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El Ministerio Médico

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    Cuando se guía a otros a la perdición

    Los ángeles de Dios contemplan el desarrollo del carácter. Ellos pesan el valor moral. Si usted dedica sus atenciones a los que no tienen necesidad, les hace daño a esas personas y recibirá condenación en vez de recompensa. Recuerde que cuando por su conversación desciende al nivel de los caracteres frívolos, los está animando en la senda de la perdición. Sus atenciones imprudentes pueden convertirse en la ruina del alma de ellos. Usted degrada sus conceptos de lo que constituye la vida y el carácter cristianos; confunde las ideas de ellos y graba impresiones que nunca se pueden borrar. El daño que de esta forma se ocasiona a las almas que requieren ser fortalecidas, refinadas y ennoblecidas es a menudo un pecado para muerte. Ellos no pueden asociar a estos hombres con las posiciones sagradas que ocupan. Consideran a los ministros y dignatarios de la iglesia como personas que no son mejores que ellos mismos. Entonces, ¿dónde está el buen ejemplo?MM 191.2

    Dios hace una apelación a los que se dicen ser cristianos para que eleven la norma de justicia, y se purifiquen como él es puro. “Sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”. “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba,... poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia”. “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia [pues debéis andar en la luz, mientras tenéis la luz]; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.—Carta 6a, 1890.MM 192.1

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