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Manuscritos Inéditos Tomo 3 (Contiene los manuscritos 162-209)

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    1873

    Lunes 23 de junio de 1873. Hemos hecho las maletas para nuestro viaje [...]. Mi esposo y yo tuvimos un momento de oración juntos antes de subimos al tren. Subimos al tren hacia las seis. Tuvimos suerte de conseguir un coche cama [...]. Fue una noche muy calurosa.3MI 136.4

    Miércoles 25 de junio de 1873. No llegamos a Denver hasta aproxi-madamente las siete y treinta. Contratamos un carruaje y fuimos a la casa de mi sobrina Louise Walling. Fuimos bien recibidos; estábamos muy cansados y nos alegró poder descansar.3MI 137.1

    Denver, viernes 27 de junio de 1873. Otro bonito día. Anduvimos dos kilómetros de ida y otros tantos de vuelta desde las tiendas de la ciudad. Encargamos la confección de colchones de lana blanca, y un par de almohadas.3MI 137.2

    Colorado, domingo 29 de junio de 1873. Recorrimos unos cinco kilómetros en carro y nos detuvimos para desayunar. Compramos leche y tomamos un desayuno muy rico. El paisaje es verdaderamente imponente. Grandes montañas de rocas que se extienden hacia el cielo, una montaña es más alta que la otra [...].3MI 137.3

    Para esquivar una yunta de bueyes, nos vimos obligados a subir por un terraplén. Al descender, uno de los caballos se negó a obedecer la rienda. Mi esposo vio que el carro se estaba volcando. Se bajó de un salto, pero cayó debajo de la rueda y la rueda le pasó por encima. La hermana Hall y yo saltamos del carro para sujetar los correajes. Miré para ver cuán malherido estaba mi esposo. Estaba magullado, pero no se rompió ningún hueso. Nos sentimos agradecidas de que Dios lo había cuidado.3MI 137.4

    Colorado, lunes 30 de junio de 1873. Llegamos a los Aserraderos al final de la tarde [...]. Fuimos al viejo aserradero y empezamos a adecentarlo [...]. Limpiamos dos habitaciones [...]. Llegó el Sr. Walling con un montón de mobiliario y cosas que supuso que necesitábamos. Todos hemos estado muy ocupados y animados en nuestro trabajo. Tuvimos un momento de oración en el bosque. Oramos que Dios dejara reposar su bendición en nosotros en el momento en que nos instalábamos en las montañas para poder tener fuerza y recogimiento para escribir.— Manuscrito 8, 1873.3MI 137.5

    Colorado, martes 1o de julio de 1873. Está tormentoso. Desde la ventana vemos que nieva [...]. Las colinas están cubiertas de nieve. Estamos agradecidos por tener una buena chimenea para mantenernos calientes. Volvimos a limpiar la casa. Fregar es una novedad para mí, pero me gusta. Hacia el mediodía clareó y quedó buen tiempo. Las nubes se elevaron de la cordillera nevada y tuvimos una vista sumamente bonita de las montañas, no meramente coronadas de nieve, sino completamente cubiertas de nieve.3MI 137.6

    Colorado, viernes 4 de julio de 1873. Lavamos y limpiamos la salita. Trajimos leña, en nuestros brazos, de la montaña que hay detrás de la casa. Trabajamos mucho todo el día. Desmontamos el salón y encontramos en él cuatro ratones muertos [...]. Nos sentimos agradecidos de que esté ante nosotros el día de reposo.3MI 138.1

    Colorado, lunes 21 de julio de 1873. Pasamos el día principalmente escribiendo. Al atardecer fuimos unos tres kilómetros colina arriba y recogimos varios litros de bayas. Recibimos un buen número de cartas, documentos y libros [...]. Pasaron muchos indios con ponis, muías y caballos mesteños.3MI 138.2

    Colorado, miércoles 23 de julio de 1873. Esta mañana y ayer han pasado por aquí cientos de indios. Se dirigen a Middle Park a cazar y pescar [...]. Todos salimos entre la puesta de sol y la oscuridad y recogimos aproximadamente dos litros de fresas. Tuvimos chaparrones impresionantes parte del día. Preparé material para el Instructor.— Manuscrito 9, 1873.3MI 138.3

    Colorado, miércoles 6 de agosto de 1873. Dediqué gran parte de mi tiempo a arreglar mi habitación; claveteé la alfombra con tachuelas, puse una cortina alrededor de mi mesa rústica de pino [...]. Recogimos cuatro cargas de leña muerta. Los ayudé a recogerla [...]. Tuvimos dos momentos de oración sumamente preciosos en el pinar.3MI 138.4

    Colorado, jueves 7 de agosto de 1873. Escribí cinco cartas [...]. Las nubes parecían oscuras. Mi esposo, el pastor Canright y Willie fueron por una carga de leña. Acababan de desenganchar los caballos tras su regreso y empezó a llover, luego a granizar. Tuvimos tanto lluvia como granizo en grandes cantidades. El granizo era del tamaño de avellanas. El agua corría montaña abajo y entró en nuestra alcoba cerca del suelo. Dos se ocuparon en fregar y en achicar agua con el recogedor. La cocina tuvo goteras y se inundó el suelo. Hubo grandes goteras en el comedor. Este ha sido un día arruinado [...].3MI 138.5

    Colorado, viernes 8 de agosto de 1873. Esta mañana hace bastante fresco, después de la tormenta de ayer. Nuestra alfombra luce muy bien en el suelo [...]. Pasamos un ratito en el campo de los fresales. El granizo había picado la mayoría de las fresas.3MI 139.1

    Colorado, viernes 15 de agosto de 1873. Tenemos una mañana oscura y brumosa [...]. Habíamos escrito en un día unas veintiocho páginas a personas diferentes [...]. Tuvimos un momento especial de oración en la choza de troncos, al haber demasiada humedad en la arboleda.— Manuscrito 10, 1873.3MI 139.2

    Colorado, sábado 6 de septiembre de 1873. Tuvimos un día lluvioso. Hacia las nueve un señor montado a caballo preguntó si habíamos visto pasar a dos hombres. Yo los había visto más o menos a medianoche pasando junto a nuestra casa. Tras la huida, se detuvieron a beber en el manantial y luego se pusieron en marcha colina arriba por la carretera a Black Hawk. Estos hombres habían estado robando y las autoridades andaban buscándolos. El Sr. Walling y un agente de policía cabalgaron hasta la puerta. El Sr. Walling almorzó, cambió de caballos y siguió su marcha en el carro.3MI 139.3

    Colorado, domingo 7 de septiembre de 1873. La hermana Hall y yo hicimos una gran colada de dos semanas [...]. Hice una sábana completa a mano, metí el dobladillo en tres lados de la sábana e hice un par de almohadones. Este fue mi día de trabajo.3MI 139.4

    Domingo 14 de septiembre de 1873. Inesperadamente, Sr. Walling se acercó con el carro y dijo que estaba listo para dirigirse al Parque. Nos metió prisa a todos, y todos hicimos las maletas y estábamos casi listos para salir a las once. Salimos en el carro y, tras recorrer unos diez kilómetros, comimos. Extendimos nuestra mesa al lado de un arroyo, hicimos una fogata e ingerimos comida calien-te. Nos gustó mucho. Descansamos una hora y luego seguimos el camino. Avanzamos rápidamente por el bosque, y pensábamos que podríamos tener tiempo para pasar la cordillera mientras hubiera luz. Ascendimos la cordillera lentamente [...]. Teníamos que movernos muy lentamente. No llegamos a la tierra maderable, al otro lado de la cordillera, hasta después de que oscureciera. Montamos el campamento hacia las nueve, pero no llegamos a descansar hasta eso de medianoche. Teníamos una fogata llameante que resultaba muy gratificante, después de llevar un rato sentados en la carreta esperando encontrar un buen sitio para acampar. Yo estaba enferma y no pude dormir de noche.3MI 139.5

    En las montañas, Colorado, lunes 15 de septiembre de 1873. De-sayunamos y luego empaquetamos nuestra ropa de cama para seguir de camino. Mi esposo, Willie y yo íbamos montados en nuestros caballos. Mi esposo y yo seguimos cabalgando. El Sr. Walling y la hermana Hall estaban en la carreta. Dejamos nuestra carreta de ballestas porque el camino era tan escabroso que no podíamos avanzar más. Habíamos cabalgado unos tres kilómetros cuando Willie nos gritó que volviéramos. El Sr. Walling había tenido un percance. Volvimos a caballo y vimos que la carreta estaba averiada, y debíamos poner el campamento donde estábamos. Descansamos un rato y el Sr. Walling tomó sus tres caballos y la parte posterior de la carreta, y había de enviarnos y traernos el eje el miércoles. Nos hicimos un campamento muy cómodo y teníamos muchísima ropa de cama. Las noches son muy frías. Hay hielo en el agua y el suelo casi se congela de noche.3MI 140.1

    Colorado, martes 16 de septiembre de 1873. Hoy estamos muy cansados y cojos [...]. Cogimos frío, lo que hacía que pareciera que apenas podíamos movemos [...]. Habríamos disfrutado del paisaje si hubiéramos estado menos agotados. Nuestro campamento está en un pinar de grandes árboles. Hay un pequeño espacio abierto de suelo, con hierba para los caballos. Al sur se levanta una alta montaña de rocas. Los árboles parecen brotar de las propias rocas. Alcanzan gran altura, pero parecen aferrarse a las laderas de la montaña rocosa o apoyarse en las mismas. Al este, al oeste y al norte hay gigantescos perennifolios. Nuestro camino a Central Park atraviesa esta espesura de árboles.3MI 140.2

    Miércoles 17 de septiembre de 1873. Hay algo de viento que baja por el cañón. Tenemos que mover nuestra estufita varias veces al día cuando el viento pasa de un extremo de la tienda al otro [...]. Llegaron viajeros con una carreta y hombres a pie que arreaban ovejas. Dijeron que había mil trescientas en el rebaño. Han ocupado tierra en el Parque y pasarán el invierno ahí alimentando a sus ovejas. Pasaron otros dos viajeros.3MI 140.3

    Jueves 18 de septiembre de 1873. Mi esposo y yo hemos tenido un buen momento de oración en el bosque. Dos viajeros y un caballo que volvían del Parque se acercaron a nuestro campamento. Les dimos pan, ya que dijeron que no tenían nada de comer, salvo ardillas y carne de cerdo. Traían algunas bonitas muestras [de mineral] y curiosidades de Willow Creek.3MI 141.1

    Sábado 20 de septiembre de 1873. El sol relucía con belleza por la mañana, pero pronto se nubló y muy rápido empezó a caer nieve, cubriendo el suelo y quedándose en los árboles. Parece invierno. Todo a nuestro alrededor está blanco. Aquí estamos en nuestra tienda, poco después del comienzo de este lado de la cordillera, mientras la tierra está cubierta de nieve [...]. Sentimos profundamente nuestra necesidad de la gracia de Dios [...]. ¿Aprenderé alguna vez a ser perfectamente paciente en pruebas de poca importancia? [...]. Mi fervorosa oración a Dios cada día es recibir la gracia divina para hacer su voluntad.3MI 141.2

    Domingo 21 de septiembre de 1873. Mi esposo y yo escalamos una alta colina que era calentada por los rayos del sol y, a plena vista de las montañas cubiertas de nieve, oramos a Dios por su bendición [...]. Ambos lloramos ante el Señor y nos sentimos profundamente humillados ante él.3MI 141.3

    Lunes 22 de septiembre de 1873. Willie emprendió hoy el cruce de la cordillera para bien obtener suministros o bien para traer el eje de la carreta que está haciendo Walling. Nosotros no podemos ni movernos ni volver a nuestra casa en los Aserraderos sin nuestra carreta [...]. Hay muy poco forraje para los caballos. Su grano se está agotando. Las noches son frías. Nuestra reserva de provisiones está disminuyendo rápidamente [...]. Willie y el hermano Glover regresaron hoy. El hermano Glover venía de camino con el nuevo eje cuando Willie se encontró con él [...]. Nos alegró verlos, e hicimos preparativos para partir a la mañana siguiente hacia el lago Grand en Middle Park. Tuvimos una fría noche, pero nuestra noble fogata de grandes leños y nuestra estufita en la tienda nos mantuvieron cómodos.3MI 141.4

    Martes 23 de septiembre de 1873. Nos levantamos temprano y empaquetamos la ropa de cama y las provisiones para dar comienzo a nuestro viaje [...]. El camino era tan escabroso en el curso de aproximadamente diez kilómetros que la hermana Hall y yo decidimos caminar. Mi esposo iba montado en un poni. Willie caminaba. El hermano Glover llevaba los caballos [...]. Tuvimos que cruzar a pie arroyos y barrancos, sobre piedras y sobre troncos. Recogimos algo de resina de los árboles al pasar.3MI 142.1

    Después de viajar diez o trece kilómetros a pie, supuso un buen descanso ponernos sobre la ropa de cama y seguir el camino en carreta. El paisaje en el Parque era verdaderamente grandioso. Nuestro corazón estaba contento, aunque estábamos muy cansados. Podíamos trazar las maravillas de la obra de Dios en las montañas y las rocas que se elevaban grandiosas, en las bellas llanuras y en los pi-nares. Los árboles jaspeados, que mostraban las marcas del otoño, se intercalaban entre los pinos de verde vivo, presentando [...] un cuadro de gran hermosura y belleza. Eran las glorias agonizantes del verano. Acampamos para la noche en una llanura que rodeaba un grupo de sauces. Cortamos hierba de sobra para nuestras camas.3MI 142.2

    Miércoles 24 de septiembre de 1873. Tuvimos un paisaje sumamente bonito la mayor parte del camino. Se ve la gloria del otoño en los jaspeados árboles dorados y escarlata entre los oscuros peren- nifolios. Nos rodean por doquier montañas imponentes [...]. Nos detuvimos en el río Grand a comer. Tuvimos cierta dificultad para encontrar un camino para carros, pero, tras cierta demora, y con uno a caballo buscando cuidadosamente, pudimos pasar. Tuvimos un camino muy escabroso. Llegamos al lago Grand hacia las cinco. Plantamos nuestra tienda en un buen lugar seco y estábamos lo bastante cansados como para descansar esa noche.3MI 142.3

    Lago Grand, Colorado, jueves 25 de septiembre de 1873. Trabajamos afanosamente casi todo el día para conseguir instalarnos [...]. Tengo dos fundas hechas de mantas de lana que llenamos de heno y se convirtieron en camas muy buenas. Tenemos tablas dispuestas a modo de estantes y nos parece que todo está muy acogedor aquí.— Manuscrito 11, 1873.3MI 142.4

    Lago Grand, Colorado, 28 de septiembre de 1873. Aquí estamos, acampados junto a un bonito lago, rodeados de pinos que nos resguardan de vientos y tormentas. Imponentes montañas se alzan rodeando el lago salvo por un lado [...]. El lago es la masa de agua más bonita que jamás he contemplado [...]. Aquí vienen pescadores a pescar y se llevan sus peces metidos en cajas a lomos de burros [...].3MI 143.1

    Viniendo aquí nos encontramos con trece muías procedentes del lago, dos hombres, un caballo y dos burros cargados con ciento dieciocho kilos de pescado del lago [...]. Hay aquí varias cabañas de troncos, pero solo una es habitable y esa no tiene suelo. Vinimos aquí por la salud de su padre. Ha estado mejor desde que llegamos [...].3MI 143.2

    Nuestras provisiones se están agotando [...]. No podemos irnos de aquí hasta que regrese el hermano Glover y envíe a Walling con caballos y ponis. Aquí tenemos dos caballos y un poni. Para venir, por falta de ponis, Lucinda y yo anduvimos unos diez kilómetros por un camino sumamente escabroso. No podemos hacer esto para volver, porque es fundamentalmente cuesta arriba por montañas rocosas.3MI 143.3

    Hemos pasado el tiempo muy provechosamente a este lado de la cordillera. Hemos procurado convertir la búsqueda sincera de Dios en asunto nuestro.— Carta 13, 1873 (a Edson White y a su esposa Emma).3MI 143.4

    Lunes 29 de septiembre de 1873. Aprovechamos parte del día para recoger heno para los caballos. Mi esposo blandió la guadaña. Willie lanzaba el heno en la carreta y Lucinda y yo pisábamos. Mi esposo y Willie trabajaron arduamente para convertir una vieja casa cercana en un establo caliente y en hacer acopio de heno para los caballos.3MI 143.5

    Martes 30 de septiembre de 1873. El Sr. Westcott mató un lobo esta mañana. Era una fiera grande, de aspecto salvaje. Había caído en una trampa y estuvo aullando la mitad de la noche, lo cual daba mucha pena. La piel del lobo era muy buena y gruesa.— Manuscrito 11, 1873.3MI 143.6

    ..Miércoles 1o de octubre de 1873. Pasé casi todo el día escribiendo. Willie salió al lago en la tarde. Mi esposo, Willie y la hermana Hall fueron por media carga de heno para mantener a los caballos. Su forraje casi se ha agotado.3MI 143.7

    Jueves 2 de octubre de 1873. Saqué mis bártulos de escribir y me puse a escribir bajo un árbol hasta mediodía. Después de comer, cruzamos el lago en una barca y anduvimos sobre rocas y entre montañas, árboles y maleza dos kilómetros o más. Vimos grandes álamos que los castores habían talado tan limpiamente como si hubieran sido cortados con un cuchillo. Los instintos y los hábitos de estos animales son verdaderamente maravillosos. Volvimos a tomar la barca. Como remar era difícil, Willie corría por la playa arenosa y con una larga soga tiraba de la barca tras él, lo cual era una forma mucho más fácil, así como más rápida, de avanzar, porque la barca era difícil de manejar y los remos eran muy malos. Pasamos algún tiempo en el agua [...]. Ahora solo hay un hombre en el lago además de nosotros.3MI 144.1

    Viernes 3 de octubre de 1873. El caballo llamado Parson estaba muy enfermo. Temíamos que muriese. Lo atendimos lo mejor que podíamos, poniendo a su alrededor mantas calientes de franela. Se alivió después de varias aplicaciones. Aprendimos que la hidroterapia es para los animales tanto como para los seres humanos.3MI 144.2

    Domingo 5 de octubre de 1873. Ha llegado otro bonito día. El sol brilla muy gratamente, pero no nos llega ningún auxilio. Nuestras provisiones llevan varios días muy bajas. Muchos de nuestros suministros se han agotado: no hay mantequilla, ni salsa de ningún tipo, no hay harina de maíz ni harina integral. Tenemos algo de harina blanca y eso es todo. Esperábamos suministros hace tres días [...].3MI 144.3

    Cuando pensábamos qué podríamos hacer si no llegaba ninguna ayuda ese día, el Sr. Walling llegó cabalgando. Nos trajo mantequilla, y harina blanca que había dejado en el camino, escondida, donde había dejado dos caballos sin herrar para que los usásemos en el camino escabroso. Verlo fue un gozo para nosotros.3MI 144.4

    Lunes 6 de octubre de 1873. Nos levantamos temprano e iniciamos los preparativos para nuestro viaje de vuelta a casa. Empaquetamos todas las cosas en la carreta y la hermana Hall, mi esposo y yo nos levantamos y anduvimos hasta que habíamos recorrido unos diecinueve kilómetros por un camino muy escabroso, atravesando bosques con árboles derribados. Willie iba montado en un poni indio. Nos detuvimos para comer, pero cuando empezamos a buscar la bolsa de provisiones descubrimos que, de alguna manera, se nos había caído y no teníamos más comida que una empanada y un pan pequeño. Enviamos a Willie de vuelta a encontrar nuestra bolsa de provisiones, temerosos de que pudiera tener que hacer todo el recorrido.3MI 144.5

    Seguimos adelante, porque no podíamos comer hasta que llegásemos a los caballos [...]. La harina y unas patatas estaban allí ocultas para nuestro uso cuando regresáramos. Montamos nuestra estufita, cocinamos panecillos blancos en nuestras bandejas de moldes de panecillos [...] y tomamos una comida muy buena. Aquí mi esposo y la hermana Hall tomaron dos caballos y cabalgaron el resto del recorrido de ese día. Seguimos conduciendo la carreta y no acampamos hasta las nueve de la noche. Llevó unas dos horas montar la tienda y ocuparse de los caballos para la noche.3MI 145.1

    Yo no podía dormir, pensando en que Willie iba solo en el camino y que tenía que recorrer treinta y dos kilómetros extra; pero hacia las doce Willie, perfectamente a salvo, llegó al campamento con las provisiones perdidas. Nos sentimos agradecidos de que hubiera recorrido muchos kilómetros del camino a salvo sin incidente ni daño [...]. Eramos un grupo cansado y algunos durmieron profundamente, pero yo estaba demasiado cansada para dormir gran cosa.3MI 145.2

    Martes 7 de octubre de 1873. Ascendimos las empinadas colinas rocosas, subiendo sin parar, lo más rápido que nuestros caballos podían escalar. Atravesamos riachuelos y barrancos, subiendo y bajando colinas unos diez kilómetros.3MI 145.3

    Esto nos llevó al pie de la cordillera. Allí debatimos qué debíamos hacer: seguir o tomar una comida caliente recién cocinada. Lo dejamos todo al criterio del Sr. Walling. Su decisión fue que comiéramos deprisa y que, con tan poca demora como fuera posible, nos apresuráramos a cruzar la cordillera. Así lo hicimos, y no lo lamentamos [...]. No había nada de viento. El sol brillaba gratamente sobre nosotros [...]. Las obras de Dios en la naturaleza vistas por nosotros en este viaje eran ciertamente maravillosas [...].3MI 145.4

    Habíamos pasado la cordillera hacía solo un par de horas cuando [...] empezaron a juntarse densas nubes, y proseguimos deprisa todo lo rápido que nuestro tiro podía llevarnos. Antes de llegar a casa las nubes eran muy oscuras. El viento acarreaba polvo y tierra, y nos cegaba hasta el punto de que no podíamos ver. Relampagueaba y amenazaba una gran tormenta. Sin embargo, llegamos a salvo a casa [antes de que estallase la tormenta]. Fue una tormenta de viento, lluvia y nieve [...]. Estábamos muy agradecidos de estar en nuestro cómodo hogar y no en un campamento al otro lado de la cordillera.3MI 145.5

    Aserraderos Walling, Colorado, miércoles 8 de octubre de 1873. Era todo un lujo descansar sobre una cama, porque llevábamos veintitrés noches sin hacerlo. Nos sentimos muy agradecidos de estar en casa. Hay una gran tormenta de viento que arranca árboles e incluso derriba letrinas. La arena y la gravilla transportadas por el viento son arrojadas contra las ventanas y entran por las hendiduras, cubriendo el armazón y la ropa de cama, los muebles y los suelos [...]. Esta mañana vemos que la cordillera montañosa está cubierta de nieve.3MI 146.1

    Aserraderos Walling, viernes 10 de octubre de 1873. Escribí una larga carta [...]. Escribí algo sobre la tentación de Cristo [...]. Mi marido y yo salimos a cabalgar inmediatamente antes del sábado.3MI 146.2

    Aserraderos Walling, Colorado, sábado 11 de octubre de 1873. Es el santo sábado. Parte del día la hemos dedicado a la oración y a escribir.3MI 146.3

    Aserraderos Walling, Colorado, domingo 12 de octubre de 1873. Willie nos dejó hoy, rumbo a Michigan, para acudir al colegio. Su padre y yo lo llevamos a Black Hawk en la carreta. Nos entristeció separarnos de él.3MI 146.4

    Aserraderos Walling, Colorado, lunes 13 de octubre de 1873. Nos sentimos solos sin Willie [...]. Volvimos con los niños (Walling) al oscurecer. May cantó todo el camino a casa. Estaba muy contenta.3MI 146.5

    Aserraderos Walling, Colorado, sábado 18 de octubre de 1873. Salimos a caminar y oramos en la arboleda [...]. Leí algo a los niños. Les resulta muy difícil estar callados. Tuvimos un momento de oración muy precioso al final del sábado.3MI 146.6

    Aserraderos Walling, Colorado, lunes 20 de octubre de 1873. Teníamos que escribir cosas importantes, lo cual mantuvo a mi esposo muy ocupado haciéndolo hasta la hora de que ocupase su asiento en la carreta. Llevamos con nosotros a la hermana Hall, a Addie y a May Walling. Comimos rumbo a Black Hawk. El día era de temperatura muy suave y a los niños les gustó mucho el viaje. Compramos algo en Black Hawk y en Central [City]. No llegamos a casa hasta después de la puesta de sol [...). Mi esposo escribió cartas después de volver a casa. Se trasnochó hasta bastante tarde contestando cartas.3MI 146.7

    Aserraderos Walling, Colorado, martes 21 de octubre de 1873. Tuvimos un buen momento de oración, como es habitual, y luego comenzamos nuestra labor cotidiana. Lavé los platos y luego enjaboné una gran colada, la aclaré y la colgué en el tendedero. Me siento deseosa de que mi corazón sea limpio de toda iniquidad.3MI 147.1

    Aserraderos Walling, jueves 23 de octubre de 1873. Decidimos ir a Black Hawk a poner un telegrama a Battle Creek [...]. Llevamos nuestra comida a casa de la hermana Bental. Bebimos agua caliente con nuestras galletas saladas frías [...]. Cuando volvíamos se puso muy frío y empezó a nevar.3MI 147.2

    Aserraderos Walling, viernes 24 de octubre de 1873. Al comienzo del sábado tuvimos un momento preciosísimo de oración [...]. Creemos que [Dios] oirá nuestras oraciones. La bendición de Dios vino sobre nosotros mientras orábamos [...].Nos apetece confiar en Dios.3MI 147.3

    Aserraderos Walling, domingo 26 de octubre de 1873. Sigue nevando y haciendo mucho viento. Esta es una tormenta tremenda [...]. Un caballero que iba de viaje llamó a la puerta. Quería quedarse a pasar la noche. Dijo que hacía veinte años que no veía una tormenta así. De noche llamó un viajero, cegado y entumecido por el frío y el viento. Iba a pie y casi pereció pasando por la colina Dory. Pronunció sonoras palabrotas contra el tiempo.— Manuscrito 12, 1873.3MI 147.4

    Golden City, Colorado, 5 de noviembre de 1873. Estamos en Golden City. Esta mañana nos vamos. Nuestra visita ha sido muy agradable [...]. El Sr. Laskey nos lleva en la carreta a Denver.— Manuscrito 13, 1873.3MI 147.5

    PATRIMONIO WHITE,

    2 de noviembre de 1964

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