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Hijos e Hijas de Dios

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    Ni en talentos ni influencias, 17 de agosto

    Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1 Pedro 4:11.HHD 238.1

    Cristo es nuestro Modelo, y los que sigan a Cristo no caminarán en tinieblas, porque no buscarán su propio placer. El propósito permanente de su vida será glorificar a Dios... Pero cuántos de aquellos a quienes se ha confiado talentos, medios e influencia, han perdido de vista el Modelo, y han seguido las normas del mundo... Hombres y mujeres que han sido bendecidos con abundancia de dinero, con mansiones y tierra, generalmente educan a sus hijos en una vida de ociosidad y complacencia egoísta. De ese modo se incapacitan para esta vida, y no se preparan para la vida futura e inmortal... La juventud de la actualidad está educada en la creencia de que el dinero es lo que hace al hombre.—The Youth’s Instructor, 18 de octubre de 1894.HHD 238.2

    ¿No nos consagraremos a Dios sin reserva? Cristo, el Rey de gloria, se dio a sí mismo en rescate por nosotros. ¿Podemos escatimarle algo? ¿Consideraremos que nuestro pobre e indigno yo es demasiado precioso, o que nuestro tiempo o nuestras propiedades son demasiado valiosas para dárselos a Jesús? No, no; el más profundo homenaje de nuestro corazón, el servicio más diestro de nuestras manos, nuestros talentos, habilidad o medios, no son sino pobres ofrendas para presentarle al que fue muerto, y nos ha “redimido para Dios con” su “sangre, de todo linaje y lengua y pueblo y nación”. Exaltad... al Hombre del Calvario. Exaltadlo delante del pueblo, y poco a poco él os exaltará hasta su trono, y os coronará de gloria, honra e inmortalidad.—The Review and Herald, 15 de marzo de 1887.HHD 238.3

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