Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents

Consejos para los Maestros

 - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Capítulo 40—La salud y la eficiencia

    La salud es una bendición inestimable, que está más íntimamente relacionada con la conciencia y la religión de lo que muchos se dan cuenta. Tiene mucho que ver con la capacidad de uno para servir, y debe ser guardada en forma tan sagrada como el carácter; porque cuanto más perfecta sea la salud, tanto más perfectos serán también nuestros esfuerzos para hacer progresar la causa de Dios y beneficiar a la humanidad.CM 280.1

    Hay, en nuestras escuelas, una obra importante que hacer en cuanto a enseñar a los jóvenes los principios de la reforma pro salud. Los maestros deben ejercer una influencia reformadora en asuntos de comer, beber y vestir, y deben estimular a sus estudiantes a practicar abnegación y dominio propio. Debe enseñárseles que todas sus facultades son de Dios; y que él tiene derecho sobre cada una de ellas; y que al abusar de su salud de cualquier manera que sea, desprecian una de las bendiciones más selectas de Dios. El Señor les da salud para que la usen en su servicio, y cuanto mayor sea su fuerza física, y más intenso su poder de resistencia, tanto más pueden hacer para el Maestro. En vez de abusar de sus facultades físicas o recargarlas, deben custodiarlas celosamente para su uso.CM 280.2

    La juventud es el tiempo en que se ha de acumular conocimiento para los ramos que puedan ponerse en práctica diaria durante toda la vida. La juventud es el tiempo en que se han de adquirir buenos hábitos, corregir los que son malos, adquirir y retener el dominio propio, acostumbrarse a ordenar los actos de la vida en armonía con la voluntad de Dios y el bienestar de los semejantes. La juventud es el tiempo de siembra que determina la cosecha de esta vida y de la vida ulterior. Los hábitos formados en la infancia y la juventud, los gustos adquiridos, el dominio propio alcanzado, habrán de determinar casi seguramente el futuro del hombre o el de la mujer.CM 280.3

    La importancia de cuidar de la salud se ha de enseñar como requerimiento bíblico. La obediencia perfecta a las órdenes de Dios exige conformidad a las leyes del ser. La ciencia de la educación incluye un conocimiento tan completo de la fisiología como se pueda obtener. Nadie puede comprender debidamente sus obligaciones hacia Dios, a menos que comprenda claramente sus obligaciones para consigo mismo como propiedad de Dios. El que permanece en ignorancia pecaminosa de las leyes de la salud y de la vida, o que viola voluntariamente estas leyes, peca contra Dios.CM 281.1

    El tiempo dedicado al ejercicio físico no está perdido. El alumno que estudia constantemente sus libros, y hace poco ejercicio al aire libre, se perjudica a sí mismo. Un ejercicio equilibrado de los diversos órganos y facultades del cuerpo, es esencial para el mejor funcionamiento de los mismos. Hay pérdida de fuerza física y mental cuando el cerebro está constantemente recargado mientras los otros órganos quedan inactivos. Las facultades físicas quedan privadas de su tono sano, la mente pierde su frescura y vigor, y el resultado es una excitación mórbida.CM 281.2

    A fin de que hombres y mujeres tengan mentes bien equilibradas, todas las facultades del ser deben ser puestas en uso y desarrolladas. Hay en este mundo, muchas personas más desarrolladas en un sentido que en otro, porque un juego de facultades ha sido cultivado, mientras que el otro se ha atrofiado por la inacción. La educación de muchos jóvenes fracasa porque estudian demasiado, mientras descuidan lo que pertenece a la vida práctica. Para que el equilibrio de la mente pueda conservarse, debe combinarse un juicioso sistema de trabajo físico con el trabajo mental, a fin de que haya desarrollo armonioso de todas las facultades.CM 281.3

    Los estudiantes deben tener algún trabajo manual que hacer, y no les perjudicará si al hacerlo llegan a cansarse. ¿No os parece que Cristo se cansaba? A la verdad que sí. El cansancio no perjudica a nadie. Tan sólo hace más dulce el descanso. No puede repetirse demasiado la lección de que la educación será de poco valor, sin fuerza física con que usarla. Cuando los alumnos dejen el colegio, debieran tener mejor salud y mejor comprensión de las leyes de la vida que cuando entraron en él.CM 282.1

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents