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Sermones Escogidos Tomo 1

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    Vivir para Dios

    Ahora bien, hermanos y hermanas, necesitamos religión. Necesitamos el bautismo del Espíritu Santo. Debemos estar preparándonos para ser misioneros. Ustedes no saben quién puede ser llamado, pero Satanás desea mantenerlos todo el tiempo en las tinieblas de la incredulidad. Desea mantenerlos en la bajeza; quiere mantenerlos en la oscuridad y el pecado. ¿Desean romper las cadenas? ¿Quieren salir libres? ¿Dirán: «Solo teniendo fe en ti, podré pagar tal deuda”? Para mí, eso es todo lo que Cristo quiere. Él desea recibirlos tal como ustedes son.SE1 173.1

    Que Dios nos ayude a ver y a vivir. Que Dios fortalezca nuestros corazones para confiar en él. Hermanos, él viene dentro de poco. Aquí hay penas y problemas. Aquí hay un hermano que ha estado sufriendo de reumatismo y con gran agonía lleva noches sin dormir. Hay descanso, hermano; habrá descanso dentro de poco. Lo veremos tal como él es, y seremos hechos semejantes a él. Descanse, descanse en el reino de Dios. Continúe un poquito más; sufra unos pocos días más, y habrá una eternidad de felicidad y dicha; eso es lo usted que desea. La corona de justicia es para el vencedor. Cada uno de ustedes ha de pensar en esto. En la mañana reflexionen en ello; ahora debo contemplar esa corona. Tengo que tratar de alcanzarla. Tengo que correr la carrera por ella. Y esa corona será mía si alcanzo la victoria. Pero si no lo hago, y Satanás vence, perderé esa corona y otro la obtendrá. ¿Acaso no intentaremos ganar la corona de la vida eterna? Si perdemos el cielo lo perdemos todo. Si ganamos el cielo lo ganamos todo.SE1 173.2

    Veo encantos incomparables en Jesús. No necesito una mayor recompensa que la que él nos presenta. No deseo una recompensa mayor que esa. Deseo vivir para Dios, no para el mundo. Deseo poner la vista solamente en su gloria. Que todos nosotros, en la mañana, al mediodía y en la noche, nos presentemos delante de Dios como su propiedad, no como que nos pertenecemos, y peleemos la buena batalla de la fe. Hoy no hemos de tener la fe de mañana. Solamente tendremos fe para hoy; mañana encontraremos fe cuando el día llegue; así que no se preocupen por el día de mañana. ¿Soy hoy del Señor? ¿Disfruto hoy del testimonio de su Espíritu? ¿Está mi nombre en los labios del gran Abogado del cielo? ¿Estoy caminando hoy en armonía con Jesucristo y los ángeles? Los seres celestiales están obrando para llevar la luz del conocimiento de la verdad, tal como brilla en la faz de Jesucristo, a los seres humanos.SE1 173.3

    ¿Soy un colaborador de Jesucristo? ¿Cuál es el problema? Es porque ustedes le han robado a Dios durante toda la semana. Le han robado a Dios, y no tienen parte en su obra. Que Dios les ayude a estar convertidos. Algunos de ustedes podrían estar molestos y decir: «No me gusta esa predicación tan directa». No puedo hacer nada si no les gusta. Tiene que haber alguien que obedezca el man-dato: «¡Clama a voz en cuello, no te detengas, alza tu voz como una trompeta! ¡Anuncia a mi pueblo su rebelión y a la casa de Jacob su pecado!” (Isa. 58: 1). Necesitamos la ayuda de ustedes, hermanos, la de todos ustedes.SE1 174.1

    ¿Cuál es la palabra del centinela que está sobre los muros de Sion? «La mañana viene y después la noche” (Isa. 21: 12). Ambas vienen. El vigía tiene que dar la voz de alarma. Cada guarda que está sobre los muros debe prestar atención y despertar al pueblo. ¿Qué hacen todos sino sentarse y mirar atónitos al centinela? Tienen que entender el sonido de la trompeta, y hacerlo suyo para proclamarlo en todas las iglesias. No deben clamar: «Centinela, venga aquí, ven-ga aquí”. Eso no debe suceder aquí en nuestra iglesia. Deben darla ustedes mismos por estar relacionados con Dios, porque son el canal de luz. Tomen todas las palabras ardientes del trono de Dios e impártanlas a la gente. Eso es lo que tienen que hacer. En vez de discutir sobre quién será el mayor; en vez de disensión, en vez de conflicto, que Dios les ayude a estar convertidos. Lo que necesitan es llegar a ser como niños.SE1 174.2

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