32—Superación personal
HE ESTADO PENSANDO MUCHO respecto a lo que re presenta la Palabra de Dios para nosotros. Mien tras leemos su Palabra, debemos recordar que Dios nos habla y nos instruye. Por ejemplo, tomemos el libro de Apocalipsis. Todos sabemos que hay muchos que consideran esta parte de las Escrituras como un libro cerrado porque no lo entienden; sin embargo, es una revelación que Cristo ha dado con el fin de iluminar nuestro entendimiento.SE2 303.1
En los mismos primeros versículos el carácter y objetivo del libro se ponen de manifiesto: «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. La declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, el cual ha dado testimonio de la palabra de Dios, del testimonio de JesucristoSE2 303.2
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Charla presentada en el Teacher’s Institute, en la capilla del colegio en Healdsburg, California, el jueves en la mañana, el 20 de agosto de 1903. Manuscrito 91, 1903. y de todas las cosas que ha visto. Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca».
Dios ha dado muchas instrucciones a través de toda su Palabra y deberíamos siempre estar en una actitud apropiada para recibirlas. En Romanos 12 leemos: «Os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta».SE2 304.1
Todo joven con sentido común y condiciones normales puede de manera constante mejorar la capacidad intelectual que Dios le ha concedido. Antes de cumplir los diecisiete años yo no entendía las Escrituras. Mi experiencia fue un tanto especial. Dios me estaba aleccionando y él deseaba que yo le prestara total atención a estos asuntos por algún tiempo, antes de que él me abriera las Escrituras para entenderlas. Después que hube reconocido que no podía entender su Palabra, permanecía despierta en la noche pensando en ello. A menudo me levantaba para arrodillarme delante de Dios, suplicando que me diera entendimiento. Pasó algún tiempo antes de que mi oración fuera contestada. Cuando finalmente eso sucedió, parecía como si alrededor de cada pasaje relacionado a nuestra experiencia cristiana brillara una hermosa luz, y que esa luz penetrara en cada fibra de mi ser.SE2 304.2
Alguien podría preguntar: «¿Por qué no podía usted entender la Biblia previamente?». Era porque nuestros hermanos y hermanas, inmediatamente después del cumplimiento del tiempo en 1844, estaban buscando la verdad con diligencia. Se reunían y hablaban, hablaban y hablaban, y todo parecía indicar que jamás llegarían a las conclusiones correctas respecto a las enseñanzas de la Palabra. Yo me reunía con ellos y estudiábamos y orábamos juntos, porque creíamos que era nuestro deber conocer en qué consistía la verdad de Dios. A menudo permanecíamos juntos hasta tarde en la noche, y en ocasiones durante toda la noche, pidiendo luz y estudiando la Palabra. Pero, todos se daban cuenta de que mi mente estaba cerrada y que yo no podía entender lo que estábamos estudiando.SE2 304.3
Luego el Espíritu de Dios descendía sobre mí y yo era arrebatada en una visión, y se me mostraba el significado de los pasajes que habíamos estado estudiando y la actitud que debíamos asumir. Se trazó claramente delante de mí toda una trayectoria de verdad que se extendía desde aquel momento hasta que entremos en la ciudad de Dios, y yo compartí con mis hermanos y hermanas la instrucción que Dios me había dado. Ellos sabían que yo no había podido entender aquellos temas, por lo que estuvieron dispuestos a aceptar las revelaciones que se me dieron como una luz que venía directamente del cielo.SE2 304.4
Durante aproximadamente dos años continué actuando de esa manera. Mientras oraba, las preciosas promesas y las palabras de instrucción presentadas en las Escrituras me eran abiertas y el significado de aquellas palabras se me aclaraba. Sabía que mi mente había sido abierta por el Señor. Desde aquel momento las Escrituras han sido un libro abierto para mí. Puedo entender lo que leo. Dios logró su objetivo gracias a mi experiencia, y desde entonces nuestro pueblo ha disfrutado y apoyado las posiciones que se tomaron en aquellos momentos.SE2 305.1
Alumnos, a ustedes no les sucede lo mismo que me sucedió a mí. Dios tenía una obra especial para mí, por tanto tuve que pasar por la humillante experiencia de que, estando convencida de que teníamos la verdad, no podía entenderla ni explicarla. Ustedes, en cambio, tienen la posibilidad de adquirir el conocimiento de la Palabra sin tener que pasar por todo ello.SE2 305.2
En Australia, muchos de nuestros jóvenes no han tenido las oportunidades de las que disfrutan la mayor parte de los jóvenes en Estados Unidos. Allá nuestros hermanos y hermanas aceptaron el mensaje hace relativamente poco tiempo, y, al no haber sido instruidos en el mensaje en su juventud, han tenido que aprenderlo todo.SE2 305.3
Mientras estábamos viviendo en Cooranbong, donde se encuentra el Colegio de Avondale, surgió la cuestión de las diversiones. «¿Qué podemos hacer para que nuestros alumnos se entretengan?”, preguntaban los maestros. Discutimos este asunto y seguidamente nos presentamos ante los alumnos para decirles: «Queridos amigos: Podemos ocupar nuestras mentes con provecho, sin necesidad de descubrir formas de divertimos. En lugar de emplear nuestro tiempo jugando lo mismo que muchos estudiantes, esforcémonos con el fin de hacer algo por el Maestro. Hemos decidido que lo mejor que ustedes pueden hacer es dedicarse a la obra misionera en la vecindad. Cuando estén escuchando una prédica tomen notas, y anoten los textos que utiliza el predicador, de forma que ustedes mismos puedan analizar el tema cuidadosamente. Así podrán prepararse para presentar un resumen de la predicación como una lectura bíblica para los que no asisten a nuestras reuniones».SE2 305.4
Los alumnos decidieron que aceptarían nuestra sugerencia. Celebraban reuniones en las noches para estudiar las Escrituras. Se ayudaban mutuamente y como resultado de ese estudio de la Biblia, un buen número de alumnos se convirtió a la verdad. El esfuerzo fue bueno no tan solo para ellos, sino para todos aquellos por quienes traba-jaron en la vecindad.SE2 306.1
A los que salieron se les pidió que nos informaran de cualquier caso de enfermedad que encontraran. A los que tenían algún conocimiento respecto a cómo atender a los enfermos se los estimuló a utilizar sus conocimientos en forma práctica, ayudando a quienes lo necesitaban. Les dije que trabajar por el Maestro era lo mismo que participar en el entretenimiento más cristiano de todos.SE2 306.2
Se suscitó la cuestión del trabajo en domingo. Nos temíamos que pronto se nos iban a apretar tanto las clavijas que no podríamos trabajar los domingos. Nuestro colegio está situado en el campo, lejos de un pueblo y de una estación de ferrocarril. Nadie vivía lo suficiente cerca como para que alguien pudiera verse incomodado por nuestras actividades; y a pesar de ello nos observaban. Pidieron a los funcionarios del gobierno que vinieran a inspeccionar nuestra institución, y vinieron. Si hubieran querido multamos, habrían encontrado muchas deficiencias; pero parece que no vieron a los que estaban trabajando. Tenían mucha confianza en nosotros como grupo, y un gran respeto por nosotros, gracias a la obra que se había llevado a cabo en la comunidad, al punto que creyeron se podía confiar en nosotros en todo.SE2 306.3
Muchos reconocían que la comunidad entera había sido transformada desde que estábamos allí. Una mujer que no era creyente, pero que prácticamente había aceptado la verdad antes de que un clérigo le llenara la mente de prejuicios en contra nuestra, me dijo: «Usted no me creerá si le digo la transformación que se ha producido en esta comunidad como resultado de la llegada de ustedes, del estable-cimiento del colegio y de la presentación de charlas».SE2 306.4
Por tanto, cuando nuestros hermanos sintieron la amenaza de la persecución, y comenzaron a preocuparse por cómo reaccionar, se les dio el mismo consejo que se brindó respecto a la pregunta que tenía que ver con los juegos. Dije: «Utilicen el domingo para hacer obra misionera para Dios. Maestros, acompañen a sus alumnos. Vayan con ellos a las zonas de población dispersa, donde las viviendas en muchos casos se encuentran a una o dos millas unas de otras, y visiten a la gente en sus hogares. Que vean que ustedes están interesados en la salvación de sus almas». Así lo hicieron y como resultado fueron grandemente bendecidos, pudiendo asimismo ayudar a los demás. La bendición de Dios los acompañó mientras escudriñaban las Escrituras con diligencia con el fin de aprender a presentar las verdades de la Palabra, de modo que pudieran ser recibidas favorablemente.SE2 306.5
En las Escrituras leemos que Dios le ha encomendado una misión a todo ser humano. ¿Qué significa eso? Pues que todos tenemos un deber que cumplir. A todo el mundo no le corresponde la misma tarea, pero todos tenemos que realizar nuestra parte en la obra de Dios.SE2 307.1
¿Por qué tenemos a un Mateo, a un Marcos, a un Lucas, a un Juan, a un Pablo y a todos los demás escritores que han presentado su testimonio relacionado a la vida del Salvador durante su ministerio terrenal? Por qué ninguno de los discípulos escribió un registro completo, presentándonos de esa forma un relato coherente de la vida y la obra de Jesús? Los Evangelios difieren. Un escritor señala algunos puntos que otro pasa por alto. Si esos conceptos son esenciales, ¿por qué todos esos escritores no los mencionan? Es debido a que las mentes humanas son diferentes y no comprenden todo exactamente en la misma forma. Algunas verdades bíblicas apelan en forma más relevante a determinadas personas que a otras; para algunos, algunos conceptos parecen ser mucho más importantes que otros. Los mismos principios se aplican a los oradores. Algunos predicadores se detienen en temas que otros pasarían por alto rápidamente, o quizá no los mencionarían del todo. De esa forma la verdad es presentada más claramente por varios, que por uno solo. En los Evangelios los acontecimientos se unen en un todo armonioso.SE2 307.2
Dios quiere que actuemos con nuestra mente dirigida por él, y no dirigida por otra mente humana. Ante Dios hemos de salvaguardar nuestra individualidad como algo sagrado, no dependiendo nuestros pensamientos en ningún ser humano; sino de ser humano, sino en Cristo Jesús. Somos miembros de la familia real, hijos del rey celestial.SE2 307.3
Queridos alumnos, mientras permanezcan en esta institución, ocúpense en crecer intelectualmente. Reconozcan que tienen el privilegio de actuar para que sus cerebros se desarrollen y fortalezcan a diario. Si se consagran a Dios sus ideas se se irán configurando bajo la dirección del Espíritu Santo. Así que no permitan que las trivialidades interfieran la obra del Espíritu. Concéntrense en lo que estén haciendo. Oren, oren a Dios y él abrirá su entendimiento.SE2 307.4