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Sermones Escogidos Tomo 2

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    Una póliza de seguro de vida eterna

    Si ustedes se empeñan en su salvación con temor y temblor, jamás fracasarán. «De esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. Esta promesa es una póliza de seguro de vida eterna, y nos es ofrecida a todos nosotros.SE2 255.1

    El apóstol continúa: «Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis y estéis confirmados en la verdad presente”.SE2 255.2

    A los que desean asegurar su llamamiento y elección y obtener esa póliza de vida eterna, les diríamos: «Recuerden que ustedes son colaboradores de Dios, labranza y edificio de Dios”. Y él está observando atentamente para ver qué tipo de material colocan padres e hijos en la edificación de sus caracteres.SE2 255.3

    Cuando el labrador siembra sus semillas podría parecer que está desperdiciando sus granos. Los padres podrían pensar que cuando enseñan a sus hijos los principios de bondad y paciencia, están desperdiciando su tiempo y esfuerzos. Pero si son fieles en adiestrar a sus hijos, cosecharán en abundancia tan ciertamente como el que siembra buena semilla en sus campos.SE2 255.4

    Padres, hagan de su hogar un pequeño cielo en la tierra. Y pueden hacerlo si así lo deciden. Ustedes pueden hacer que su hogar sea agradable y placentero que para sus hijos sea el lugar más atractivo del mundo. Hagan todo lo posible para que ellos reciban todas las bendiciones del hogar. Si ustedes viven en comunión con Dios su Espíritu hará su morada en sus hogares. Acérquense al sangrante costado del Varón del Calvario. Los que participan con él en sus sufrimientos también finalmente participarán con él de su gloria.SE2 255.5

    Se nos ofrece una póliza de vida eterna que nos asegura una vida que se compara a la vida del Dios infinito. Debemos poner de manifiesto que no estamos buscando obtener riquezas y honores terrenales, sino un «cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. Cuando se nos ha ofrecido tanto, ¿acaso no nos esforzaremos con todo empeño por ser vencedores? Si un esfuerzo en ese sentido hace que hombres y mujeres se sientan mal, si hace que se consideren bajo condenación; no los incentivaríamos a que tomen la cruz y sigan al Salvador. Pero sabemos que el esfuerzo para correr con paciencia la carrera que está ante ustedes, pondrá felicidad en sus rostros, una chispa de gozosa satisfacción en sus ojos y nobleza en el alma. Consideremos la carrera cristiana bajo esa luz. Aférrense de la mano del Infinito, extendida hacia abajo para salvarnos. Él dice: «Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: “No temas, yo te ayudo”». Recuerden que con nosotros está el Todopoderoso.SE2 255.6

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