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Mensajera del Señor

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    Un camino solitario

    La soledad, sin embargo, y no el desánimo, fue una frecuente compañera de Elena, una soledad que no estaba ni frecuente ni necesariamente revestida de desánimo. La naturaleza de su asignación divina parecía requerir que Elena de White recorriese su camino sola Lo admirable es que no se la conocía como una reclusa melancólica Su familia la consideraba como la alegría del hogar; sus vecinos y compañeros de trabajo la recuerdan como su fuente de aliento.MDS 76.4

    Los profetas, por la naturaleza de su tarea, entregan más reproches que alabanzas. Esto fue cierto con la Sra White. Y no todos los destinatarios reciben bien los mensajes de corrección o reprensión. Han de esperarse malos entendidos y resentimientos.MDS 76.5

    Además, el hecho de estar a la vanguardia en casi todos los proyectos y empresas de la iglesia desde un mismo comienzo requirió una enorme fuerza emocional, que pocas personas poseen. Conducir a un grupo de hombres y mujeres de recia voluntad por nuevos caminos de la organización de la iglesia, desarrollar instituciones médicas y educacionales importantes, y ayudar a toda una denominación a navegar en medio de controversias teológicas difíciles: todo esto invitaba a los malos entendidos y a las desavenencias.MDS 76.6

    Podemos entender fácilmente a Elena de White cuando escribió en 1902: “He estado sola en esta tarea, absolutamente sola, con todas las dificultades y todas las pruebas relacionadas con la obra. Sólo Dios podía ayudarme”.48Mensajes selectos, t. 3, p. 74.MDS 76.7

    Cuando estuvo en Europa a la edad de 59 años, y habiendo perdido a su esposo cinco años antes, trató activamente de colocar la obra europea sobre una base sólida y unida. Ahí se presentaba un desafío que intimidaría, como en efecto ocurrió, al dirigente más fuerte. En una carta al presidente de la Asociación General, ella escribió: “Le diré que es- tos pasajes duros en mi experiencia me hacen desear el clima de California y el refugio de un hogar. ¿Tengo yo algún hogar? ¿Dónde está?” 49Bio., t. 3, p. 354.MDS 76.8

    En la secuela del Congreso de la Asociación General en Minneapolis, en 1888, Elena de White atravesó probablemente por su experiencia de más profunda soledad. Escribiendo abiertamente a Uriah Smith, declaró: “Mis hermanos han bromeado, cavilado, criticado, comentado, reprobado, tomado y escogido un poco y rechazado mucho hasta que los testimonios no significan nada para ellos. Les añaden cualquier interpretación que escogen en su propio juicio finito y están satisfechos. Si me hubiese atrevido, yo habría abandonado este campo de batalla hace mucho tiempo, pero algo me ha detenido. Pero dejo todo esto en las manos de Dios. Me siento abandonada por muchos de mis hermanos; no me entienden a mí, ni mi misión, ni mi trabajo, porque si entendieran, nunca podrían haber seguido el curso de acción que siguieron”. 50Id., p. 471.MDS 77.1

    En medio de todo, Elena de White experimentó gozo interior y felicidad. Ella instó a otros, por palabra y por ejemplo, a juntar las rosas e ignorar las espinas. 51El camino a Cristo, p. 117. En la revista de la iglesia escribió: “Representemos la vida cristiana como realmente es; hagamos el camino alegre, atractivo, interesante. Podemos hacer esto si lo queremos. Llenemos nuestras mentes de cuadros vividos de asuntos espirituales y eternos, y al hacerlo así ayuda remos a convertirlos en una realidad para otras mentes”. 52Review and Herald, 29 de enero, 1884.MDS 77.2

    La soledad, aun la frustración y el desánimo, no debieran silenciar a un cristiano alegre. Durante un tiempo de dificultades en la década de 1860, cuando los White estaban en Dansville, Nueva York, buscando ayuda para los problemas físicos de Jaime, Elena registró en su diario una conversación anterior: “Es la falta de religión genuina lo que produce melancolía, abatimiento y tristeza... Un servicio a medias, amando el mundo, amando el yo, amando las diversiones frívolas, dan como resultado un siervo tímido y cobarde. Los tales siguen a Cristo en forma muy distante. Un servicio a Jesús hecho de corazón y voluntariamente produce una religión luminosa. Aquellos que siguen a Cristo muy de cerca no han estado desalentados”. 53Bio., t. 2, p. 122.MDS 77.3

    Las personas pueden ser felices aunque padezcan de soledad. La capacidad de Elena de White para manifestar esta verdad impregna el registro histórico y confirma su declaración en Great GriMdsby, Inglaterra, en 1886:MDS 77.4

    “Yo no espero recibir toda mi felicidad en el más allá. Experimento felicidad ya a lo largo de mi camino. Sin embargo, tengo pruebas y aflicciones; pero fijo la mirada en Jesús. Es en los lugares estrechos y difíciles donde él está precisamente a... [nuestro] lado, y podemos comulgar con él, y colocar todas nuestras cargas sobre Aquel que las lleva todas y decir: ‘Oh Señor, no puedo llevar por más tiempo estas cargas’ ”. 54Notas biográficas de Elena G. de White,p. 321.MDS 77.5

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