La unidad
La obra de Dios avanza con mayor rapidez cuando sus obreros están unidos. En la unidad hay una vitalidad y un poder que no pueden ser obtenidos de ninguna otra forma. Unidos mutuamente, trabajando juntos en armonía, seremos verdaderamente «colaboradores de Dios”.SE2 268.2
Alguien dijo: «Sí, en eso es precisamente en lo que creo: en la consolidación». Pero esa unidad no es lo que el mundo llama «consolidación”. La unidad entre los hermanos da como resultado una integración con Cristo y con los ángeles celestiales. Dicha unidad nace del cielo. Eso fue lo que Cristo expresó al orar: «Pero no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” [Juan 17: 20-23].SE2 268.3