Manuscrito 193 - Asuntos de varios manuscritos

Se me mostraron algunas cosas sobre usted. Vi que usted tiene algo que hacer. Usted cree en la verdad, pero tiene opiniones fantasiosas sobre las Escrituras y habla detenidamente de estas ideas en las que se ha espaciado su mente, que han perjudicado sus labores en la Escuela Sabática. Debe usted sujetar su mente en este punto. La clara cadena de verdad ha sido desenterrada y presentada en publicaciones y desde el púlpito. Al leer y estudiar las Escrituras, corre usted el peligro de llegar a una interpretación distorsionada de ellas: sus propias opiniones originales que no armonizan con la fe de la iglesia. Al leer y explicar las Escrituras, debería usted tener mucho cuidado de no apartarse de las interpretaciones expresadas y establecidas que han sido dadas por personas de nuestra fe que han buscado la verdad como un tesoro escondido, que han soportado todo y no han reparado en gastos, que han presentado en el temor de Dios una armoniosa cadena de verdad.3MI 227.1

Vi, hermano Sawyer, que sus inclinaciones al fanatismo dañaba su utilidad y lo situaba donde era peligroso asignarle alguna gran responsabilidad en la iglesia.3MI 228.1

Vi que está en peligro y que debe guardarse por todas partes o el enemigo se aprovechará de usted. Usted siente celo por la verdad, y no habría ningún peligro especial en ese celo si no le permitiera llevarlo demasiado lejos. Usted tiene opiniones e interpretaciones erradas de las Escrituras y se entusiasma mucho con ellas y lleva las mentes en la dirección equivocada. Hay suficiente y clara verdad bíblica en la que pueden explayarse con provecho jóvenes y viejos, y usted debería limitarse más estrechamente a la explicación de estos pasajes bíblicos que han sido desenterrados y cuyo significado quedó zanjado por la iglesia, y entonces usted no suscitará un conflicto ni causará un tintineo en los sentimientos de sus hermanos.3MI 228.2

Debe refrenar su inclinación a ser original. Debe apoyarse en la fe de la iglesia o menoscabará la obra de Dios y dañará la verdad. No debería defenderse ninguna opinión nueva por parte de los predicadores o de la gente bajo su propia responsabilidad. Todas las ideas nuevas deberían ser objeto de investigación y decisión cabales. Si hay algún peso en ellas, deberían ser adoptadas por la iglesia; si no, rechazadas. A no ser que haya orden en estas cosas, pronto habría gran confusión en nuestras filas. No es el plan de Dios que uno se sienta libre de expresar sus opiniones con independencia de la iglesia, que otro exprese las suyas, y así sucesivamente. Si se adoptara tal proceder, no todos hablaríamos las mismas cosas ni glorificaríamos a Dios con una mente. Todos tenemos un papel que desempeñar, pero en unión con la iglesia. Usted podría ser de utilidad en la iglesia si se deshiciera de la tendencia que hay en usted a ser un poco fanático, a permitir que su mente discurra demasiado hacia lo fantasioso.— Carta 8, 1863, pp. 1, 2 (a «Querido hermano Sawyer”, sin fecha).3MI 228.3