Se me han mostrado algunas cosas con referencia a nuestro deber hacia los desafortunados, que siento la responsabilidad de escribirlas ahora. 3TPI 561.1
Vi que en la providencia de Dios las viudas y los huérfanos, los ciegos, los sordos, los cojos y los afligidos en una diversidad de formas, han sido colocados en estrecha relación cristiana con su iglesia, para probar a su pueblo y desarrollar su verdadero carácter. Los ángeles de Dios están observando para ver cómo tratamos a estas personas que necesitan nuestro apoyo, amor y benevolencia desinteresada. Así es como Dios prueba nuestro carácter. Si profesamos la verdadera religión de la Biblia, sentiremos que tenemos con Cristo una deuda de amor, bondad e interés en favor de sus hermanos; y no podemos menos que evidenciar nuestra gratitud por el amor inmensurable que nos mostró mientras éramos pecadores indignos de su gracia, teniendo un profundo interés y un amor desinteresado por aquellos que son nuestros hermanos y que son menos afortunados que nosotros. 3TPI 561.2
Los dos grandes principios de la Ley de Dios son el amor supremo a Dios y el amor desinteresado a nuestros prójimos. Los primeros cuatro mandamientos y los últimos seis dependen, o se originan, en estos dos principios. Cristo explicó al intérprete de la ley quién era su prójimo en la ilustración del hombre que viajaba de Jerusalén a Jericó y que cayó en manos de ladrones, y a quien le robaron, lo golpearon y lo dejaron medio muerto. El sacerdote y el levita vieron a este hombre sufriendo, pero sus corazones no simpatizaron con sus necesidades. Lo evitaron pasando de largo. El samaritano vino por ese camino, y cuando vio la necesidad de ayuda que tenía el desconocido, no preguntó si era un familiar o si era de su país o credo, sino que se puso en acción para ayudar al sufriente, porque había una tarea que necesitaba hacerse. Lo alivió lo mejor que pudo, lo puso sobre su propia bestia, y lo llevó a una posada e hizo provisión para sus necesidades a sus propias expensas. Este samaritano, dijo Cristo, fue el prójimo de aquel que cayó entre ladrones. El levita y el sacerdote representan a una clase de miembros de iglesia que manifiestan indiferencia precisamente hacia aquellos que necesitan su compasión y sus apoyo. Esta clase de gente, no obstante su puesto en la iglesia, son transgresores de los mandamientos. El samaritano representa a una categoría de cristianos que son verdaderos ayudadores de Cristo y que imitan su ejemplo al hacer el bien. 3TPI 561.3
A los que se compadecen de los desafortunados, los ciegos, los cojos, los afligidos, las viudas, los huérfanos y los necesitados, Cristo los representa como guardadores de los mandamientos, que tendrán vida eterna. Hay una gran falta de religión personal y de un sentido de obligación individual para sentir los pesares de otros y para trabajar con benevolencia desinteresada por la prosperidad de los desafortunados y afligidos. Algunos no tienen experiencia en estas obligaciones. Toda su vida han sido como el levita y el sacerdote, que pasaron de largo junto al camino. La iglesia tiene un trabajo que hacer, el cual, si no se hace, les acarreará tinieblas. La iglesia como conjunto e individualmente debiera examinar fielmente sus motivos y comparar sus vidas con la vida y las enseñanzas del único Modelo correcto. Cristo considera todos los actos de misericordia, benevolencia y cuidadosa consideración por los desafortunados, los ciegos, los cojos, los enfermos, las viudas y los huérfanos como hechos a él mismo; y estas obras están preservadas en los registros celestiales y serán recompensadas. Por otra parte, se escribirá un registro en el libro contra los que manifiestan la indiferencia del sacerdote y el levita hacia el desafortunado, y aquellos que se aprovechan de los infortunios de otros y aumentan su aflicción a fin de sobresalir egoístamente. Dios seguramente retribuirá cada acto de injusticia y cada manifestación de indiferencia negligente y de descuido de los afligidos que hay entre nosotros. Finalmente cada uno será recompensado según hayan sido sus obras. 3TPI 562.1
Se me mostró que el hermano E no ha sido tratado con justicia por sus hermanos. Los hermanos F, G y otros siguieron un curso de conducta hacia él que desagradaba a Dios. El hermano F no tenía ningún interés especial en el hermano E, excepto cuando pensaba que podía aprovecharse de él. Se me mostró que algunos consideraban al hermano E como una persona mezquina y deshonesta. A Dios le desagrada este juicio. El hermano E no habría tenido dificultades y habría tenido recursos para sostenerse abundantemente si no hubiera sido por la conducta egoísta de sus hermanos que tenían visión y propiedades, y que trabajaban contra él tratando de encauzar sus aptitudes para beneficio de su propio interés egoísta. Aquellos que se aprovechan del estudio empeñoso de un hombre ciego y procuran beneficiarse con sus inventos, están robando y son virtualmente violadores del mandamiento. 3TPI 562.2
Hay algunos en la iglesia que profesan estar guardando la Ley de Jehová, pero que son transgresores de esa Ley. Son hombres que no disciernen sus propios defectos. Poseen un espíritu egoísta, mezquino y ciegan sus ojos a su pecado de codicia, que la Biblia define como idolatría. Hombres de esta índole pueden haber sido estimados por sus hermanos como cristianos sumamente ejemplares; pero el ojo de Dios lee el corazón y discierne los motivos. Él ve lo que el hombre no puede ver en los pensamientos y el carácter. En su providencia coloca a estas personas en puestos que con el tiempo revelarán los defectos de su carácter, para que si desean verlos y corregirlos puedan hacerlo. Hay algunos que toda su vida han buscado su propio interés y han estado absortos en sus propios planes egoístas y han estado ansiosos de beneficiarse sin pensar mucho si otros se sentirían afligidos o perplejos por cualquier acción o plan que ellos tengan. El interés egoísta avasalla la misericordia y el amor de Dios. El Señor a veces permite que esta clase de personas continúe con su conducta egoísta estando ellos ciegos espiritualmente, hasta que sus defectos sean evidentes a todos los que tienen discernimiento espiritual y ellos evidencien con sus obras que no son cristianos genuinos. 3TPI 563.1
Hombres que tienen propiedades y una medida de salud, y que disfrutan de la inestimable bendición de la vista, tienen toda ventaja posible sobre un hombre ciego. Muchos caminos les están abiertos en su carrera comercial que están cerrados para un hombre que ha perdido su vista. Las personas que disfrutan del uso de todas sus facultades no debieran buscar su propio interés egoísta y privar a un hermano ciego de una pizca de su oportunidad para tener entradas. El hermano E es un hombre pobre. Es un hombre débil; también es un hombre ciego. Ha tenido un intenso deseo de ayudarse a sí mismo y, aunque vive bajo el peso de dolencias desalentadoras, su aflicción no ha secado los impulsos generosos de su alma. En sus circunstancias limitadas ha tenido corazón para hacer y ha hecho más a la vista de Dios por aquellos que estaban en necesidad de ayuda que muchos de sus hermanos que están bendecidos con el don de la vista y que tienen una buena propiedad. El hermano E tiene un capital en su sagacidad comercial y su facultad inventiva. Él ha trabajado esforzadamente con la elevada esperanza de inventar un negocio mediante el cual podría sostenerse a sí mismo y no depender de sus hermanos. 3TPI 563.2
Quisiera que todos pudiéramos ver como Dios ve. Quisiera que todos pudiéramos comprender cómo Dios mira a esos hombres que profesan ser seguidores de Cristo, y que tienen la bendición de la vista y la ventaja de poseer recursos, y que sin embargo envidian la pequeña prosperidad que disfruta un pobre ciego, y quisieran beneficiarse, aumentar su reserva de recursos, a expensas de su hermano afligido. Esto es considerado por Dios como un robo y como la manifestación más criminal de egoísmo, y es un pecado agravante, que él seguramente castigará. Dios nunca olvida. No examina estas cosas con ojos humanos y con un juicio humano frío e insensible. Ve las cosas no desde el punto de vista mundano, sino desde el punto de vista de la misericordia, la compasión y el amor infinito. 3TPI 564.1
El hermano H trató de ayudar al hermano E, pero no con motivos desinteresados. Al principio se despertó su compasión. Vio que el hermano E necesitaba ayuda. Pero pronto perdió su interés y ganaron fuerza sentimientos egoístas, hasta que la conducta de sus hermanos trajo como consecuencia que el hermano E se viera perjudicado antes que beneficiado. Estas cosas han desanimado grandemente al hermano E y han tendido a sacudir su confianza en sus hermanos. Como resultado estos asuntos lo han involucrado en deudas que él no pudo pagar. Cuando comprendió los sentimientos egoístas que algunos de sus hermanos tenían hacia él, esto lo afligió y a veces lo perturbó. A veces sus sentimientos han sido casi incontrolables al comprender su condición desvalida, sin vista, sin recursos, sin salud, y con algunos de sus hermanos trabajando en contra de él. Esto ha aumentado grandemente su aflicción y ha producido un efecto terrible sobre su salud. 3TPI 564.2
Se me mostró que el hermano E tiene algunas buenas cualidades mentales que podrían ser mejor apreciadas si poseyera más dominio propio y no se alterase. Cada exhibición de impaciencia y de mal humor habla en contra de él, y es aprovechada al máximo por algunos que son culpables de pecados mucho más serios a la vista de Dios. Los principios del hermano E son buenos. Tiene integridad. No es un hombre deshonesto. No defraudaría a nadie conscientemente. Pero tiene faltas y pecados que deben ser vencidos. Él, al igual que otros hombres, tiene que lidiar con la naturaleza humana. Demasiado a menudo es impaciente y a veces, arrogante. Debiera albergar un espíritu más amable y cortés y cultivar gratitud de corazón hacia aquellos que se han interesado en su caso. Por naturaleza tiene un temperamento impetuoso cuando es incitado repentinamente o se lo provoca en forma irrazonable. Pero, a pesar de esto, tiene una disposición para hacer lo recto, y siente arrepentimiento sincero hacia Dios cuando reflexiona sobre sus errores. 3TPI 565.1
Si ve que sus hermanos están inclinados a hacerle justicia, él será generoso para perdonar y suficientemente humilde como para desear la paz, aunque tenga que hacer grandes sacrificios para obtenerla. Pero se excita fácilmente; es de un temperamento nervioso. Él necesita la influencia subyugadora del Espíritu de Dios. Si aquellos que están listos para censurarlo consideraran sus propios errores y bondadosamente pasaran por alto las faltas de él tan generosamente como debieran, manifestarían el espíritu de Cristo. El hermano E tiene una tarea que hacer para vencer. Sus palabras y su modo de tratar a otros debieran ser gentiles, amables y agradables. Debiera precaverse estrictamente contra todo lo que tenga sabor de un espíritu dictatorial o de modales o palabras altaneras. 3TPI 565.2
Si bien Dios es amigo del ciego y el desdichado, no excusa sus pecados. Les requiere que venzan y perfeccionen un carácter cristiano en el nombre de Jesús, quien obtuvo la victoria en su favor. Pero Jesús se compadece de nuestras debilidades y está listo para dar fuerzas a fin de soportar las pruebas y resistir las tentaciones de Satanás, si echamos todas nuestras cargas sobre él. Se envía a ángeles para ministrar a los hijos de Dios que son físicamente ciegos. Hay ángeles que cuidan sus pasos y los salvan de mil peligros, los cuales, sin que ellos lo sepan, asedian su camino. Pero su Espíritu no los acompañará a menos que alberguen un espíritu de bondad y busquen seriamente ejercer control sobre su naturaleza y colocar sus pasiones y cada facultad en sumisión a Dios. Deben cultivar un espíritu de amor y controlar sus palabras y acciones. 3TPI 566.1
Se me mostró que Dios requiere de su pueblo que sean mucho más compasivos y considerados hacia los infortunados que lo que son. “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”. Santiago 1:27. Aquí se define la religión genuina. Dios requiere que la misma consideración que debiera darse a la viuda y al huérfano sea dada al ciego y a los que sufren bajo la aflicción de otras debilidades físicas. La benevolencia desinteresada es muy rara en esta época del mundo. 3TPI 566.2
Se me mostró, en el caso del hermano E, que aquellos que de cualquier forma lo trataran injustamente y lo desanimaran en sus esfuerzos por ayudarse a sí mismo, o que, codiciando la prosperidad del pobre ciego, se aprovecharan de su situación inferior, acarrearían sobre ellos mismos la maldición de Dios, quien es el amigo del ciego. Se dieron órdenes especiales a los hijos de Israel con referencia al ciego: “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana. No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová. No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo”. Levítico 19:13-15. “Maldito el que redujere el límite de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén. Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén. Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén”. Deuteronomio 27:17-19. 3TPI 566.3
Es extraño que profesos cristianos hagan caso omiso de las enseñanzas claras y positivas de la Palabra de Dios y no sientan remordimiento de conciencia. Dios coloca sobre ellos la responsabilidad de cuidar del infortunado, el ciego, el cojo, la viuda y el huérfano; pero muchos no hacen el menor esfuerzo por tenerlo en cuenta. A fin de salvar a los tales, Dios frecuentemente los pone bajo la vara de la aflicción y los coloca en situaciones similares a las que ocupaban las personas que necesitaban comprensión y apoyo, pero que no lo recibieron de sus manos. 3TPI 567.1
Dios considerará responsable a la iglesia, como un cuerpo, por la conducta equivocada de sus miembros. Si se permite que en cualquiera de sus miembros exista un espíritu egoísta e indiferente hacia el infortunado, la viuda, el huérfano, el ciego, el cojo, o aquellos que están enfermos en su cuerpo o en su mente, él ocultará su rostro de su pueblo hasta que cumplan con su deber y quiten el mal que hay entre ellos. Si cualquiera que profesa el nombre de Cristo representa mal a su Salvador olvidándose de su deber hacia el afligido, o si en cualquier forma procuran sacar ventaja de la lesión de los desafortunados, robándoles así de sus recursos, el Señor considera a la iglesia responsable por el pecado de sus miembros hasta que hayan hecho todo lo que pueden para remediar el mal existente. Él no oirá la oración de su pueblo mientras el huérfano, el cojo, el ciego y el enfermo que están entre ellos sean descuidados. 3TPI 567.2
La frase “estar del lado del Señor” significa más que meramente repetirla en la reunión. El lado del Señor es siempre el lado de la misericordia, la compasión y la solidaridad con el sufriente, como se verá en el ejemplo que nos es dado en la vida de Jesús. Se nos requiere que imitemos su ejemplo. Pero hay algunos que no están del lado del Señor en cuanto a estas cosas; están del lado del enemigo. Al darles a sus oyentes una ilustración sobre este tema, Jesús dijo: 3TPI 568.1
“De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. Mateo 25:40-46. 3TPI 568.2
Aquí en su sermón Cristo se identifica con la humanidad sufriente e inculca claramente en todos nosotros la verdad de que la indiferencia o la injusticia hechas al menor de sus santos son hechas a él. Aquí está el lado del Señor, y cualquiera que esté en el lado del Señor, que venga con nosotros. El amado Salvador es herido cuando herimos a uno de sus humildes santos. 3TPI 568.3
El justo Job se lamenta por sus aflicciones y defiende su causa cuando es acusado injustamente por uno de sus consoladores. Dice: “Yo era ojos al ciego, y pies al cojo. A los menesterosos era padre, y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia; y quebrantaba los colmillos del inicuo, y de sus dientes hacía soltar la presa”. Job 29:15-17. 3TPI 568.4
El pecado de un hombre causó la derrota de todo el ejército de Israel. Una conducta equivocada que una persona sigue hacia su hermano apartará la luz de Dios de su pueblo hasta que se investigue el mal y se vindique la causa del oprimido. Dios requiere de su pueblo que sus sentimientos y juicios sean tiernos; mientras se ensanchen sus corazones, sus sentimientos debieran ser amplios y profundos, no estrechos, egoístas y mezquinos. Se necesitan nobleza y grandeza de alma, así como benevolencia desinteresada. Entonces la iglesia puede triunfar en Dios. Pero mientras la iglesia sufra de egoísmo que seque la bondad compasiva y la ternura, el amor considerado y el interés por sus hermanos, cada virtud se desgastará. Debiera estudiarse el ayuno de Isaías y efectuarse un cuidadoso autoexamen para discernir si hay en ellos los principios que se le requiere al pueblo de Dios que posea a fin de que puedan recibir las ricas bendiciones prometidas. 3TPI 568.5
Dios requiere que su pueblo no permita que los pobres y afligidos sean oprimidos. Si quebrantan todo yugo y liberan a los oprimidos, y son generosos y tienen una consideración bondadosa hacia los necesitados, entonces las bendiciones prometidas serán suyas. Si hay en la iglesia quienes hacen que los ciegos tropiecen, debieran ser llevados a la justicia: porque Dios nos ha hecho guardianes de los ciegos, los afligidos, las viudas y los huérfanos. El obstáculo al que se refiere la Palabra de Dios no significa un trozo de madera colocado ante los pies del ciego para hacerlo tropezar, sino que significa mucho más que esto. Significa cualquier conducta que pueda seguirse para lesionar la influencia de su hermano ciego, para obrar en contra de sus intereses, o para impedir su prosperidad. 3TPI 569.1
Un hermano que es ciego y pobre y enfermo, y que se está esforzando al máximo para ayudarse a sí mismo a fin de no ser dependiente, debiera recibir aliento de sus hermanos en toda forma posible. Pero aquellos que profesan ser sus hermanos y que tienen el uso de todas sus facultades, que no son dependientes, pero que olvidan su deber hacia el ciego hasta el punto de confundir y entorpecer su camino, están haciendo una obra que requerirá arrepentimiento y restauración antes que Dios acepte sus oraciones. Y la iglesia de Dios que ha permitido que su infortunado hermano sea injustamente tratado será culpable de pecado hasta que hagan todo lo que está en su poder para corregir la injusticia. 3TPI 569.2
Sin duda todos están familiarizados con el caso de Acán. Está registrado en la historia sagrada para todas las generaciones, pero más especialmente para aquellos sobre quienes los fines del mundo han llegado. Josué yacía sobre su rostro lamentándose ante Dios porque el pueblo fue obligado a retirarse vergonzosamente delante de sus enemigos. El Señor le ordenó a Josué que se levantara: “Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?” ¿He humillado sin causa quitando mi presencia de ti? ¿Abandona Dios a su pueblo sin una causa? No; le dice a Josué que hay algo que tiene que hacer antes que su oración pueda ser contestada. “Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres”. Declara: “Ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros”. Josué 7:10-12. 3TPI 570.1
Aquí en este ejemplo tenemos una idea de la responsabilidad que descansa sobre la iglesia y la obra que Dios les requiere que hagan a fin de tener su presencia. En cualquier iglesia es un pecado no investigar la causa de su oscuridad y de las aflicciones que han estado en medio de ellos. La iglesia en _____ no puede ser una iglesia activa, próspera, hasta que sean más conscientes de las injusticias que hay entre ellos, y que impiden que la bendición de Dios descienda sobre ellos. La iglesia no debiera permitir que se trate injustamente a sus hermanos que están en aflicción. Son precisamente ellos los que debieran despertar la compasión en todos los corazones y apelar a que se manifiesten sentimientos nobles y benevolentes de parte de todos los seguidores de Cristo. Los verdaderos discípulos de Cristo trabajarán en armonía con él y, siguiendo su ejemplo, ayudarán a aquellos que necesitan ayuda. La ceguera del hermano E es una calamidad terrible, y todos debieran tratar de ser ojos para el ciego y de ese modo hacerle sentir su pérdida tan pequeña como sea posible. Hay algunos que mejoran sus ojos estando atentos en busca de oportunidades para trabajar para su propio beneficio a fin de obtener ganancias, pero Dios puede traer confusión sobre ellos en una manera que no esperan. 3TPI 570.2
Si Dios en su misericordia le ha dado al ciego facultades inventivas que puede usar para su propio bien, no permita Dios que alguien le tenga envidia por este privilegio y lo despoje de los beneficios que podría derivar de este don que Dios le ha dado. El ciego enfrenta desventajas por todas partes por la pérdida de su vista. El corazón en el cual no se despiertan la compasión y la solidaridad al ver a un ciego tanteando su camino en un mundo que para él está cubierto de tinieblas, ciertamente es un corazón duro y debe ser ablandado por la gracia de Dios. El ciego no puede mirar el rostro de nadie y leer allí compresión y verdadera benevolencia. No puede contemplar las bellezas de la naturaleza y descubrir el dedo de Dios en sus obras creadas. Los alegres mensajes del mundo natural no le hablan para consolarlo y bendecirlo cuando el desaliento se cierne sobre él. Cuán rápidamente canjearía su ceguera y cada bendición temporal por la bendición de la vista. Pero él está encerrado en un mundo de tinieblas, y los derechos que Dios le ha dado han sido pisoteados para que otros puedan conseguir ganancias. 3TPI 571.1