdad. Por su intermedio se hará notorio el mensaje de Dios y su salud salvadora para a todas las naciones. Por lo tanto, preocúpese la iglesia de los corderos del rebaño. Sean los niños educados y preparados para servir a Dios, pues ellos son la heredad del Señor. 6TPI 206.2

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Hace años que debieran haberse levantado edificios apropiados para escuelas de iglesia, donde los niños y jóvenes puedan recibir verdadera educación. 6TPI 207.1

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Los libros de texto que se emplean en nuestras escuelas de iglesia deben ser de naturaleza tal, que llamen la atención hacia la ley de Dios. De esta manera, la luz, la fuerza y el poder de la verdad serán magnificados. Jóvenes procedentes del mundo, y hasta algunos cuyas mentes se habían depravado, se unirán a estas escuelas y en ellas se convertirán. Su testimonio en favor de la verdad podrá ser obstaculizado por algún tiempo por las falsas teorías acariciadas por algunos padres, pero al fin la verdad triunfara. Se me ha dado instrucción para que diga que esta clase de obra misionera tendrá una influencia eficaz en cuanto a difundir luz y conocimientos. 6TPI 207.2

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¡Cuán importante es que las familias que se radican donde hay una escuela, sean buenas representantes de nuestra fe! 6TPI 207.3

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Las iglesias con escuelas, pueden temblar al ver cómo se les confiaron responsabilidades morales demasiado grandes para que se puedan expresar en palabras. ¿Habrá de fracasar o languidecer por falta de obreros consagrados esta obra que se inició tan noblemente? ¿Hallarán cabida en esta empresa, proyectos y ambiciones egoístas? ¿Permitirán los obreros que la falta de piedad y el amor a la ganancia y a la comodidad destierren a Cristo de su corazón y le excluyan de la escuela? No lo permita Dios. La obra ya ha progresado mucho. En los asuntos educativos todo está en orden para que se realice una reforma ferviente en favor de la educación más eficaz y verdadera. ¿Aceptará nuestro pueblo este cometido santo? ¿Se humillará a sí mismo al pie del Calvario, dispuesto a todo sacrificio y servicio? 6TPI 207.4

Los padres y maestros deben procurar con todo fervor la sabiduría que Jesús está siempre dispuesto a darles; porque están tratando con mentes humanas en el momento más interesante e impresionable de su desarrollo. Deben procurar cultivar de tal manera las preferencias de los jóvenes, para que en cada etapa de su vida puedan representar la belleza natural propoia de ese período, algo que se desarrollará gradualmente, como lo hacen las plantas y las flores en el jardín. 6TPI 208.1

La dirección e instrucción de los niños es la obra misionera más noble que cualquier hombre o mujer pueda emprender. Mediante el debido empleo de objetos, deben hacerse muy claras las lecciones, a fin de que puedan dirigir las mentes de la naturaleza, al Dios de la naturaleza. Debemos tener en nuestras escuelas personas que posean tacto y habilidad para realizar esta labor y sembrar así las semillas de verdad. Únicamente el gran día de Dios podrá revelar el bien que logrará esta obra. 6TPI 208.2

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Debe emplearse maestros con talento especial en la educación de los pequeñuelos. Muchos ponen el pesebre a cierta altura, y dan alimento a las ovejas; pero es asunto más difícil poner el pesebre más bajo y apacentar a los corderos. Esta es una lección que necesitan aprender los maestros de escuela primaria. 6TPI 208.3

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Es necesario educar el ojo de la mente, o el niño hallará placer en la contemplación del mal. 6TPI 208.4

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A veces los maestros deben participar en los deportes y juegos de los niños pequeños, y enseñarles a jugar. De esta manera estarán en situación de refrenar los sentimientos y los actos desprovistos de bondad, sin aparentar criticar ni censurar. Este compañerismo vinculará los corazones de maestros y alumnos, y la escuela proporcionará deleite a todos. 6TPI 208.5

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Los maestros deben amar a los niños porque son los miembros más jóvenes de la familia del Señor. El Señor les preguntará a ellos de igual manera que a los padres: “¿Dónde está el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey?” Jeremías 13:20. 6TPI 209.1