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Conflicto y Valor

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    Intervalo en Arabia, 30 de noviembre

    Gálatas 1:11-18.

    Ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. Gálatas 1:17.CV 340.1

    La vida de Pablo estaba en peligro, y recibió un encargo de Dios de dejar Damasco por un tiempo. Fue a Arabia, y allí, en relativa soledad, tuvo amplia oportunidad de estar en comunión con Dios y de meditar. Deseaba estar solo con Dios, escudriñar su propio corazón, profundizar su arrepentimiento y prepararse mediante la oración y el estudio para embarcarse en una obra que le parecía demasiado grande e importante para que él la llevara a cabo. Era un apóstol, no elegido por los hombres, sino por Dios y se le había declarado claramente que su obra se realizaría entre los gentiles.CV 340.2

    Mientras estaba en Arabia no se comunicó con los apóstoles; buscó a Dios fervientemente con todo su corazón, decidiendo no descansar hasta que supiera con certeza que había sido aceptado su arrepentimiento y perdonado su gran pecado. No abandonaría el conflicto hasta que tuviera la seguridad de que Jesús estaría con él en su próximo ministerio. Llevaría por siempre consigo en el cuerpo las marcas de la gloria de Cristo, en sus ojos, que habían sido cegados por la luz celestial. También deseaba llevar constantemente consigo la seguridad de la gracia sustentadora de Cristo. Pablo entró en íntima relación con el Cielo, y Jesús tuvo comunión con él y lo estableció en su fe otorgándole su sabiduría y gracia.—The Story of Redemption, 274, 275.CV 340.3

    Todos los que están en la escuela de Dios necesitan de una hora tranquila para la meditación, a solas consigo mismos, con la naturaleza y con Dios... Necesitan, pues, experiencia personal para adquirir el conocimiento de la voluntad de Dios. Cada uno de nosotros ha de oír la voz de Dios hablar a su corazón. Cuando toda otra voz calla, y tranquilos en su presencia esperamos, el silencio del alma hace más perceptible la voz de Dios... En medio de la presurosa muchedumbre y de las intensas actividades de la vida, el que así se refrigera se verá envuelto en un ambiente de luz y paz. Recibirá nuevo caudal de fuerza física y mental. Su vida exhalará fragancia y dará prueba de un poder divino que alcanzará a los corazones de los hombres. El Ministerio de Curación, 37.*Gálatas 1-3CV 340.4

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