Queridos hermano y hermana A: El Señor ha considerado necesario en su misericordia darme una visión en este lugar; y entre las diferentes cosas que se me mostraron había algunas referentes a ustedes dos. Vi que no todo estaba bien en su caso. El enemigo ha estado buscando la destrucción de ustedes, y tratando de ejercer influencias sobre otros mediante ustedes. Vi que ustedes dos han adoptado una exaltada posición que Dios nunca les ha asignado, y que ambos se consideran muy a la vanguardia del pueblo de Dios. Vi que miraban hacia Battle Creek con celo y sospecha. Vi que colocaban sus manos en ese lugar y que modelaban sus actividades y esfuerzos para convertirlos en lo que ustedes pensaban que era lo correcto. Ustedes están notando detalles que no comprenden, con los cuales no tienen nada que ver y que en manera alguna les conciernen. Dios ha encomendado su obra en Battle Creek a siervos escogidos. Ha colocado sobre sus hombros la carga de la obra. Hay ángeles de Dios que han sido comisionados para vigilar la obra; y si ésta no avanza correctamente, los que están a la cabeza serán corregidos, y las cosas avanzarán de acuerdo con el orden de Dios sin interferencia de este o aquel individuo. 1TPI 187.1
Vi que Dios desea que ustedes pongan atención en ustedes mismos. Prueben sus motivos. Están engañados con respecto a ustedes mismos. Tienen una apariencia de humildad y esto ha ejercido influencia sobre otros, y los ha conducido a pensar que se encuentran a la vanguardia en la vida cristiana; pero cuando alguien toca sus teorías e ideas peculiares, inmediatamente se levanta su yo y ustedes manifiestan un espíritu voluntarioso y obstinado. Esto constituye una evidencia segura de que ustedes no poseen verdadera humildad. 1TPI 188.1
Vi que ustedes tenían ideas equivocadas acerca de lo que aflige su cuerpo, por lo cual se privan de alimentos nutritivos. Esto induce a algunos en la iglesia a pensar que Dios se encuentra ciertamente con ustedes, porque en caso contrario no se negarían a sí mismos ni se sacrificarían. Pero vi que ninguna de estas cosas hará que sean más santos. Los paganos hacen lo mismo pero no reciben recompensa por ello. Un espíritu quebrantado y contrito delante de Dios es a su vista de gran precio. Vi que sus ideas concernientes a estas cosas son erróneas, y que están mirando y observando la iglesia y tomando nota de detalles, cuando su atención debiera considerar el interés de sus propias almas. Dios no ha puesto sobre ustedes la carga de su grey. Ustedes piensan que la iglesia está atrasada porque no ve las cosas como ustedes las ven, y porque no sigue el rumbo rígido que ustedes piensan que se debe seguir. Vi que estaban engañados concerniente a su propio deber y al deber de los demás. Algunos han ido a extremos en lo que concierne al régimen alimentario. Han adoptado un proceder rígido y han vivido tan sencillamente que su salud ha sufrido, la enfermedad se ha afianzado en su organismo y el templo de Dios ha sido debilitado. 1TPI 188.2
Se me llamó la atención a nuestra experiencia pasada en Róchester, Nueva York. Vi que cuando vivíamos en ese lugar no comíamos alimento nutritivo como debiéramos haberlo hecho, y como resultado, la enfermedad casi nos hizo descender a la tumba. Vi que así como Dios da sueño a sus amados, también está dispuesto a concederles alimento adecuado para mantener sus fuerzas. El motivo que nos animaba era puro. Era ahorrar dinero para poder seguir publicando nuestra revistita. Éramos pobres. Vi que en ese tiempo la falta había sido de la iglesia. Los que tenían recursos eran codiciosos y egoístas. Si ellos hubieran hecho su parte se habría aligerado la carga que pesaba sobre nosotros; pero debido a que algunos no hicieron su parte, nosotros estuvimos recargados y otros estuvieron aliviados. Vi que Dios no requiere que ninguno adopte un sistema de economía tan rígido que llegue a perjudicar el templo de Dios. Hay deberes y exigencias en la Palabra de Dios para humillar a la iglesia y hacer que sus miembros aflijan sus almas, de modo que es innecesario hacer cruces que creen deberes que aflijan el cuerpo a fin de causar humildad. Todo esto se encuentra fuera de la Palabra de Dios. 1TPI 188.3
El tiempo de angustia está cercano, y cuando llegue, el pueblo de Dios tendrá que negarse a sí mismo y comer lo que apenas sea necesario para sustentar su vida, pero Dios nos preparará para ese tiempo. En esa hora terrible nuestra necesidad será oportunidad de Dios de impartir su poder fortalecedor y de sustentar a su pueblo. Pero ahora Dios requiere que ellos trabajen con sus manos en las cosas que son buenas, y que aparten de los recursos con que él los ha prosperado y hagan su parte en sostener la causa de la verdad. Este es un deber prescrito a todos los que no han sido llamados especialmente en palabra y en doctrina, a dedicar su tiempo a proclamar a otros el camino de vida y de salvación. 1TPI 189.1
Los que trabajan con sus manos deben alimentar sus fuerzas para llevar a cabo ese trabajo, y también los que trabajan en palabra y doctrina deben alimentar sus fuerzas; porque Satanás y sus ángeles malignos están luchando contra ellos para aniquilar sus fuerzas. Debieran hacer reposar el cuerpo y la mente del trabajo agotador cuando puedan hacerlo, y debieran tomar alimentos nutritivos y fortalecedores para edificar sus fuerzas, porque se verán en la necesidad de poner en ejercicio todas las fuerzas que tengan. Vi que no glorifica a Dios en lo mínimo que algunos de sus hijos se creen un tiempo de angustia para sí mismos. El pueblo de Dios tiene un tiempo de angustia ante él, y Dios lo preparará para ese temible conflicto. 1TPI 189.2
Vi que sus ideas concernientes a la carne de cerdo*Este notable testimonio fue escrito el 21 de octubre de 1858, casi cinco años antes de la gran visión de 1863, en la cual se dio la luz concerniente a la reforma pro salud. Cuando llegó el momento debido, se presentó el tema en una forma que pusiera en acción a todo nuestro pueblo ¡Cuán admirable es la sabiduría y la bondad de Dios! Sería tan errado insistir en la actualidad en que es necesario dejar la leche, la sal y el azúcar, como lo fue insistir en el tema del puerco en 1858.—J.W., nota a la segunda edición. no causarían ningún perjuicio si ustedes las guardaran para sí mismos; pero en su juicio y opinión han convertido este asunto en una prueba, y sus acciones han mostrado claramente su fe en este asunto. Si Dios requiere que su pueblo se abstenga de consumir carne de puerco, los convencerá acerca de ello. Está tan dispuesto a mostrar a sus hijos honrados cuál es su deber, como lo está de mostrar su deber a personas sobre quienes no ha depositado la carga de su obra. Si es deber de la iglesia abstenerse de consumir carne de puerco, Dios lo revelará a más de dos o tres personas. Él enseñará a su iglesia cuál es su deber. 1TPI 189.3
Dios está conduciendo a un pueblo y no a unas cuantas personas separadas aquí y allá, una que cree una cosa y otra que cree otra diferente. Los ángeles de Dios están efectuando la obra confiada a su cuidado. El tercer ángel va a la cabeza y está purificando a un pueblo, y éste debiera avanzar con él en forma unida. Algunos toman la delantera a los ángeles que están guiando a su pueblo; pero tienen que desandar cada paso y seguir humildemente al mismo paso que los ángeles que guían. Vi que los ángeles de Dios no conducirán a su pueblo con más rapidez de la que éste puede recibir las importantes verdades que se le comunican y llevarlas a la práctica. Pero algunas personas inquietas hacen su trabajo sólo a medias. A medida que el ángel las guía se apresuran en ir en busca de algo nuevo, y avanzan sin dirección divina y en esta forma acarrean confusión y discordia a las filas. No hablan ni obran en armonía con el resto del cuerpo. Vi que ustedes dos debieran ser conducidos rápidamente al lugar donde quieren ser conducidos, en vez de querer ustedes mismos ser los directores, porque en caso contrario Satanás se introducirá y los guiará en su camino, para que sigan sus designios. Algunos consideran sus ideas fijas y las tienen por evidencia de humildad. Esto es engañoso. Ustedes dos están actuando en forma tal que más tarde tendrán que arrepentirse. 1TPI 190.1
Hermano A, usted es por naturaleza tacaño y codicioso. Diezma la menta y el comino, pero descuida las cosas de mayor peso. Cuando el joven rico acudió a Jesús y preguntó qué debía hacer para tener vida eterna, Jesús le dijo que guardara sus mandamientos. Él contestó que todo eso ya lo había guardado. Luego Jesús añadió: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. El resultado de esto fue que el joven se retiró entristecido, porque tenía muchas posesiones. Vi que usted tiene ideas equivocadas. Dios requiere que su pueblo practique la economía; pero algunos han estirado la economía hasta convertirla en tacañería. Quisiera que usted pudiera ver su caso tal como es. Usted no posee el verdadero espíritu de sacrificio que es aceptable para Dios. Usted observa a otros y si ve que no siguen el mismo proceder rígido que usted práctica, no hace nada por ellos. Su alma se está marchitando bajo la influencia de sus propios errores. Usted manifiesta un espíritu fanático y supone que se trata del Espíritu Santo. Está engañado. No puede soportar el testimonio claro y cortante. Quisiera recibir un testimonio halagador; pero cuando alguien reprueba sus yerros, su yo se manifiesta rápidamente. Usted y su esposa no tienen un espíritu humilde. Hay una obra que deben hacer... Vi que estos actos y ese espíritu, eran el fruto de sus errores y el resultado de establecer su propio juicio e ideas como regla para otros, en oposición a los obreros que Dios ha llamado al campo de labor. Han errado por querer abarcar mucho. 1TPI 190.2
Vi que ustedes habían pensado que este o aquel obrero había sido llamado a trabajar en el campo, cuando en realidad no saben nada de ese asunto. Ustedes no pueden leer el corazón. Si hubieran bebido abundantemente de la verdad del mensaje del tercer ángel no pensarían que tienen tanta libertad para decir quién ha sido llamado por Dios y quién no lo ha sido. El hecho de que una persona pueda orar y hablar bien no constituye una evidencia de que Dios la haya llamado. Todos ejercen cierta influencia, y esa influencia debiera revelar a Dios. Pero el asunto de si éste o aquél debieran dedicar su tiempo a trabajar por las almas, es de gran importancia, de modo que nadie, sino Dios, puede decidir quién debe dedicarse a esta solemne tarea. En los días de los apóstoles había hombres buenos, que podían orar con poder y hablar con precisión; sin embargo los apóstoles, que tenían poder sobre los espíritus inmundos y podían sanar a los enfermos, no se atrevieron, usando únicamente su propia sabiduría, a apartar a alguien para que fuera el portador de la voz de Dios en esa obra sagrada. Aguardaron hasta tener una evidencia inequívoca acerca de la manifestación del Espíritu Santo. Vi que Dios había dado a sus ministros el deber de decidir quién reunía las condiciones necesarias para la obra sagrada; y juntamente con la iglesia y las señales manifiestas del Espíritu Santo, debían decidir quiénes debían ir y quiénes estaban descalificados para ir. Vi que si la tarea de decidir quiénes estaban suficientemente calificados para llevar a cabo esta gran obra se dejaba librada a unas pocas personas, como resultado se producirían confusión y distracción en todas partes. 1TPI 191.1
Dios ha mostrado repetidamente que no debiera animarse a una persona a que salga a trabajar al campo sin tener evidencia inequívoca de que ha sido llamada. El Señor no confiará la responsabilidad de cuidar su grey a personas que no posean las calificaciones necesarias. Aquellos a quienes Dios llama deben ser personas de profunda experiencia, probados, de juicio sólido, personas que se atrevan a reprochar el pecado con espíritu de humildad, y que entiendan cómo alimentar a la grey. Dios conoce el corazón y también sabe a quién elegir. El hermano y la hermana A pueden decidir en este asunto, pero equivocarse completamente. Su juicio es imperfecto y no puede considerarse como evidencia en este asunto. Vi que ambos se están alejando de la iglesia, y si continúan haciéndolo, cosecharán amargos resultados, porque Dios los dejará ir para que sufran siguiendo su propio camino. 1TPI 192.1
Ahora Dios los invita a hacer lo recto, a probar sus motivos y a obrar en armonía con su pueblo. 1TPI 192.2
Mannsville, Nueva York, 21 de octubre de 1858.