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La Fe por la Cual Vivo

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    Miremos arriba, 30 de agosto

    Puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y sentóse a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2.FV 250.1

    “Hace varios años, mientras viajaba desde Cristianía, Noruega, a Goteborg, Suecia, tuve la oportunidad de contemplar el crepúsculo más maravilloso que me había sido dado presenciar.... Los últimos rayos del sol poniente—oro, plata, púrpura, ámbar y carmesí—esparcían sus resplandores en el cielo adquiriendo cada vez mayor brillo y abarcando más espacio en los cielos hasta que parecía que las puertas de la ciudad de Dios se habían entreabierto y nos llegaban destellos de la gloria interior. Durante dos horas el maravilloso esplendor continuó iluminando el frío cielo boreal como un cuadro pintado por el Artista maestro sobre el lienzo cambiante de los cielos. Parecía la sonrisa de Dios sobre todos los hogares terrenales, sobre las llanuras onduladas, las escarpadas montañas y las selvas solitarias....FV 250.2

    “Parecía que los ángeles de misericordia susurraban: ‘¡Mirad arriba!, esta gloria es sólo un destello de la luz que procede del trono de Dios.... Mirad arriba y contemplad por la fe las mansiones del hogar celestial.’ ... Nunca ... puedo olvidar aquella visión de belleza y el consuelo y la paz que me proporcionó.FV 250.3

    “Como hijos de Dios, es nuestro privilegio mirar siempre arriba, manteniendo los ojos de la fe fijos en Cristo. Si lo mantenemos siempre a la vista, el resplandor de su presencia inundará las cámaras de la mente. La luz de Cristo en el templo del alma trae paz.... Su imagen se esculpirá en el corazón y se revelará en la vida diaria.”—The Youth’s Instructor, 23 de octubre de 1902.FV 250.4

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