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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio

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    Estudiad y practicad

    392. Muchos no creen que esto [el cocinar] sea un deber, y por lo tanto no tratan de preparar debidamente los alimentos. Esto puede realizarse de una manera sencilla, saludable y fácil, sin el uso de grasa de cerdo, mantequilla o carne. La habilidad tiene que unirse con la sencillez. Para hacerlo, las mujeres deben leer, y luego tratar de poner en práctica con paciencia lo que han leído. Muchos están sufriendo porque ellas no se toman el trabajo de hacerlo. Digo a las tales: Es tiempo de que despierten sus dormidas energías y lean. Aprendan a cocinar con sencillez, y sin embargo de manera tal que los alimentos sean muy sabrosos y saludables.CRA 306.1

    Debido a que es erróneo cocinar solamente para agradar al gusto, o para conformar al apetito, nadie debe albergar la idea de que un régimen empobrecido es adecuado. Muchos están debilitados a consecuencia de la enfermedad, y necesitan un régimen nutritivo, rico y compuesto de alimentos bien cocinados...—Testimonies for the Church 1:681-685 (1868).CRA 306.2

    Una rama importante de la educación

    Constituye un deber religioso para los que cocinan aprender a preparar alimento saludable de diferentes maneras, de tal suerte que sea consumido con placer. Las madres deben enseñar a sus hijas cómo cocinar. ¿Qué rama de la educación de una joven puede ser tan importante como ésta? El comer tiene que ver con la vida. El alimento insuficiente, empobrecido y mal cocinado está constantemente corrompiendo la corriente sanguínea, al debilitar los órganos productores de sangre. Es muy esencial que el arte culinario sea considerado una de las ramas más importantes de la educación. Hay solamente pocas buenas cocineras. Las jóvenes consideran que es descender a un trabajo servil el ser cocinera. Este no es el caso. Ellas no tienen el debido concepto sobre el tema ni lo ven desde el punto de vista apropiado. El conocimiento de cómo preparar alimento saludable, especialmente pan, no es una ciencia inferior...CRA 307.1

    Las madres descuidan esta rama en la educación de sus hijas. Ellas asumen la carga de cuidados y trabajos, y están agotándose, mientras la hija queda libre para conversar, para hacer crochet, o para buscar su propio placer. Este es un amor equivocado. Una bondad errada. La madre está infiriéndole a su hija un daño que frecuentemente dura por toda la vida. A la edad en que ésta debiera ser capaz de soportar algunas de las cargas de la vida, no está capacitada para hacerlo. Las tales no asumirán quehaceres y responsabilidades. Procederán en forma descuidada, rehuyendo responsabilidades, mientras la madre se halla agobiada bajo su carga de tareas, como un carruaje bajo las gavillas. La hija no quiere faltar a la bondad. Pero es descuidada y no presta atención, o de otra manera notaría la mirada cansada y percibiría la expresión de sufrimiento en el rostro de la madre, y trataría de hacer su parte, para soportar lo más pesado de la carga, y aliviar a la madre, quien debe verse libre de preocupaciones, o de otra manera, se verá postrada en un lecho de sufrimiento, y tal vez de muerte.CRA 307.2

    ¿Por qué serán las madres tan ciegas y negligentes en la educación de sus hijas? He estado afligida, al visitar diferentes familias, al ver que la madre llevaba las cargas pesadas, mientras que la hija, quien manifestaba alegría, y tenía buen grado de salud y vigor, no sentía ninguna preocupación ni responsabilidad. Cuando hay grandes reuniones, y las familias tienen muchas visitas, he visto a la madre llevar el peso de la carga, ocupándose de todos los detalles, en tanto que las hijas permanecían sentadas conversando con sus amigos, en un intercambio social. Estas cosas me han parecido tan erróneas que a duras penas he conseguido abstenerme de hablar a las jóvenes descuidadas, indicándoles que vayan a trabajar. Aliviad a vuestra madre cansada. Llevadla para que se siente en el porche, e insistid que descanse y disfrute de la asociación con sus amigos.CRA 308.1

    Pero las hijas no son las únicas personas a quienes hay que culpar. También la madre es culpable. Ella no ha enseñado pacientemente a sus hijas a cocinar. Ella sabe que a las hijas les falta conocimiento en el arte culinario, y por lo tanto no puede obtener alivio en el trabajo. Ella misma debe atender todo lo que requiere cuidado, pensamiento y atención. Las jóvenes deben ser cabalmente instruidas en la cocina. Cualesquiera sean las circunstancias que sobrevengan en su vida, esto constituye un conocimiento que pueden poner en práctica. Esta es una rama de la educación que tiene la más directa influencia sobre la vida humana, especialmente en las vidas de aquellos que nos son más queridos.CRA 308.2

    Más de una esposa y madre que no ha tenido la debida educación, y que carece de la habilidad en el arte culinario, presenta todos los días a su familia un menú pobremente preparado, el cual está destruyendo en forma permanente y segura los órganos digestivos, produciendo una calidad pobre de sangre, y con frecuencia originando ataques agudos de enfermedad inflamatoria, y causando muerte prematura...CRA 308.3

    Animad a los que aprenden

    Es un deber religioso que toda señorita y mujer cristiana aprenda sin dilación a hacer un pan bueno, dulce y liviano de harina de trigo sin cernir. Las madres deben llevar a sus hijas a la cocina consigo cuando son muy jóvenes, y enseñarles el arte de cocinar. La madre no puede esperar que sus hijas comprendan los misterios de los trabajos de la casa sin educación. Debe instruirlas con paciencia, y con amor, y debe hacer que el trabajo sea lo más agradable posible por medio de un rostro alegre y animadoras palabras de aprobación. Si fracasan una vez, dos o tres, no las censuréis. El desánimo ya está haciendo su trabajo, y tentándolas a decir: “No vale la pena; no lo puedo hacer”. Este no es el tiempo de censurar. La voluntad está debilitándose. Necesita el acicate que significan las palabras animadoras, jubilosas, llenas de esperanza, tales como: “No te preocupes por los errores que cometiste. Estás solamente aprendiendo, y puedes esperar hacer errores. Pruébalo de nuevo. Pon tu mente en lo que estás haciendo. Sé muy cuidadosa, y seguramente tendrás éxito”.CRA 309.1

    Muchas madres no se dan cuenta de la importancia de este ramo del conocimiento, y en vez de tomarse el trabajo y el cuidado de instruir a sus hijas y sobrellevar sus errores y fracasos mientras aprenden, prefieren hacerlo todo ellas mismas. Y cuando sus hijas cometen un error en sus esfuerzos, las mandan afuera mientras les dicen: “No vale la pena, tú no puedes hacer esto o lo otro. Me pones perpleja y me molestas más de lo que me ayudas”.CRA 309.2

    Así los primeros esfuerzos de quienes aprenden son refrenados, y el primer fracaso enfría de tal suerte su interés y su ardor por aprender, que temen hacer otra prueba; de manera que ellas propondrán coser, tejer, limpiar la casa, cualquier cosa menos cocinar. En esto la madre habrá cometido un grave error. Ella debió haberlas instruido pacientemente, para que las hijas, por medio de la práctica, obtuvieran una experiencia que evitara la torpeza y remediara los movimientos desmañados propios de los obreros inexpertos.CRA 309.3

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