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Hijos e Hijas de Dios

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    Benditos los vituperados, 28 de octubre

    Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Mateo 5:11.HHD 310.1

    Nadie, entre los hombres, fue calumniado más cruelmente que el Hijo del hombre. Se lo ridiculizó y escarneció a causa de su obediencia inalterable a los principios de la santa ley de Dios. Lo odiaron sin razón. Sin embargo, se mantuvo sereno delante de sus enemigos, declaró que el oprobio es parte de la heredad del cristiano y aconsejó a sus seguidores que no temiesen las flechas de la malicia ni desfalleciesen bajo la persecucion.HHD 310.2

    Aunque la calumnia puede ennegrecer el nombre, no puede manchar el carácter. Este es guardado por Dios. Mientras no consintamos en pecar, no hay poder humano o satánico que pueda dejar una mancha en el alma. El hombre cuyo corazón se apoya en Dios es, en la hora de las pruebas más aflictivas y en las circunstancias más desalentadoras, exactamente el mismo que cuando se veía en la prosperidad, cuando parecía gozar de la luz y el favor de Dios. Sus palabras, sus motivos, sus hechos, pueden ser desfigurados y falseados, pero no le importa; para él están en juego otros intereses de mayor importancia. Como Moisés, se sostiene “como viendo al Invisible”...HHD 310.3

    Cristo sabe todo lo que los hombres han entendido mal e interpretado erróneamente. Con buena razón, por aborrecidos y despreciados que se vean, sus hijos pueden esperar llenos de confianza y paciencia, porque no hay nada secreto que no se haya de manifestar, y los que honran a Dios serán honrados por él en presencia de los hombres y de los ángeles.HHD 310.4

    “Cuando por mi causa os vituperen y os persigan—dijo Jesús—, gozaos y alegraos”.—El discurso maestro de Jesucristo, 30, 31.HHD 310.5

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