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Sermones Escogidos Tomo 2

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    13—La importancia de que toda la familia guarde el sábado

    (Basado en Deuteronomio 6: 1-3; Isaías 58: 3-13)

    «ESTOS, PUES, SON los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová, vuestro Dios, mandó que os enseñara, para que los pongáis por obra en la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión, a fin de que temas a Jehová, tu Dios, guardando todos los estatutos y mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que se prolonguen tus días. Oye, pues, Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel» (Deut. 6: 1-3).SE2 133.1

    Aquí hay una promesa relacionada con guardar los mandamientos de Dios y con enseñarlos a nuestros hijos. ¿Qué significa eso? Dios le hace esa promesa a todo aquelSE2 133.2

    _______________

    Sermón presentado en Parramatta, Nueva Gales del Sur, Australia, domingo 3 de mayo de 1894. Manuscrito 26, 1894. que obedece de corazón sus mandamientos, a todo el que transita por sendas de obediencia. Los seres celestiales están listos a cooperar con ellos. «¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?». El Señor ha declarado que debes guardar «todos los estatutos y mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que se prolonguen tus días». De otra forma, ¿cómo podrán las bendiciones y el cuidado protector de Dios recaer sobre nosotros?

    El enemigo se preocupa por sus posesiones, reclama que la raza humana ha violado los mandamientos y dice: «Déjenme ejercer mi poder sobre ellos”. Sin embargo Dios puede proteger a su pueblo que le obedece. Si ustedes son desobedientes es importante que ustedes reconsideren su situación. Hay cierta importancia relacionada a obedecer los mandamientos de Dios. «Oye, pues, Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová, el Dios de tus padres. Oye, Israel: Jehová, nuestro Dios, Jehová uno es. Amarás a Jehová, tu Dios» —¿Con las dos terceras partes de tu corazón, o con la mitad de tu corazón? ¿Con una cuarta parte?...— «de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas».SE2 134.1

    ¿Quién dio esas instrucciones? El invisible Líder que está arropado con una envolvente nube. Padres y madres, escuchen, por favor, atentamente y con corazones bien dispuestos: «Se las repetirás a tus hijos, y les hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino, al acostarte y cuando te levantes. Las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas” (Deut. 6: 7-9).SE2 134.2

    Fíjense muy bien en esas instrucciones. Padres, madres, pregúntense: ¿Están ustedes en la teoría y en la práctica implementando los requerimientos de la Palabra de Dios? ¿Sentimos la necesidad de entregar nuestros sentimientos a Dios? ¿Quiénes están observando la palabra y obedeciendo los mandamientos que él ha estipulado? Las palabras de Dios son valor perdurable. No podemos permitimos el lujo de ser negligentes. Si los padres creen en la santidad de la verdad, ¿no van a educar a sus hijos en los principios correctos? Abraham instruyó a su familia.SE2 134.3

    Para los desobedientes hay severas consecuencias, no hay promesas, no hay bendiciones; sino admoniciones del Señor. Dios no puede llevarlos a su reino ni a la ciudad de nuestro Dios porque propiciarían una segunda rebelión en el cielo. Cada uno por sí mismo tiene seguir las instrucciones que Dios nos ha dado.SE2 134.4

    Mientras hablaba con mi hermana camal, casada con un pastor metodista, respecto a los requerimientos de la Palabra de Dios, ella me dijo que guardaría el sábado si todo el mundo lo hiciera. El deber de guardar el sábado es claramente expuesto ante nosotros ya que Dios no nos dice: «Si resulta conveniente». Los padres saben que es un deber sagrado aplicar esos principios en su hogar. Si los padres esperan criar a sus hijos correctamente no pueden consentirlos. Deben crecer con la dignidad que Cristo le concede a todo ser humano. Dios aprecia tanto a cada alma que «ha dado a su Hijo unigénito para que todo el que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.SE2 135.1

    Así que el Hijo vino a nuestro mundo para practicar el desprendimiento, y aunque su pueblo no lo recibió él sigue siendo el infinito Hijo de Dios. Él se esforzaba por elevar a la raza humana. ¿En qué medida valor Dios a un ser humano? Yo les señalo el Calvario. Mi Señor sufrió la muerte más ignominiosa de todas con el fin de rescatarte, sin embargo no te obliga a que lo sirvas. Él no violenta la voluntad o la conciencia de nadie. Dios ha entregado a Jesús a nuestro mundo y desea que escudriñemos las Escrituras. Él puede derramar su Espíritu Santo sobre nosotros y dice: «Siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia», para que caminemos de la mano con Jesús, para que lo amemos y lo glorifiquemos. Su amor es incomparable. Nada se puede comparar a ese amor. Él era uno con el Padre y sufrió al morir por nosotros.SE2 135.2

    Cristo en Dios y Dios en Cristo. Todo eso para rescatar a hombres y mujeres y conducirlos de un estado pecaminoso, de la desobediencia y la transgresión al favor de Dios. El hombre con Cristo y Cristo con Dios; la vida y la obediencia estaban «escondidos” con Cristo en Dios, para que cuando él, que es nuestra vida, se manifieste, podamos manifestamos con él en gloria.SE2 135.3

    Las familias bien ordenadas y disciplinadas son un ejemplo que Dios le brinda a nuestro mundo. Ustedes desean tener una casa bien ordenada. Dios desea que la luz de su amor esté sobre ustedes. Él desea que sus servidores busquen a los descuidados: a la herencia comprada mediante su propia sangre. Los hijos son propiedad de Dios y están a nuestro cuidado. No es un asunto liviano saber cómo hemos de tratar con el inicio de Dios, teniendo la sabiduría que es de lo alto, para que al fin de todo podamos decir: «Señor aquí están los hijos que pusiste a mi cuidado”.SE2 135.4

    ¿A qué se dedican ustedes? ¿Están nublando su entendimiento mediante el uso de narcóticos, tabaco, vino y licor? Les advierto contra todo eso, pues Dios quiere que se alejen de ello. Ustedes deben dar un buen ejemplo a sus hijos. Fue el pecado lo que causó la agonía del hijo del Dios infinito, haciendo recaer la ira de Dios sobre su espíritu. ¿Qué rasgos hereditarios han recibido ustedes? ¿Los han obtenido de Abel, de Noé y de Abraham? Dios dice de Abraham: «Yo sé que mandará a sus hijos, y a su casa después de sí”.SE2 136.1

    Ustedes deben instruir a sus hijos no tan solo para la vida presente, sino también para el futuro, para la vida inmortal. Ustedes por su parte también necesitan aferrarse a Dios. Él preguntará en el juicio: «¿Qué han hecho con mi posesión?». Hay un juicio futuro y todos serán juzgados de acuerdo a la obras que hayan realizado. Dios sabe que no podemos limpiar nuestra alma de pecados; él sabe que no hay poder en nosotros.SE2 136.2

    Tan pronto como Abraham plantaba su tienda, levantaba un altar donde ofrecía sacrificios a Dios en la mañana y en la tarde. En la actualidad Dios desea que ustedes le ofrezcan sus peticiones en la mañana y la tarde. ¿Son ustedes débiles moralmente? El hombre, al participar de la naturaleza divina ¿podrá vencer eso? La corrupción del mundo entra por la lujuria. Ese hombre puede ser justo en todo y enseñar a sus hijos a que sean justos, manteniéndose ocupados; utilizando las manos que Dios les ha dado para que no permanezcan ociosas. Él desea que todos pongan a trabajar los talentos dados por el cielo, esperando, velando, orando y trabajando.SE2 136.3

    «La noche viene cuando nadie puede obrar». Nadie sabe en qué momento sus manos le serán cruzados sobre el pecho hasta el día de la resurrección. Nadie sabe en que momento será llamado. Cada día hemos de empeñamos en una progresiva obra de santificación. Esa es una labor de toda la vida. En la actualidad debemos cosechar los frutos del Espíritu de Cristo en nuestro propio carácter. Sus bendiciones son como el amanecer: Conforme vayan conociendo al Señor iremos entendiendo cada vez mejor la luz que a cada cual nos ha sido entregada.SE2 136.4

    ¿Por qué no honran al Creador de los cielos y la tierra, obedeciendo el cuarto mandamiento? ¿Por qué no concluimos el viernes, antes de la llegada del sábado, todos nuestras labores antes de la puesta del sol? Preparando nuestras lecciones la Escuela Sabática desde el mismo principio de cada semana. Abraham adoró al Señor y dondequiera que iba edificaba un altar que era un testimonio vivo, de modo que incluso los viajeros cananeos lo reconocían. Que cada uno edifique su altar. Los hijos deberían orar pidiendo la protección de los ángeles durante la noche. Cuando llegue el próximo sábado, ¿qué harán ustedes padres y madres?SE2 136.5

    Cuando mis hijos eran pequeños teníamos una numerosa familia de hijos adoptivos. Poníamos a un lado nuestro trabajo antes de la puesta del sol. Los niños recibían el sábado como algo de gran gozo. Decían: «Ahora papá y mamá nos dedicarán una parte de su tiempo». Quizá los llevábamos a caminar. Tomábamos la Biblia y algún material religioso para leerles, explicándoles las Escrituras. Continuábamos orando para que conocieran la verdad de la Palabra de Dios. No quedábamos en la cama los sábados en la mañana porque era el día de reposo. Hacíamos nuestros preparativos el día anterior de modo que podíamos ir al culto sin nervios ni prisas. No nos íbamos a andar para disfrutar de momentos de asueto. Queríamos que nuestros hijos gozaran de los privilegios y bendiciones del día de reposo santificado por Dios.SE2 137.1

    Les voy a leer lo que Dios desea que tengamos bien presente. Veamos la obra que debe ser realizada y en la que debemos empeñamos. Creo que es pecado permanecer ociosos. Si no me hubiera percatado de las carencias de la causa de Dios, no tendría que estar trabajando sin descanso. Me esfuerzo siempre por elevar cada vez más las normas. Debemos amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos. Deberíamos trabajar con la mano derecha y con la izquierda con el fin de ayudar a aquellos que están en necesidad. Cristo nos dice que debemos ayudar a nuestro hermano que está en dificultades. Si nos cruzamos de brazos y somos como mariposas, no podremos hacer el bien en este mundo. Ojalá se den ustedes cuenta de la importancia de que debemos vivir para agradar a alguien. Tan pronto como veamos las necesidades de los que nos rodean deberíamos reaccionar y ayudarlos.SE2 137.2

    «Dicen: “¿Por qué ayunamos y no hiciste caso, humillamos nuestras almas y no te diste por entendido?” He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio interés y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como lo hacéis hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es este el ayuno que yo escogí: que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como un junco y haga cama de telas ásperas y de ceniza? ¿Llamaréis a esto ayuno y día agradable a Jehová? El ayuno que yo escogí, ¿no es más bien desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, dejar ir libres a los quebrantados y romper todo yugo? ¿No es que compartas tu pan con el hambriento, que a los pobres errantes albergues en casa, que cuando veas al desnudo lo cubras y que no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba y tu sanidad se dejará ver en seguida; tu justicia irá delante de ti y la gloria de Jehová será tu retaguardia” [Isa. 58: 3-8].SE2 137.3

    Jesucristo es nuestra justicia. Con cada paso que Cristo da y nosotros imitamos, la gloria de Dios es nuestra recompensa. «Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás» (¿y luego qué?). «¡Heme aquí! Si quitas de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador y el hablar vanidad”, entonces habrá respuestas para tus oraciones.SE2 138.1

    No deberíamos condenar al hermano que cae en la corrupción. No debería haber condenación alguna. «Si das tu pan al hambriento y sacias al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz y tu oscuridad será como el mediodía». ¿Quieres que eso suceda? ¿Deseas que el velo del reproche sea quitado?». Depositen sus tesoros en el cielo para que cuando el Señor regrese ustedes obtengan el eterno premio de gloria.SE2 138.2

    «Jehová te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma y dará vigor a tus huesos. Serás como un huerto de riego, como un manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan”. A muchos los he escuchado hablar de lo inadecuado de sus vidas. No parecen tener preocupación alguna por aquellas almas por las que Cristo murió.SE2 138.3

    «Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado “reparador de portillos”, “restaurador de viviendas en ruinas”». ¿Quién es el que ha echado por tierra el cuarto mandamiento, y lo ha ocultado para que la humanidad se olvide de Dios? Después de crear al mundo en seis días, descansó en el séptimo. Cada árbol, arbusto y flor que Dios hizo testifica que el creó al mundo en seis días y descansó el séptimo. Él nos dice que en seis días hizo el cielo y la tierra. Pero un espía nos sigue la pista.SE2 138.4

    Si alguien es arrestado por trabajar durante el primer día mientras guarda el sábado, ¿lo oirán ustedes decir: «Ya no voy a guardar el sábado”? Ellos se alegran por el privilegio de exponer la verdad ante la gente. ¿Aceptaremos lo espurio, pisoteando lo divino? No. Si la cárcel ha de ser nuestra morada, cantaremos dentro de los muros de la misma. ¿Será peor que lo que sufrió el Rey de gloria en nuestro favor?SE2 138.5

    «Si retraes del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamas “delicia”, “santo”, “glorioso de Jehová”, y lo veneras, no andando en tus propios caminos ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras”. Lo que Dios ordena debe ser obedecido, sin tomar en cuenta las consecuencias de los requerimientos humanos.SE2 138.6

    Por eso Pablo y Silas fueron echados a la cárcel. Todo el cielo estaba al corriente. Aquellos hombres estaban cantando alabanzas a Dios. Fue algo nuevo lo que los carceleros escucharon. Estaban echados de espaldas, con sus pies en el cepo; sin embargo, entonaban una linda melodía. El ejército del cielo se acercó y con sus pisadas la tierra comenzó a temblar. El carcelero se enteró que los que estaban a cargo de la cárcel fueron ejecutados cuando Pedro escapó de la prisión. Al abrirse las puertas Pablo no le dijo al asustado carcelero que sería conveniente que se matara, sino que afirmó: «¡No te hagas ningún mal!». Luego el carcelero entra y reconoce el poder de Dios y pide perdón por su crueldad diciendo: «¿Qué debo hacer para ser salvo?». Se entrega a Dios, lava las espaldas de Pablo y Silas y los acomoda lo mejor posible.SE2 139.1

    Los magistrados deseaban que Pablo y Silas se marcharan calladamente de la cárcel; pero Pablo dice: «No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacamos”. El mismo Dios que obró a favor de Pablo y Silas está aún vivo hoy. Que Dios nos ayude a establecer su temor en nuestros hogares. Que Dios nos ayude a trazar sendas rectas para nuestros pies. Que Dios nos ayude a socorremos mutuamente y que el Dios de los ejércitos sea con nosotros y nos conceda la victoria.SE2 139.2

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