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Elena De White: Mujer De Visión

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    PASTOR ALONZO T. JONES

    El trabajo de la sesión de la Asociación General de 1905 continuó a un ritmo uniforme. Elena de White se dirigió diez veces a la sesión. “El Señor me ha ayudado —escribió cerca del fin de la reunión— para que los discursos tengan un carácter solemne... Todavía tengo un trabajo que hacer en el campamento, en favor de ciertos individuos’’ (Carta 149, 1905). Uno de esos individuos era A. T. Jones, todavía un miembro del Comité de la Asociación General pero ahora estrechamente asociado con el Dr. J. H. Kellogg y en plena simpatía con él.MV 504.4

    En algún momento durante la sesión se le dio una visión a Elena de White en la que “el caso del pastor Jones me fue nuevamente presentado” (Carta 116,1906). Esto la indujo a tener una extensa entrevista con él en la que se refirió al peligro de que él estuviese en Battle Creek en estrecha asociación con el Dr. Kellogg. Pero la entrevista fue improductiva, porque Jones sentía que él no estaba en ningún peligro. Su presencia en la sesión de la Asociación General de 1905 marcó la conclusión de su conexión con la iglesia en un carácter oficial, una conexión que en años anteriores se caracterizó por contribuciones notables.MV 504.5

    A la edad de 23 años, Alonzo T. Jones, un oficial en el Ejército de los Estados Unidos, llegó a ser un adventista del séptimo día. Un hombre serio, estudioso, y que llegó a su posición por sus propios esfuerzos, se preparó para el ministerio, al cual fue llamado en 1885. Pronto se distinguió como un redactor asociado de Signs of the Times. No mucho tiempo después se le unió el Dr. Ellet J. Waggoner, un médico que se había transformado en ministro. En la sesión de la Asociación General de 1888 los dos estuvieron al frente en presentaciones sobre la justificación por la fe. Tuvieron el fuerte apoyo de Elena de White como defensora de esta preciosa verdad. Cuando ella pudo hacerlo, viajó y trabajó con ellos durante dos años después de la sesión, llevando el mensaje a las iglesias, institutos ministeriales, instituciones y campestres.MV 505.1

    Los pastores Jones y Waggoner fueron lanzados a la posición de expositores bíblicos destacados en las filas de los adventistas, un papel que mantuvieron durante gran parte de la década de 1890. Jones asistió a todas las sesiones de la Asociación General, y no era infrecuente para cada uno de los hombres tener a su cargo 10 a 20 ó más estudios bíblicos consecutivos. Jones pasaba mucho tiempo en Battle Creek y se mantuvo como un dirigente prominente, teniendo varios cargos importantes.MV 505.2

    Pero estos dos hombres, tan altamente honrados por Dios debido a su amplia influencia para el bien, se convirtieron en el punto especial de ataque del gran adversario. Las comunicaciones de Elena de White a ambos hombres a través de un período de 15 años después de 1888, revelan que cada uno tenía debilidades en su experiencia, cada uno enfrentaba peligros, y cada uno había cometido errores. Esto, sin embargo, no los descalificaba para prestar servicio a Dios.MV 505.3

    En abril de 1893 Elena de White tuvo la ocasión de advertir al pastor Jones respecto a sus puntos de vista extremos en su presentación de la relación entre fe y obras (ver IMS, pp. 442-445). Nuevamente al año siguiente lo reprendió por apoyar entusiastamente a Anna Rice Phillips, quien decía tener el don de profecía (ver 2MS, pp. 97-109). De tanto en tanto lo aconsejaba a que ejerciese prudencia en su manera de hablar y escribir, como para evitar de ofender.MV 505.4

    En febrero de 1897 Jones fue elegido como uno de los 13 miembros del Comité de la Asociación General, y ocho meses más tarde fue colocado como director de la Review and Herald, un cargo que retuvo por cuatro años. Con este arreglo se dijo que “en vez de hablar comparativamente a pocos de nuestra gente en reuniones anuales, se dirigirá a todos ellos cada semana” (RH, 5 de octubre, 1897). Durante una porción de este tiempo fue presidente de la junta de la Review and Herald Publishing Association.MV 505.5

    Jones ocupó un lugar prominente en la sesión de 1901 de la Asociación General, e instó a que en la reorganización de la Asociación General “no hubiese reyes”. Ejerció influencia en la elaboración de una constitución que no proveyese para la elección de los principales oficiales de la Asociación General por parte de los delegados, sino que se dejara la responsabilidad a un comité ejecutivo de 25.MV 505.6

    Nombrado nuevamente para el nuevo Comité de la Asociación General en 1901, se le asignó a Jones el trabajo general que lo llevó a los campestres de verano en el Oeste. Después de persuadir a las asociaciones locales en el Noroeste a seguir el ejemplo de la Asociación General y no elegir presidentes, él mismo aceptó la presidencia de la Asociación de California. Esta Asociación, con la excepción de Michigan, era la Asociación local más grande y más fuerte en el mundo.MV 506.1

    Su espíritu duro y dominante pronto le costó la confianza de aquellos con quienes él trabajó. Elena de White trabajó con él diligentemente, y él prometió reformarse. Luego, con el estímulo de ella, fue electo para un segundo término en 1902.MV 506.2

    En el verano de 1903, en un tiempo cuando los asuntos en la Asociación de California estaban muy difíciles, él tuvo una entrevista con Elena de White en Elmshaven en la cual le dijo que a pedido del Dr. J. H. Kellogg estaba planeando ir a Battle Creek para enseñar Biblia en el Colegio Médico-Misionero Americano. Esperaba poder ayudar al Dr. Kellogg. Ella le aconsejó que no fuese. Él le prometió que sería cauteloso. A ella se le había advertido en visión que tal decisión de su parte lo conduciría a su ruina.MV 506.3

    Elena de White observó los resultados inevitables y sufrió al pensar en su bienestar espiritual. Su plan de permanecer en Battle Creek sólo un año pronto fue olvidado mientras se arraigaba más y más allí.MV 506.4

    A Elena de White se le había mostrado en visión cuál sería la actitud de Jones, v ahora ella la presenciaba. En “lugar de recibir las advertencias, estaba lleno de confianza propia” (Carta 116, 1906).MV 506.5

    “Le advertí al pastor Jones —escribió la Sra. White—, sin embargo él sentía que no corría el menor peligro. Pero en torno a él se han tejido hilos finos, y es ahora un hombre engañado y decepcionado. Aunque pretende creer en los Testimonios, no cree en ellos” (Ibíd.).MV 506.6

    Observar a un hombre que había sido usado poderosamente por Dios rechazar la luz y menospreciar cada apelación que se le hacía, acongojó grandemente el corazón de la mensajera del Señor y preocupó profundamente a los dirigentes de la iglesia. En esta experiencia en la sesión de la Asociación General de 1905, A. T. Jones dio un paso importante en su apostasía. Las cosas alcanzaron a un punto tal que en 1909 pareció necesario quitar su nombre de los libros de la iglesia.MV 506.7

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