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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio

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    La grasa y la sangre animal

    696. Como familia, estáis lejos de hallaros libres de enfermedad. Habéis usado el sebo de los animales que Dios en su Palabra prohíbe expresamente: “Estatuto perpetuo será por vuestras edades, dondequiera que habitéis, que ninguna grosura ni ninguna sangre comeréis”. Levítico 3:17. “Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. Cualquiera persona que comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su pueblo”. Levítico 7:26, 27.—Testimonies for the Church 2:61 (1868).CRA 470.4

    697. La carne se sirve despidiendo un fuerte olor a grasa, porque conviene al gusto pervertido. Tanto la sangre como la grasa de los animales son consumidas como manjares deliciosos. Pero el Señor dio instrucciones especiales de que estas cosas no debían comerse. ¿Por qué? Porque su uso produciría una corriente sanguínea enferma en el organismo humano. El no prestar atención a las instrucciones especiales del Señor ha traído una variedad de dificultades y enfermedades a los seres humanos... Si éstos introducen en su organismo lo que no puede constituir buena carne y buena sangre, deben soportar los resultados de su falta de atención a la Palabra de Dios.—Carta 102, 1896.CRA 470.5

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