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    Ciudades del Noreste

    Las ciudades impactadas por el movimiento de 1844 deben volver a trabajarse. Se me ha indicado que el mensaje debería ser predicado con nuevo poder en las ciudades del este [de los Estados Unidos]. En muchas de esas ciudades, los mensajes del primer ángel y del segundo fueron anunciados durante el movimiento de 1844. A nosotros, como siervos de Dios, se nos ha confiado el mensaje del tercer ángel, en el cual culmina la obra de los precedentes para preparar a un pueblo para la venida del Rey. Debemos realizar todos los esfuerzos que podamos con el fin de hacer conocer la verdad a aquellos que están dispuestos a oírla; y muchos la escucharán. En todas las grandes ciudades, Dios tiene almas sinceras, deseosas de saber lo que es la verdad. - Testimonios para la iglesia, t. 9, pp. 80, 81. (1909)MLC 156.2

    El mensaje del tercer ángel debe proclamarse en ciudades del noreste. Todas estas ciudades del este donde se proclamó con poder el mensaje del primer ángel y del segundo, y donde el mensaje del tercer ángel se predicó, en los primeros días de nuestra historia como un pueblo distinto y peculiar, ahora deben ser trabajadas nuevamente. Están Portland, Maine; Boston, y todas las tantas ciudades de los al-rededores; están Nueva York, y las prósperas ciudades cercanas; están Filadelfia, Baltimore y Washington. No necesito enumerar todos estos lugares; ustedes saben dónde están. El Señor desea que proclamemos el mensaje del tercer ángel con poder en estas ciudades.MLC 157.1

    Es imposible que ejerzamos este poder por nosotros mismos. Todo lo que podemos hacer es escoger a hombres con capacidad, instarlos a entrar en estas avenidas de oportunidades, y allí proclamar el mensaje en el poder del Espíritu Santo.- Manuscrito 53, 1909.MLC 157.2

    Los miembros de iglesia del oeste deben apoyar la evangelización en el este. Al trabajar fielmente en nuestros vecindarios y en las ciudades cercanas, y al transmitir un mensaje decidido en las grandes ciudades de nuestro país, veremos la salvación de Dios...MLC 157.3

    La verdad debe salir como una lámpara que arde en las ciudades del este, y nuestros hermanos del oeste ahora tienen el privilegio de adelantar la causa de Dios en esa porción del campo donde el mensaje del tercer ángel se proclamó por primera vez.- Manuscrito 23, 1910.MLC 157.4

    Boston, Massachusetts

    La obra debería incluir Boston. Se me instruyó que se debe trabajar Boston; y sé que la posesión en este lugar del sanatorio será una de las más grandes bendiciones que podrían recaer sobre nuestra obra en los Estados del este.- Review and Herald, 29 de septiembre de 1904.MLC 157.5

    Miles en Boston esperan oír la verdad. Me siento ansiosa por que Boston oiga la Palabra del Señor y las razones de nuestra fe. Pidan que el Señor suscite obreros con el objeto de que trabajen en ese campo... Hay miles de personas en Boston que anhelan las verdades sencillas tales como son en Jesús.- Special Testimonies, serie B, N° 13, p. 8. (1908) (El evangelismo, p. 287).MLC 158.1

    El mensaje debe salir con poder. Si en la ciudad de Boston, y en otras ciudades del este, usted y su esposa se unen en la obra médica evangélica, aumentará su utilidad y comprenderán claramente cuál es su deber. El mensaje del primer ángel se predicó con gran poder en estas ciudades en 1842 y en 1843, y ahora es el momento de proclamar extensamente allí el mensaje del tercer ángel. Nuestros sanatorios del este tienen ante ellos una gran obra. El mensaje debe predicarse con poder, al aproximarse la obra a su final.-Carta 20, 1910 (Consejos sobre la salud, p. 548).MLC 158.2

    Debe haber obra médica en Boston y en otras ciudades de Nueva Inglaterra. Cuando el sanatorio de Nueva Inglaterra se trasladó de South Lancaster a Melrose, el Señor me instruyó que eso estaba de acuerdo con su providencia. Los edificios y los terrenos de Melrose son de tal naturaleza que constituyen una recomendación para nuestra obra médico-misionera, la cual debe llevarse a cabo no solamente en Boston, sino también en muchas otras ciudades de Nueva Inglaterra, que no han sido trabajadas. La propiedad de Melrose permite establecer comodidades que atraerán a este sanatorio a personas que no pertenecen a nuestra fe. Tanto la gente aristocrática como la común visitarán esa institución a fin de beneficiarse con los medios que ofrece para recobrar la salud.MLC 158.3

    Se me ha mostrado repetidamente que Boston es un lugar que debe trabajarse fielmente. La luz debe brillar tanto en los alrededores de la ciudad como en el centro. El Sanatorio de Melrose es uno de los instrumentos más grandes que se puedan emplear para alcanzar a Boston con la verdad. La ciudad y sus suburbios deben escuchar el último mensaje de misericordia que ha de darse a nuestro mundo. Hay que llevar a cabo, en numerosos lugares, reuniones en carpas. Los obreros deben utilizar con el mayor provecho posible las habilidades que Dios les ha concedido. Los dones de gracia aumentarán con el amplio uso. Pero no debe haber exaltación de sí mismos. No hay que establecer directivas precisas; dejemos que el Espíritu Santo dirija a los obreros. Deben continuar contemplando a Jesús, el Autor y Consumador de su fe. La obra para esa gran ciudad se difundirá por la revelación del Espíritu Santo, si es que todos caminan humildemente con Dios...MLC 158.4

    Esperamos que quienes tienen a su cargo la obra en Nueva Inglaterra colaborarán con el Sanatorio de Melrose para tomar medidas agresivas, a fin de llevar a cabo la labor que debe realizarse en Boston. Cien obreros pueden trabajar con ventaja en diferentes partes de la ciudad, en distintos ramos de servicio.- Special Testimonies, serie B, N° 13, pp. 12, 13 (Consejos sobre la salud, pp. 555-557). (1908)MLC 159.1

    Ciudad De Nueva York

    Tenemos que dar el mensaje a los comerciantes de Nueva York. Deberían sentir una responsabilidad definida por la obra en Nueva York. Tan ciertamente como los paganos que viven en países extranjeros, es necesario que los hombres de negocios de Nueva York, y de otras grandes ciudades, sean alcanzados con el mensaje. El enemigo se regocijaría al ver que la grandiosa verdad salvífica para este tiempo es confinada a pocos lugares. Él no está inactivo. Está inculcando en la mente de los hombres sus teorías engañosas, con la intención de enceguecer su visión y confundir su comprensión, para que la verdad salvadora no sea traída a su conocimiento. Pronto entrarán en vigor las leyes dominicales, y los hombres en puestos de confianza se amargarán en contra del puñadito de personas que guardan los Mandamientos de Dios.-Carta 168, 1909 (Manuscript Releases, t. 4, pp. 278, 279; parcialmente en El evangelismo, p. 285).MLC 159.2

    Se necesitan un sanatorio y una escuela cerca de la ciudad de Nueva York y otras ciudades. Necesitamos un sanatorio y una escuela en la vecindad de la ciudad de Nueva York y, mientras más demoremos en fundarlos, más difícil será.MLC 160.1

    Estaría bien adquirir un lugar fuera de la ciudad donde se pueda establecer el hogar de los obreros de la misión. Es de gran importancia que tengan las ventajas del agua pura, libre de toda contaminación. Por esta razón, a menudo está bien considerar las ventajas de una ubicación entre las colinas... Además, se debe conseguir un lugar en la ciudad, donde se puedan administrar tratamientos sencillos...MLC 160.2

    Que en forma similar también se tengan casas cerca de varias ciudades; y que se hagan esfuerzos sinceros y decididos, por parte de hombres capaces, para que en estas ciudades se dé el mensaje de amonestación que debe ir a todo el mundo. Solo hemos tocado, por así decirlo, unas pocas ciudades.-- Carta 168, 1909 ( El ministerio médico, p. 409).MLC 160.3

    Es importante establecer la obra médico-misionera. La mejor obra que pueden hacer [pastor Stephen N. Haskell y esposa] es iniciar un trabajo médico-misionero en Nueva York. Se me ha mostrado que, si en esta obra pudiese haber hombres y mujeres de experiencia que logren mostrar en qué consiste realmente el trabajo médico-misionero genuino, esto contribuiría poderosamente a producir una impresión correcta en la gente.- Carta 195, 1901 (El evangelismo, p. 284).MLC 160.4

    Se necesitan obreros; han de establecerse restaurantes. Mientras me encontraba en Nueva York durante el invierno de 1901, recibí luz acerca del trabajo que debía realizarse en esa gran ciudad. El curso que los hermanos debían seguir me fue mostrado noche tras noche. En el Gran Nueva York, el mensaje debe avanzar como una lámpara que brilla. Dios suscitará obreros para que lleven a cabo esta tarea, y sus ángeles irán delante de ellos. Aunque nuestras grandes ciudades están llegando rápidamente a una condición similar a la del mundo antediluviano, aunque su perversidad las hace parecerse a Sodoma, en ellas viven muchas almas honestas que experimentarán la convicción del Espíritu a medida que escuchen las sorprendentes verdades del mensaje adventista. Nueva York está listo para ser trabajada. En esa gran ciudad, se dará el mensaje de la verdad con el poder de Dios. El Señor anda en busca de trabajadores. Él extiende su invitación, a quienes ya tienen experiencia en la causa, para que acepten, en el temor de Dios, la responsabilidad del trabajo que debe realizarse en Nueva York y en otras grandes ciudades de los Estados Unidos, y lo lleven a cabo. También pide que se brinden los medios necesarios para realizar esta obra tan importante.MLC 160.5

    Se me indicó que no tendríamos que sentirnos satisfechos por tener un restaurante vegetariano en Brooklyn, sino que deberíamos establecer otros en diversas partes de la ciudad. La gente que vive en uno de los barrios del Gran Nueva York no sabe lo que sucede en otras partes de esa ciudad. Las personas que coman en los restaurantes que se establezcan en diversos lugares experimentarán un mejoramiento de su salud. Estos se hallarán más dispuestos a aceptar el mensaje especial de la verdad divina después de que se haya ganado su confianza.-- Testimonios para la iglesia, t. 7, pp. 56, 57. (1902)MLC 161.1

    Debemos alcanzar a las personas de corazón sincero en la ciudad. Y está Nueva York, esa ciudad grande y malvada. ¿Quién ha llevado la carga por ese campo? ¿Quién ha sentido la necesidad de negarse a sí mismo para que la obra en esa ciudad pueda llevarse a cabo? Por cierto que es una ciudad malvada; pero Dios tenía a Lot en Sodoma, y tiene a un pueblo en Nueva York que, como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, está clamando por las aguas puras del Líbano. Nueva York está lista para ser trabajada. Cuando estuve allí la última vez, justo antes de partir del país hacia Australia, el Señor me mostró lo que podría hacerse allí si todos acudieran en su ayuda. El poder de Dios es para comunicar la verdad en esa ciudad.MLC 161.2

    No hay más escasez de medios entre nuestro pueblo que en el pasado; por cierto que no hay escasez de medios entre nuestro pueblo en California. Pero, a pesar de esto, el gran campo de Nueva York sigue sin ser tocado mientras, semana tras semana, se reúne una gran congregación aquí, en el Tabernáculo [de Battle Creek]. La gente debería sentir que la reprensión de Dios descansa sobre ella porque no está trabajando para él en lugares donde no se conoce la verdad. Si tuviesen el espíritu de los padres peregrinos, saldrían a trabajar para Dios en los vastos lugares de la Tierra.- General Conference Bulletin, 10 de abril de 1901, pp. 183, 184.MLC 162.1

    Antes que detener la obra, saquen préstamos con intereses. Antes que interrumpir la obra en Nueva York, yo emplearía [pediría prestado] dinero y pagaría intereses por él, para hacer avanzar la obra. -Carta 141, 1901 (Manuscript Releases, t. 4, p. 319).MLC 162.2

    Miles esperan oír el mensaje. En Nueva York hay muchos que están maduros para la cosecha. En esta gran ciudad hay miles de personas que no han doblado sus rodillas delante de Baal. El ángel dijo: “He aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo” (Luc. 2:10). Nueva York contiene una parte de ese “pueblo”. Queremos ver el comienzo del nuevo año con maestros que trabajen en todas partes de Nueva York. Hay una obra que debe realizarse en esta ciudad; una obra que tendría que haberse hecho hace doce años. No se hizo; y ¿por qué? Porque los hombres y las mujeres no habían despertado a la importancia del tiempo en el que vivimos. No estaban preparados para hacer la obra que debía hacerse. Los que no se habían convertido a la reforma pro salud no podían trabajar por mandato de Dios. Así es que en 1901 hay escasez de obreros.- Manuscrito 117, 1901 (parcialmente en El evangelismo, p. 284).MLC 162.3

    Debe llevarse a cabo una obra multiétnica. En la ciudad de Nueva York, en Chicago y en otros grandes centros de población, hay un numeroso elemento extranjero, multitudes de personas de varias nacionalidades, y todas ellas prácticamente sin amonestar. Entre los adventistas hay un gran celo -y no estoy diciendo que haya demasiadopor trabajar en los países extranjeros; pero sería agradable para Dios si se manifestara un celo proporcionado por trabajar en las ciudades cercanas. Su pueblo necesita actuar cuerdamente. Necesita poner en marcha esta obra en las ciudades con fervoroso esfuerzo. Hombres de consagración y talento han de ser enviados a estas ciudades para ponerse a trabajar. Han de unirse muchas clases de obreros en la conducción de estos esfuerzos para amonestar a la gente.- Review and Herald, 29 de octubre de 1914 (Servicio cristiano, pp. 247, 248).MLC 162.4

    Trabajen ahora la ciudad de Nueva York, utilizando varios métodos. El mejor momento para trabajar la ciudad de Nueva York es ahora, el presente actual, despejar el camino tanto como sea posible para realizar la obra y, al mismo tiempo, que todos se compromentan con todos los intereses generados en las localidades contiguas...MLC 163.1

    La obra en el Gran Nueva York debe realizarse de manera que represente adecuadamente la sacralidad y la santidad de la verdad de Dios. Deben establecerse restaurantes vegetarianos, salas de tratamiento y escuelas culinarias. Se ha de enseñar a preparar comida saludable a la gente. Se les debe mostrar la necesidad de suprimir el té, el café y la carne.MLC 163.2

    El Gran Nueva York debe tener una relación diferente con la Asociación General que el territorio circundante y sus intereses, que son distintos, y tendrá que considerarse con una luz diferente en lo concerniente a la obra misionera. El Gran Nueva York es un mundo en sí mismo y, en cierto sentido, debería tener un manejo distinto del de las localidades aledañas.MLC 163.3

    Dios tiene designados a sus agentes para el engrandecimiento de nuestro círculo de influencia y para el aumento en número de los obreros que serán misioneros de verdad: obreros para la salvación de las almas de sus semejantes. Aquellos no deberían establecer límites que restrinjan la esfera de sus esfuerzos. La iglesia cristiana siempre meditará sobre jugadas de avance; siempre estará educando a obreros para nuevas con quistas para Cristo. Es necesario que se avance siempre incesantemente, a fin de que la verdad pueda extenderse a todas las partes del globo...MLC 163.4

    El Señor habría hecho trabajar Nueva York, junto con todas sus localidades y ciudades circundantes, hace muchos años y ahora que se revela más plenamente la oportunidad en todas las localidades, en cada iglesia, los corazones debería salir y conectarse con el progreso del mensaje evangélico. En todos los lugares abandonados de la viña, los corazones deberían conmoverse con una experiencia auténtica y viviente. Y ahora que se ha iniciado una gran obra, nadie debe cruzarse de brazos, sino que todos tienen que considerar con interés cada movimiento de la iglesia.MLC 164.1

    Las iglesias ahora, en diferentes partes del Gran Nueva York, deben sentir sus responsabilidades sagradas, dadas por Dios. La palabra del Señor es que este vasto campo misionero sea fielmente trabajado, y que cese todo vestigio de crítica, de buscar culpables y de separarse de la hermandad. Los prejuicios, y el pensar y hablar mal deben ser dejados de lado. Dios no tolerará más el espíritu que ha estado controlando las cosas en nuestras iglesias de Nueva York. Los campos aquí están listos para la cosecha. En cualquier dirección que miremos, nuestros hermanos tienen que hacer la obra que se les asignó, que abarca una gran circunferencia ilimitada. No se debe escuchar a aquellos que celebran y promueven el prejuicio. La obra debe avanzar bajo la dirección de Dios, y los que desean conservar el espíritu de disensión tienen que hacerse a un lado y permitir que la obra de Dios siga adelante.-- Important Testimony (Folleto 038), pp. 6-9. (1903)MLC 164.2

    Es necesario que se trabajen las ciudades cercanas: Trenton y Brooklyn. Tengo la profunda impresión de que Trenton [Nueva Jersey] será de mucho interés, al igual que Brooklyn [Nueva York] y otras localidades fuera de la ciudad de Nueva York. De hecho, vemos que los campos en todas direcciones, dentro y fuera de Nueva York, deben ser trabajados. Tendría que conseguirse un salón para reunir a la gente en la ciudad de Nueva York y las localidades vecinas fuera de ella...MLC 164.3

    Dios quiere ahora que trabajemos nuestras ciudades ejerciendo so- bre la mente humana las influencias santificadas que nos concedió. La transformación de una mente humana significa, si se cumple la voluntad de Dios, la transformación de muchas mentes humanas. “Ninguno de nosotros vive para sí”. Ninguno de nosotros planifica obtener gloria para sí. El Señor dio a Cristo a nuestro mundo, y no retuvo con Cristo nada que pudiera ayudar al hombre en su humanidad. Si la iglesia organizada no retuvo ningún talento ni influencia que le hayan sido confiados -si el Señor dio a Cristo, y luego llamó al hombre a poner ese poderío e influencia bajo el poder del don del Espíritu Santo para coronar su obra con éxito, para hacer que su obra [combinada] sea una señal de éxito-, el hombre, ¿debería fracasar por su parte?...MLC 164.4

    ¿Qué propone hacer la iglesia con las herramientas del cristiano para la conversión del mundo? El Señor requiere que se establezcan monumentos en su honor en cada ciudad. En cada ciudad debe asumirse la obra para difundir la influencia de la verdad, que tiene un poder santificador sobre los que oigan y respondan.- Carta 183, 1901.MLC 165.1

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