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Conducción del Niño

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    Sección 6—Lecciones de virtudes prácticas

    Capítulo 20—Utilidad

    Enseñad a los niños a ser útiles—En la escuela del hogar se les debe enseñar a los niños a cumplir con los deberes prácticos de la vida diaria. Mientras aun son jóvenes, la madre debe darles algunas tareas sencillas que hacer cada día. Necesitará más tiempo para enseñárselas que para hacerlas ella misma; pero recuerde que debe poner el fundamento de la utilidad en el edificio de su carácter. Piense que el hogar es la escuela en la que ella es la maestra principal. A ella le toca enseñar a sus hijos a cumplir rápida y hábilmente los deberes de la casa. Tan temprano en la vida como sea posible, se les debe enseñar a compartir las cargas del hogar. Desde la infancia se debería enseñar a los niños a llevar cargas siempre más pesadas, a ayudar inteligentemente en el trabajo de la familia.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 94.CN 109.1

    Desestímense los errores infantiles—Miles quedan casi sin educarse en sus propios hogares. “Produce tanta molestia—dice la madre—. Es mejor que yo misma haga estas cosas; da tanto que hacer, y eso me molesta”.CN 109.2

    ¿No recuerda la madre que ella misma tuvo que aprender esas pequeñas cosas antos de poder ser útil? Es un error rehusar enseñar a los chicos poco a poco. Mantened con vosotros a esos niños. Permitidles que hagan preguntas y respondedles con paciencia. Dadles algo que hacer a vuestros pequeños, y que tengan la felicidad que se deriva de suponer que os están ayudando.CN 109.3

    No hay que rechazar a los niños cuando están tratando de hacer bien las cosas. Si cometen errores, si ocurren accidentes y se rompen las cosas, no los culpéis. Toda su vida futura depende de la educación que les deis en sus años infantiles. Enseñadles que las facultades de su cuerpo y mente les fueron dadas para ser utilizadas en el servicio del Señor, y que todas pertenecen a él. El Señor da a algunos de estos niños una idea clara y precoz de su voluntad. Padres y maestros, comenzad pronto a enseñar a los niños a cultivar las facultades que Dios les ha dado.—Carta 104, 1897.CN 110.1

    Que los chicos compartan las cargas del hogar—Haced agradable la vida de vuestros hijos, y al mismo tiempo enseñadles a ser obedientes y útiles, cumpliendo pequeñas responsabilidades mientras vosotros lleváis las más grandes. Educadlos en hábitos de trabajo para que el enemigo no convierta su mente en taller del mal. Dad a vuestros hijos algo en que pensar, algo que hacer, para que estén capacitados para ser útiles en esta vida y en la vida futura.—Manuscrito 62, 1901.CN 110.2

    Desde sus primeros años, debería enseñárseles a compartir las cargas del hogar. Debería enseñárseles a comprender que las obligaciones son mutuas. También deberían aprender a trabajar rápida y diestramente. Esta educación será del mayor valor para ellos en los años venideros.—The Signs of the Times, 11 de diciembre de 1901.CN 110.3

    Cada miembro de la familia debería comprender cuál es la parte que se espera que realice en colaboración con los otros. Todos, comenzando con los niños de seis años, y en adelante, deberian comprender que se requiere que ellos compartan la carga de la vida.—Testimonies for the Church 2:700.CN 110.4

    Una fuente de experiencia y placer—Cuán importante es que los padres den a sus hijos la debida instrucción desde los años más tiernos. Deben enseñarles a obedecer el mandamiento que dice: “Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Y los niños, a medida que crecen en edad, han de apreciar el cuidado que les dan sus padres. Deben encontrar su mayor placer en ayudarles.—Manuscrito 129, 1903.CN 111.1

    La tarea más humilde debe estar rodeada de encanto—Si los niños aprendieran a considerar las tareas domésticas más humildes como el deber que Dios les ha señalado, como una escuela en la cual han de aprender a prestar un servicio fiel y eficiente, cuánto más placentero y honroso les resultaría su trabajo. El realizar cada deber como para el Señor da encanto a las tareas más humildes y une a los obreros terrenos con los seres santos que hacen la voluntad de Dios en el cielo. Y nosotros, en el lugar que nos ha señalado, deberíamos cumplir nuestros deberes con tanta fidelidad como lo hacen sus ángeles en su esfera superior.—The Signs of the Times, 11 de octubre de 1910.CN 111.2

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