Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents

Joyas de los Testimonios 2

 - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Los méritos de Cristo son nuestra única esperanza

    Miramos al yo, como si pudiésemos salvarnos a nosotros mismos; pero Jesús murió por nosotros porque éramos impotentes para ello. En él está nuestra esperanza, nuestra justificación, nuestra justicia. No debemos abatirnos, ni temer que no tengamos Salvador, o que él no tenga para con nosotros pensamientos de misericordia. En este mismo momento está realizando su obra en nuestro favor, e instándonos a acudir a él en nuestra impotencia, y ser salvos. Le deshonramos por nuestra incredulidad. Es asombroso cómo tratamos a nuestro mejor Amigo, cuán poca confianza depositamos en Aquel que puede salvarnos hasta lo sumo, y que nos ha dado toda evidencia de su gran amor.2JT 92.2

    Hermanos míos, ¿esperáis que vuestros méritos os recomienden al favor de Dios, pensando que debéis estar libres del pecado antes de confiar en su poder para salvarnos? Si ésta es la lucha que se realiza en vuestra mente, temo que no adquiriréis fuerza, y os desanimaréis finalmente.2JT 92.3

    En el desierto, cuando el Señor permitió que las serpientes venenosas mordiesen a los israelitas rebeldes, se le indicó a Moisés que alzase una serpiente de bronce e invitase a todos los heridos a mirarla y vivir. Pero muchos no vieron ayuda en este remedio señalado por el cielo. En todo su alrededor había muertos y moribundos, y sabían que sin la ayuda divina estaban perdidos irremisiblemente; pero lamentaban sus heridas, sus dolores, su muerte segura, hasta que perdían la fuerza y sus ojos se volvían vidriosos, cuando podrían haber sido curados instantáneamente.2JT 93.1

    “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto,” así también fué alzado “el Hijo del hombre,” “para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:14, 15. Si reconocéis vuestros pecados, no dediquéis todas vuestras facultades a lamentaros por ellos; antes mirad y vivid. Jesús es vuestro único Salvador; y aunque millones de los que necesitan ser sanados rechacen la misericordia que les ofrece, nadie que confíe en sus méritos será abandonado a perecer. Aunque comprendamos nuestra condición impotente sin Cristo, no debemos desalentarnos; debemos confiar en un Salvador crucificado y resucitado. ¡Pobre alma enferma del pecado y desalentada, mira y vive! Jesús empeñó su palabra; y salvará a cuantos acudan a él.2JT 93.2

    Venid a Jesús y recibid descanso y paz. Podéis tener la bendición ahora mismo. Satanás sugiere que sois incapacitados, y que no podéis beneficiaros. Es verdad que no tenéis poder. Pero elevad a Jesús ante él diciendo: “Tengo un Salvador resucitado. En él confío, y nunca permitirá él que yo quede confundido. En su nombre triunfo. El es mi justicia y mi corona de regocijo.” Nadie sienta que su caso es desesperado; porque no es así. Tal vez os veáis pecaminosos y perdidos; pero precisamente por esto necesitáis un Salvador. Si tenéis pecados que confesar, no perdáis tiempo. Estos momentos son de oro. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.” 1 Juan 1:9. Los que tienen hambre y sed de justicia serán hartos; porque Jesús lo ha prometido. ¡Precioso Salvador! Sus brazos están abiertos para recibirnos, y su gran corazón lleno de amor aguarda para bendecirnos.2JT 93.3

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents