Nadie debe aprovecharse de los congresos campestres, cuando la mayoría de los hermanos pueden ser alcanzados; para presentar asuntos de interés particular o recaudar fondos con diversos objetivos benevolentes, los cuales se han multiplicado. La obra de Dios en el ministerio de la Palabra, la predicación de la verdad en regiones lejanas, el gran interés de la obra educacional en nuevos territorios, y el establecimiento de sanatorios en conexión con el ministerio evangélico, son los objetivos que debieran presentarse a nuestros feligreses en los congresos campestres. 6TPI 76.4