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El Ministerio de la Bondad

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    Capítulo 13—La organización de la iglesia para la asistencia social

    El propósito de Dios al organizar la iglesia—La iglesia de Cristo en la tierra fué organizada con propósitos misioneros, y el Señor desea ver a toda la iglesia idear medios y recursos por los cuales los encumbrados y humildes, los ricos y los pobres, puedan oír el mensaje de verdad.—Testimonios Selectos 4:286.MB 110.1

    Unirse para el ejercicio de la benevolencia—Dondequiera que la verdad ha sido proclamada y la gente ha sido despertada y convertida, los creyentes inmediatamente se unieron para ejercitar la caridad. Doquiera se presentó la verdad bíblica, una obra de bien práctico tuvo su comienzo. Dondequiera que una iglesia se establece, la obra misionera se realiza para ayudar a los desvalidos y dolientes.—Testimonies for the Church 6:84, 85.MB 110.2

    Un llamado para hombres que puedan guiar—A menos que haya quienes proyecten medios para aprovechar el tiempo, la energía y la inteligencia de los miembros de iglesia, quedará sin hacer una gran obra que debiera ser hecha. No dará resultados una obra improvisada.MB 110.3

    Necesitamos hombres en la iglesia que tengan la habilidad de desarrollarse en la capacidad de organizar y enseñar trabajo práctico a hombres y mujeres jóvenes en la forma de aliviar las necesidades de la humanidad y de trabajar para la salvación de las almas de hombres, mujeres, jóvenes y niños.—Carta 12, 1892.MB 110.4

    Como una escuela de preparación—Cada iglesia debe ser escuela práctica de obreros cristianos. Sus miembros deberían aprender a dar estudios bíblicos, a dirigir y enseñar clases en las escuelas sabáticas, a auxiliar al pobre y cuidar al enfermo, y trabajar en pro de los inconversos. Debería haber escuelas de higiene, clases culinarias y para varios ramos de la obra caritativa cristiana. Debería haber no sólo enseñanza teórica, sino también trabajo práctico bajo la dirección de instructores experimentados. Abran los maestros el camino trabajando entre el pueblo, y otros, al unirse con ellos, aprenderán de su ejemplo. Un ejemplo vale más que muchos preceptos.—El Ministerio de Curación, 107, 108.MB 110.5

    Preparad a nuestros jóvenes para trabajos prácticos—El gran Maestro coopera en todos los esfuerzos que se hacen para aliviar a la doliente humanidad. Enseñad a los estudiantes a realizar una aplicación práctica de las lecciones que han recibido. Cuando ellos sean testigos de la humana desgracia y de la completa pobreza de aquellos a quienes tratan de ayudar, se conmoverán de compasión. Sus corazones se ablandarán y rendirán con los profundos y santos principios revelados en la Palabra de Dios. El gran Médico coopera con cada esfuerzo hecho en beneficio de la sufriente humanidad, para dar salud al cuerpo y luz y restauración al alma. ... Ahora debemos considerar qué puede hacerse para preparar a los estudiantes en una obra misionera práctica.—Manuscrito 70, 1898.MB 111.1

    Enseñad obra misionera práctica—Con motivo de nuestros congresos, no debemos perder de vista la posibilidad que se nos brinda de enseñar a los hermanos y hermanas a hacer trabajo misionero práctico donde viven. En muchos casos, en esas asambleas, convendrá designar a ciertos hombres escogidos para la responsabilidad de impartir enseñanza en los diferentes ramos de actividad. Enseñen algunos a los miembros a dar estudios bíblicos y a dirigir reuniones familiares. Otros pueden tener el cargo de enseñar los principios de la salud y de la temperancia, y la manera de tratar a los enfermos. Otros aún pueden trabajar en favor de la obra con nuestros periódicos y libros.—Joyas de los Testimonios 3:323, 324.MB 111.2

    Formad grupos misioneros—La formación de pequeños grupos como base del esfuerzo cristiano me ha sido presentada por Uno que no puede errar. Si hay muchos miembros de la iglesia, organícense en pequeños grupos para trabajar no sólo por los miembros de la iglesia, sino en favor de los incréduìos. Si en algún lugar hay solamente dos o tres que conocen la verdad, organícense en un grupo misionero. Mantengan íntimo su vínculo de unión, cerrando sus filas por el amor y la unidad, estimulándose unos a otros para progresar y adquiriendo cada uno valor, fortaleza y ayuda de los demás.—Ibid. 3:84.MB 112.1

    Grupos misioneros bien organizados en cada iglesia—En cada iglesia debe haber grupos misioneros bien organizados para trabajar en el vecindario de esa iglesia. Poned el yo detrás de vosotros y dejad que Cristo vaya delante como vuestra vida y poder. Dejad que esta obra penetre sin demora y la verdad será como levadura en la tierra. Cuando tales fuerzas comiencen a trabajar en todas nuestras iglesias, habrá un poder renovador, reformador y vigorizante, una reforma de enérgico poder en las iglesias, porque los miembros estarán haciendo la verdadera obra que Dios les ha dado para realizar. Haced que todas nuestras iglesias sean activas, celosas y estén llenas con el entusiasmo del Espíritu y del poder de Dios. El uso inteligente de los medios, las capacidades y las facultades, dados a vosotros por Dios, cuando son consagrados a su servicio, producirá resultados en las comunidades donde os toque trabajar. Es posible que tengáis que tener un muy pequeño comienzo en algunos lugares; pero no os descorazonéis. La obra se desarrollará mucho y vosotros realizaréis la obra de un evangelista. Considerad las maneras de trabajar de Cristo y esforzaos para obrar como él lo hizo.—The Review and Herald, 29 de septiembre de 1891.MB 112.2

    Trabajar bajo un nombre—En toda la obra que Dios hace por el hombre, quiere que éste coopere con él. A este fin invita el Señor a la iglesia a tener una piedad superior, un sentido más justo del deber, una comprensión más clara de sus obligaciones para con su Creador. Invita a sus miembros a ser un pueblo puro, santificado y trabajador. Y la obra caritativa es un medio de lograr esto, porque el Espíritu Santo se comunica con todos los que prestan servicio a Dios. ... Quiero decir: Continuad trabajando con tacto y habilidad. Despertad a vuestros compañeros para que trabajen organizados en algún grupo que lleve un nombre especial, a fin de cooperar en una acción armoniosa. Conseguid que trabajen los jóvenes de uno y otro sexo que hay en la iglesia.—Joyas de los Testimonios 2:504, 505.MB 113.1

    La juventud ha de ser organizada y disciplinada para la obra final—Hay muchas maneras en las cuales la juventud puede encontrar oportunidad para un esfuerzo útil. Al organizarse en grupos misioneros para una obra cristiana, su cooperación evidenciará una ayuda y un estímulo. ...MB 113.2

    En esta obra final del Evangelio hay un vasto campo que ha de ser ocupado; y, más que nunca antes, la obra consiste en alistar ayudantes entre la gente común. Tanto los jóvenes como los mayores, serán llamados del campo, de la viña y del taller y enviados por el Maestro para dar su mensaje. Muchos de estos pueden haber tenido muy poca oportunidad para educarse, pero Cristo ve en ellos cualidades que los capacitarán para llenar su propósito. Si ellos ponen sus corazones en el trabajo y continúan aprendiendo, él los preparará para trabajar con él.MB 113.3

    Con una preparación tal como la que ellos pueden obtener, miles y miles de jóvenes y de adultos podrían estar consagrándose a esta labor. Muchos corazones ya están respondiendo al llamado del Maestro y su número va en aumento.MB 114.1

    Todos los que se ocupan en tareas misioneras son la mano ayudadora de Dios. No hay otra forma de trabajo en la cual sea posible que la juventud reciba más grande beneficio. Ellos son colaboradores con los ángeles, o mejor dicho, son instrumentos humanos por medio de los cuales cumplen su misión los ángeles. Los ángeles hablan por medio de su voz y obran por medio de sus manos. Y los obreros humanos, cooperando con los seres celestiales, tienen el beneficio de su educación y experiencia. Como un elemento educativo, ¿qué “curso universitario” puede igualarse a éste? Con semejante ejército de obreros como el que nuestros jóvenes, debidamente preparados podrían constituir, ¡cuán pronto podría llevarse al mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y próximo a volver!—The Youth’s Instructor, 3 de marzo de 1908.MB 114.2

    Una gran obra ha de ser hecha por hombres que ahora están ociosos—No es el propósito de Dios que los ministros hagan la mayor parte de la obra de sembrar las semillas de la verdad. Debe animarse a hombres que no han sido llamados al ministerio evangélico a que trabajen para el Maestro, de acuerdo con sus diversos talentos. Centenares de hombres y mujeres que ahora están ociosos, podrían realizar una obra aceptable. Llevando la verdad a los hogares de sus vecinos y amigos, podrían hacer una gran obra para el Maestro. Dios no hace acepción de personas. El usa a los humildes y consagrados cristianos que tienen el amor de la verdad en su corazón. Apréstense los tales en el servicio para él, haciendo la obra de casa en casa. En la intimidad del hogar, tales hombres, si son humildes, discretos y piadosos, pueden hacer más para hacer frente a las verdaderas necesidades de las familias que lo que podría hacer un ministro.—The Review and Herald, 26 de agosto de 1902.MB 114.3

    La mejor ayuda que los ministros pueden proporcionar—La mejor ayuda que los ministros pueden dar a los miembros de nuestras iglesias no es presentarles sermones, sino hacer planes de trabajo para ellos. Dése a cada uno algo que haga para otros. ... Si se los pone a trabajar, los desalentados pronto se olvidarán de su desaliento; los débiles se harán fuertes; los ignorantes, inteligentes; y todos estarán preparados para presentar la verdad como es en Jesús.—Testimonies for the Church 9:82.MB 115.1

    Todo el que es añadido a las filas por la conversión ha de ser asignado a un puesto de deber. Cada uno debiera estar dispuesto a ser o hacer cualquier cosa en esta contienda.—Ibid. 7:30.MB 115.2

    Cooperen todos—Ha habido tanta predicación en nuestras iglesias, que ellas casi han dejado de apreciar el ministerio evangélico. Ha llegado el tiempo cuando este estado de cosas debiera ser cambiado. Insten los ministros individualmente a los miembros de la iglesia para que los ayuden en su obra de casa en casa llevando la verdad a un círculo más amplio. Cooperen todos con las inteligencias celestiales comunicando la verdad a otros.—The Review and Herald, 11 de junio de 1895.MB 115.3

    Todos unidos para terminar la obra—Los que tienen la supervisión espiritual de la iglesia debieran idear formas y medios mediante los cuales pueda darse una oportunidad a cada miembro de la iglesia de realizar una parte en la obra de Dios. Esto no se ha hecho en lo pasado con demasiada frecuencia. No se han trazado claramente planes ni se los ha realizado, planes por medio de los cuales podrían haberse empleado los talentos de todos en un servicio activo. Sólo hay unos pocos que comprenden cuánto se ha perdido debido a esto.MB 115.4

    Los dirigentes de la causa de Dios, como sabios generales, han de trazar planes para avanzar a lo largo de toda la línea. En sus planes han de dar un estudio especial a la obra que pueden hacer los laicos en favor de sus amigos y vecinos. La obra de Dios en esta tierra nunca puede ser terminada hasta que los hombres y mujeres que constituyen la feligresía de nuestra iglesia se alisten para trabajar y unan sus esfuerzos con los de los ministros y oficiales de la iglesia.—Testimonies for the Church 9:116, 117.MB 116.1

    Cristo puede ser representado en todas las profesiones legítimas—Debiera enseñarse a todos a trabajar. Especialmente a los que son nuevos en la fe a fin de educarlos para que lleguen a ser colaboradores con Dios. Si se descuida este deber, la obra del ministro es incompleta.MB 116.2

    Pero Dios no quiere que su pueblo se apoye con todo su peso sobre sus ministros. Como mayordomo de la gracia de Dios, cada miembro de iglesia debiera sentir una responsabilidad individual de tener vida y raíz en sí mismo. Todos los que han sido ordenados para vivir la vida de Cristo, están ordenados para trabajar por la salvación de sus prójimos. El que ama a Dios sobre todas las cosas y a su prójimo como a sí mismo, no puede descansar contento sin hacer nada.MB 116.3

    Si los profesos creyentes de la verdad vivieran la verdad, todos serían misioneros hoy día. Algunos estarían trabajando en las islas del mar; algunos en los diferentes países del mundo. Algunos estarían sirviendo a Cristo en su propia patria. No todos están llamados a ir al extranjero. Algunos pueden tener éxito en ocupaciones comerciales, y en esta obra pueden representar a Cristo. Pueden mostrar al mundo que se pueden realizar los negocios siguiendo principios de justicia, con estricta fidelidad a la verdad. Puede haber abogados cristianos, médicos cristianos, comerciantes cristianos. Cristo puede ser representado en todas las profesiones legítimas.—Manuscrito 19, 1900.MB 116.4

    El ejemplo de una iglesia fiel—La mañana del sábado 10 de noviembre de 1900, entramos en la Iglesia de San Francisco, y la encontramos completamente atestada. Al presentarme delante de la gente, pensé en el sueño y en la instrucción que me habían sido dados hacía tantos años, y me sentí muy animada. Mirando al auditorio, sentí que ciertamente podía decir: “El Señor ha cumplido su palabra”.MB 117.1

    Durante los últimos pocos años, la “colmena” *Se hace aquí referencia a una revelación de 1876, cuando las actividades de las entonces relativamente nuevas iglesias de San Francisco y Oakland fueron representadas como dos colmenas. de San Francisco ciertamente ha sido muy activa. Muchas diferentes clases de actividad misionera han sido realizadas por nuestros hermanos y hermanas allí. En ellas se han incluido las visitas a los enfermos y desvalidos, el encontrar hogares para los huérfanos y trabajo para los desocupados, prestar atención médica a los enfermos y enseñar la verdad de casa en casa, distribuyendo publicaciones y dando clases sobre la correcta manera de vivir y el cuidado de los enfermos. Ha funcionado una escuela para niños en el subsuelo del local de la calle Laguna. Durante un tiempo funcionó un hogar para obreros y un dispensario. En la calle Market, cerca de la municipalidad, había salas de tratamientos, que funcionaban como una sucursal del sanatorio de Santa Helena. Había un almacén de alimentos saludables en la misma localidad. Yendo más al centro de la ciudad, no lejos del edificio Call, funcionaba un restaurante vegetariano, que estaba abierto seis días a la semana y cerrado el sábado. A lo largo de la ribera, se hacía obra misionera para la gente de mar. En diferentes oportunidades, nuestros ministros realizaron reuniones en grandes locales de la ciudad. De esa manera, el mensaje de amonestación fué dado por muchos.—The Review and Herald, 5 de julio de 1906.MB 117.2

    La iglesia está organizada para este propósito—Alguien debe cumplir la comisión de Cristo; alguien debe proseguir la obra que él comenzó en la tierra, y a la iglesia se le ha dado este privilegio. Para este propósito ha sido organizada. ¿Por qué, entonces, no han aceptado los miembros de iglesia la responsabilidad? Hay quienes han visto este gran descuido; han visto las necesidades de muchos que sufren y están en necesidad; han reconocido en ellos a las pobres almas por las cuales Cristo dió su vida y su corazón se ha conmovido con piedad, toda su energía se ha despertado a la acción. Han emprendido la obra de organizar a los que cooperarán con ellos para llevar la verdad del Evangelio ante muchos que están ahora en el vicio y la iniquidad, para que puedan ser redimidos de una vida de disipación y pecado.—Testimonies for the Church 6:295.MB 118.1

    Los que han estado ocupados en esta obra de ayuda cristiana han estado haciendo lo que el Señor desea que se haga y él ha aceptado sus labores. Lo que se ha hecho en este ramo de trabajo es la obra con la cual todo adventista debe simpatizar de todo corazón y darle su respaldo práctico, uniéndose a ella con todo fervor.—Servicio Cristiano Eficaz, 233.MB 118.2

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