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Consejos Sobre la Salud

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    Coma lentamente

    A fin de asegurar una digestión saludable, los alimentos deben ser comidos lentamente. Los que deseen evitar los trastornos digestivos, conscientes de su deber de mantener todas sus facultades en una condición tal que los capacite para rendir el mejor servicio a Dios, harán bien en recordar este hecho. Si su tiempo para comer es limitado, no trague la comida rápidamente, sino coma menos y mastique lentamente. El beneficio obtenido de los alimentos no depende tanto de la cantidad ingerida, como de su completa digestión; ni la gratificación del paladar depende tanto de la cantidad tragada, como del tiempo que permanece en la boca. La persona que experimenta alguna ansiedad o emoción, o se halla apresurada, haría bien en no comer hasta haberse tranquilizado, porque las facultades vitales, ya alteradas, no pueden abastecer los necesarios jugos digestivos. Muchos, cuando viajan mastican casi constantemente cualquier comestible a su alcance. Esta práctica es perniciosa. Si los viajeros comieran alimentos sencillos y nutritivos a horas regulares, no experimentarían tanto cansancio y se enfermarían menos.CSI 119.1

    La temperancia en todas las cosas es necesaria a fin de conservar la salud: temperancia en el trabajo y temperancia en la comida y la bebida. Nuestro Padre celestial nos dio la luz de la reforma de la salud a fin de protegernos contra los peligros de un apetito depravado, para que los que aman la pureza y la santidad puedan saber cómo usar con discreción todo lo bueno que Dios les ha provisto, y para que mediante el ejercicio cotidiano de la temperancia puedan ser santificados por la verdad.CSI 119.2

    En nuestros campamentos debemos tener alimentos nutritivos y saludables, preparados de manera sencilla. No debemos transformar estas ocasiones en banquetes. Si apreciamos las bendiciones de Dios, si nos alimentamos con el Pan de Vida, no nos preocuparemos por gratificar los apetitos. Pregúntese cada uno: ¿Cómo está mi alma? Cuando ésta sea nuestra preocupación, experimentaremos un anhelo tan grande por el alimento espiritual, por algo que imparta fortaleza espiritual, que no nos quejaremos si los alimentos son sencillos.CSI 119.3

    Dios requiere que el cuerpo le sea ofrecido en sacrificio vivo, no en sacrificio muerto o decadente. Las ofrendas de los hebreos debían ser sin mancha, y ¿será acaso agradable para Dios recibir un sacrificio humano lleno de enfermedad y corrupción? El nos dice que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo; y nos pide que cuidemos de este templo de tal manera que sea una habitación adecuada para su Espíritu. El apóstol Pablo nos da esta admonición: “Porque comprados sois por precio; glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios 6:20. Todos deben esmerarse por conservar el cuerpo en la mejor condición física posible, para que puedan ofrecer a Dios un servicio perfecto y llevar a cabo sus deberes tanto en el seno de la familia como en la sociedad.*[Referencia para estudio adicional: (El Ministerio de Curación, 227-239), “La alimentación y la salud”.]CSI 120.1

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