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El Ministerio de Publicaciones

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    Capítulo 30—Plan maestro espiritual para los centros de publicaciones adventistas

    Se necesitan depósitos de libros—En cada lugar importante debiera haber un depósito de publicaciones. Y una persona que realmente aprecie la verdad debiera interesarse en poner los libros en manos de todos los que deseen leer.—Testimonies for the Church 1:473.MPu 358.1

    Vi que la obra de la verdad presente debiera concitar el interés de todos. La publicación de la verdad es el plan ordenado por Dios, como medio para amonestar, reconfortar, reprochar, exhortar o convencer a todos los que reciban los mensajeros silenciosos, que no tienen voz audible. Los ángeles de Dios desempeñan una parte en la preparación de los corazones para que sean santificados por las verdades publicadas, y estén preparados para los solemnes y cercanos acontecimientos que les esperan.—Testimonies for the Church 1:590.MPu 358.2

    Evitad la exclusividad y dejad que brille la luz—Dejad que haya luz; dejad que resplandezca con rayos claros y luminosos. Que no haya duda sobre este asunto. Es indispensable que nuestras obras sobre la verdad presente se expongan al público, y que cuando sea necesario, se envíe sin demora a alguien a buscarlas a otro lugar.MPu 358.3

    Aunque la Sociedad Misionera de Folletos tiene su obra específica, no por eso debe considerarse “exclusiva”. No debe ser un reino separado ni tener una jurisdicción propia. Por la luz que Dios me ha dado, puedo decir que él desea que su pueblo aproveche cada oportunidad de diseminar la luz. Deben sembrar junto a todas las aguas. Nuestras publicaciones debieran estar representadas por nuestra sucursal en la ciudad. Debiera estar bien provista de folletos y publicaciones para uso inmediato. Muchas personas, por curiosidad, desearán saber de qué tratan esos folletos y revistas; si la sucursal los tiene en existencia, puede venderlos, y usar el dinero para promover la obra de Dios en el ramo que le corresponda. En cualquier caso, no debieran esperar para ponerse en contacto con la Sociedad Misionera Internacional de Folletos*Nombre dado a las primeras agencias de publicaciones y centros de publicaciones adventistas..MPu 358.4

    Esta “exclusividad” no debiera manifestarse en la obra, porque no ha sido inspirada por Dios. En cualquier parte donde podamos promover la verdad, dondequiera que podamos iluminar las mentes con respecto a nuestras publicaciones, debiéramos hacerlo...MPu 359.1

    La “exclusividad” no debiera obstaculizar la verdad de Dios. No se está haciendo ni la mitad de lo que debiera hacerse...MPu 359.2

    Recordad que no debieran existir celos en relación con la promoción de la verdad. Si se mantiene esta actitud, sus planes, si no los descarta, producirán un egoísmo de grandes proporciones... La noche está muy avanzada. Pero cuando sea pleno día, usted podrá discernir más plenamente su descuido de la obra que el Señor ha encomendado que se lleve a cabo por sus instrumentos humanos, como resultado de su “exclusividad”.MPu 359.3

    Elimine esta exclusividad en cualquier parte donde se encuentre. La luz que Dios ha dado es para el mundo. No debe taparse con una caja ni ocultarse debajo de la cama...MPu 359.4

    La gran apostasía ya está obrando hasta cierto punto y producirá tinieblas tan profundas como la medianoche, impenetrables como saco de pelo de camello. Este es el tiempo cuando debemos emplear cualquier método que pueda crearse para descubrir y contrarrestar la levadura del error. Hagamos brillar la luz. Debiera haber cien portaluces en nuestro mundo cuando ahora hay uno solo. Las tinieblas se intensificarán en las mentes después que la verdad penetró en ellas y haya sido rechazada. Pero hay algunas mentes en las que las tinieblas serán quitadas. Ellos reconocen la luz...MPu 359.5

    La noche de prueba casi ha concluido. Satanás está introduciendo su poder magistral porque sabe que tiene poco tiempo. El castigo de Dios está en el mundo para instar a todos los que conocen la verdad a ocultarse en la hendidura de la Roca y a contemplar la gloria de Dios. Ahora no se debe amortiguar la verdad. Hay que hacer declaraciones claras e irrefutables. En las revistas y los folletos hay que presentar la verdad sin disimulo, y éstos deben distribuirse como las hojas de otoño.—Carta 31, 1897.MPu 360.1

    Centros de publicaciones fuera de los Estados Unidos—Debéis trabajar aquí tal como lo hicimos en los Estados Unidos; tened vuestras sociedades de publicaciones y otras facilidades, y aunque algunas veces parezca que las publicaciones no producen mucho en ciertos lugares, de todos modos debéis continuar avanzando. En los Estados Unidos pasamos por esta misma experiencia; pero seguimos enviando esas publicaciones a diferentes clases de personas, y transcurrió algún tiempo antes de que pudiésemos apreciar cierta medida de progreso.MPu 360.2

    Se me ha mostrado que hay que imprimir un molde diferente a la obra aquí en estos reinos, y debe haber poder del Dios del cielo para inspiraros a trabajar en una forma diferente; y aunque los Hnos. Matteson y Olsen colaborarán con nosotros en la obra, quisiera dejaros esta inquietud ahora de manera que podáis comenzar a pensar en forma diferente. Podéis hacer diez veces más de lo que pensáis que es posible hacer; pero la incredulidad os hace decir que no podéis hacer nada en este sentido o en el otro, pero vosotros podéis, hermanos.MPu 360.3

    Los hábitos y las costumbres de aquí son algo diferentes que en los Estados Unidos, pero la naturaleza humana es la misma tanto aquí como allá, y los hermanos que han aceptado la verdad de todo su corazón están dispuestos a trabajar si tan sólo se los educa en la forma como deben trabajar. Hermanos, no he dormido más de tres horas noche tras noche pensando en la obra en Europa, y me parece que a duras penas puedo contenerme cuando comprendo estas cosas.MPu 360.4

    He visto lo que Dios está dispuesto a hacer por vosotros, pero Dios obrará tan sólo de acuerdo con la fe que tengáis. Por lo tanto queremos aumentar vuestra fe, y ampliar vuestras ideas, y ojalá que el Señor haga sentir la carga de la obra a cada uno de vosotros que creéis la verdad.—El Evangelismo, 308, 309.MPu 361.1

    Peligro de actuar en forma demasiado rutinaria—Nuestros hermanos debieran tener cuidado de no tornarse rutinarios en sus planes y trabajos. Pueden gastar tiempo y dinero en preparar un conjunto de normas exactas, para que la obra deba realizarse sólo de ese modo, porque en caso contrario no se la considera bien hecha. Existe el peligro de ser demasiado meticulosos. Debiera tenerse más cuidado para evitar gastos excesivos de transportación de libros y personas. Esto ejerce mala influencia sobre la causa de Dios. Hermanos, debierais actuar con precaución, economía y juicio. Hay que hacer una gran obra, y nuestras casas editoras tienen dificultades económicas. En la casa editora de Battle Creek hay obreros que trabajan fielmente pero no reciben un pago equivalente a su labor. No se trata con justicia a estas personas. Podrían ganar el doble de lo que reciben aquí en otro trabajo, pero continúan trabajando a conciencia porque estiman que la causa de Dios necesita ayuda.MPu 361.2

    Hay una gran obra que debe realizarse en el día de preparación de Dios, en la formulación y ejecución de planes para el progreso de su causa. Nuestras publicaciones debieran circular ampliamente, porque están realizando una magnífica obra. Hay una cuantiosa obra misionera que debiera llevarse a cabo. Pero se me ha mostrado que existe el peligro de hacer el trabajo en forma demasiado rutinaria, intrincada y complicada, lo que produce menos resultados que si se la hiciera en forma más sencilla, directa y decidida. No tenemos tiempo ni recursos para mantener todas las piezas de esta maquinaria funcionando armoniosamente.—Testimonies for the Church 4:600, 601.MPu 361.3

    Dios necesita que se trabaje con vigor y sinceridad—Nuestros hermanos que son responsables de hacer planes para llevar a cabo esta parte de la obra deben recordar que mientras una cierta cantidad de educación y preparación es indispensable para trabajar con inteligencia, también existe el peligro de darle excesiva importancia a este asunto. Al obtener una educación acabada hasta en los mínimos detalles, y omitiendo principios fundamentales, nos convertimos en obreros áridos y formales. Los corazones que Dios ha preparado mediante la obra de su gracia, son idóneos para la causa.MPu 362.1

    Dios necesita que se trabaje con vigor y sinceridad. El aceptará el propósito sin egoísmo, los principios puros y elevados, y los motivos superiores y santos. Su gracia y poder obrarán con estos esfuerzos. Todos los que comprenden que la obra de Dios consiste en preparar a la gente para su venida, encontrarán en sus esfuerzos desinteresados oportunidades de hacer trabajo misionero y de distribución de folletos y revistas. Pero se corre el riesgo de gastar demasiado e insumir tiempo excesivo en hacerlo todo con tanta exactitud y minuciosidad que se descuide la intervención del corazón en el trabajo, y como resultado se obtiene sólo un régimen institucional árido.MPu 362.2

    Os digo francamente que Jesús y el poder de su gracia se han dejado fuera. Los resultados demostrarán que la forma rutinaria de trabajar ha tomado el lugar de la piedad, la humildad y la santidad de los pensamientos y la vida. Los obreros más espirituales, dedicados y humildes no encuentran lugar para situarse, de modo que se alejan. Los que son jóvenes e inexpertos aprenden los procedimientos formales y hacen el trabajo en forma rutinaria, pero sin sentir verdadero amor ni preocupación por las almas. En este tiempo solemne y terrible de grandes responsabilidades, se necesita menos preocupación con procedimientos rutinarios establecidos y más poder de la santidad.—Testimonies for the Church 4:601.MPu 362.3

    Primero lo mecánico, después lo rutinario—Hay orden en el cielo; también debe haber sistema y orden aquí en la tierra, para que la obra pueda avanzar sin confusión ni fanatismo. Nuestros hermanos han estado trabajando con este fin, pero mientras algunos de nuestros ministros están continuamente preocupados por las almas, y tratan constantemente de llevar a la gente a mayores realizaciones espirituales, los que no son tan concienzudos, ni han llevado la cruz de Cristo ni sienten el valor de las almas como éste se refleja en el Calvario, al enseñar y preparar a otras personas en el trabajo rutinario, ellos misrnos se tornan formales y carentes de poder, y como resultado no llevan al Salvador a la gente.MPu 362.4

    Satanás siempre trata de hacer que el servicio a Dios degenere hasta convertirse en un sistema formal, monótono y carente de poder para salvar almas. Mientras la energía, el esfuerzo y la eficiencia de los obreros quedan amortiguados por los esfuerzos por hacer que todo se haga en forma tan sistemática, el trabajo agotador que nuestros ministros deben hacer para mantener en movimiento esta complicada maquinaria insume tanto tiempo que se descuida la obra espiritual. Y con tantas cosas que se deben mantener en acción, esta obra requiere una cantidad tan grande de recursos que otros ramos de la obra se marchitarán y morirán por falta de atención debida.MPu 363.1

    Mientras los mensajeros silenciosos de la verdad debieran distribuirse como hojas de otoño, nuestros ministros no debieran convertir esta obra nada más que en una forma, dejando afuera la verdadera piedad. Diez obreros convertidos, bien dispuestos y sin egoísmo, pueden hacer más en el campo misionero que cien que limitan sus esfuerzos a establecer métodos y procedimientos formales, y a preservar reglas rutinarias, pero sin sentir amor profundo por las almas.—Testimonies for the Church 4:601, 602.MPu 363.2

    Hay que elevarse por encima de la condición de novicios—No hay que descuidar en ningún caso el trabajo misionero vigilante*El nombre de la organización de los testigos misioneros laicos fue la Sociedad Misionera Vigilante, con sede en Lancaster del Sur, Massachusetts., que ha hecho mucho por la salvación de la gente. El éxito de la obra de Dios depende en gran medida de esto; pero los que hacen esta obra deben ser personas espirituales, cuyas cartas manifiestan la luz y el amor de Jesús y que sienten el peso de la obra. Debieran ser hombres y mujeres de oración y con una estrecha relación con Dios. Necesitan una mente dispuesta, una voluntad santificada y un juicio sólido. Deben haber aprendido del Maestro celestial el método de más éxito para exhortar a la gente al arrepentimiento. Habrán aprendido sus lecciones en la escuela de Cristo. Harán su obra con el fin de glorificar a Dios.MPu 363.3

    Sin esta formación, todas las enseñanzas recibidas de vuestros instructores acerca de métodos y regulaciones formales, por muy completas que hayan sido las lecciones, todavía os habrá dejado como novicios en la obra. Tenéis que aprender de Cristo. Debéis negar el yo por Cristo. Debéis poner vuestro cuello en el yugo de Cristo. Debéis llevar la carga de Cristo. Debéis sentir que no os pertenecéis a vosotros mismos, sino que sois siervos de Cristo, y que hacéis una obra que él os ha ordenado, no para que recibáis alabanza, honor o gloria, sino por amor a él. Debéis entretejer en toda vuestra obra su gracia, su amor, su devoción, su celo, su incansable perseverancia, su energía indomable, para que dé testimonio a lo largo del tiempo y durante la eternidad.MPu 364.1

    La obra misionera efectuada con folletos y revistas es una buena obra. Es la obra de Dios. No debe ser rebajada por ningún motivo; pero existe el peligro constante de que sea desviada de su verdadero objetivo.—Testimonies for the Church 4:602, 603.MPu 364.2

    Orientación formalista de la obra misionera con folletos y revistas—Siento mucho temor de que no haya habido una plena comprensión de la verdadera condición de la obra misionera con folletos y revistas. Le hablo basándome en lo que Dios me mostró, y ciertamente se la ha configurado en forma tan detallada que se tornó intrincada... Debiera verla tal como es, y cómo ha sido exagerada hasta el punto de absorber otros intereses que también son importantes... Debiera verla tal como me fue presentada; se ha invertido tiempo, trabajo y dinero en su organización rutinaria, lo que la ha reducido a un sistema formal casi destituido de verdadera piedad. Hablo de cosas que conozco, que mientras se ha dedicado tiempo a esta obra, ha sido con el descuido de otra igualmente importante...MPu 364.3

    Vuestra acción organizadora y vuestros planes llevados a cabo en forma tan minuciosa y detallada para asegurar el éxito de la obra misionera con folletos y revistas, ha privado al pueblo precisamente de la ayuda que debiera haber recibido de usted.—Carta 1, 1881.MPu 365.1

    Las maquinaciones y el egoísmo echan a perder la obra—Hno. G, su caso me fue revelado en mi última visión. Vi que usted ama la verdad que profesa, pero no ha sido santificado por ella. Sus afectos están divididos entre el servicio a Dios y a las riquezas. Esta división afectiva se alza como una barrera en su desempeño como misionero de Dios. Mientras aparentemente sirve a la causa de Dios, los intereses egoístas han echado a perder su trabajo y perjudicado mucho su influencia. Dios no podía trabajar con usted porque su corazón no estaba en armonía con él.MPu 365.2

    Usted, de palabra, ha estado profundamente interesado en la verdad; pero en lo que concierne a la demostración de su fe por sus obras, ha habido una gran falla. Usted no ha representado correctamente nuestra fe. Ha perjudicado la causa de Dios por su evidente amor por las ganancias; su amor por los negocios y a discutir por insignificancias no ha sido para su beneficio personal, ni tampoco para la salud espiritual de las personas con quienes se relaciona. Usted es un hombre sagaz en los negocios, y con frecuencia comete engaños. Posee un talento especial para descubrir cuál es la parte más ventajosa de un negocio, y se preocupa más de su propia conveniencia que de la de los demás. Si un hombre hiciera trampa contra sí mismo, usted lo dejaría si eso redundara en su propio beneficio. Esto no es poner en práctica la regla de oro, que prescribe tratar a los demás en la forma como usted quisiera que ellos lo tratasen.MPu 365.3

    Mientras usted se dedicaba al trabajo misionero, al mismo tiempo ha manifestado su propensión a la intriga en sus transacciones de compra y venta. Esto constituye una combinación muy pobre. Usted debiera ser una cosa u otra. “Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él”. 1 Reyes 18:21. “Escogeos hoy a quién sirváis”. Josué 24:15. Dios no aceptará su trabajo en la obra misionera con folletos y revistas mientras usted hace maquinaciones para obtener beneficio personal. Usted corre peligro de confundir la ganancia con la santidad. El tentador le presentará incentivos halagadores para fascinarlo e inducirlo a complacer un espíritu de intriga que destruirá su espiritualidad.MPu 365.4

    El mundo, los ángeles y los hombres lo consideran un estafador, un hombre que busca su propio interés y la forma de obtener ventajas personales sin preocuparse con cuidado y a conciencia de los intereses de las personas con quienes trata. En su vida comercial hay una vena de falta de honradez que mancha el alma y limita el desarrollo de la experiencia religiosa y del crecimiento en la gracia. Usted observa con perspicaces ojos comerciales la mejor oportunidad de obtener una ganga. Esta propensión a la maquinación se ha convertido en una segunda naturaleza en usted, pero no ve ni comprende el mal en que incurre al fomentarla.MPu 366.1

    Los negocios que podría realizar honradamente, con ventaja para los demás tanto como para usted mismo, habrían sido correctos en lo que concierne al trato honorable. El Señor habría aceptado su servicio y utilizado sus capacidades, su perspicacia, para producir la salvación de las almas, si usted hubiera permitido que la verdad lo santificara. El deseo de los ojos orientado hacia las ganancias ha luchado contra el Espíritu. Los hábitos y la cultura de años han dejado su impresión deformadora sobre su carácter, y lo han estado descalificando para la obra de Dios. Usted tiene un deseo constante e intenso de negociar. Si hubiera santificado esta tendencia y la hubiera puesto al servicio de Dios, eso lo habría convertido en un obrero ferviente y perseverante para el Maestro; pero, al usarla indebidamente como lo ha hecho, ha puesto en peligro su propia alma, y además otros corren peligro de perderse a causa de su influencia.—Testimonies for the Church 4:350, 351.MPu 366.2

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