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La Iglesia Remanente

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    Una iglesia viva

    ¿No tiene Dios una iglesia viva? El tiene una iglesia, pero es la iglesia militante, no la iglesia triunfante. Lamentamos que haya miembros defectuosos, que haya cizaña en medio del trigo. Jesús dijo: “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo: pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue... Vinieron entonces los siervos del padre de familia, y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”.IR 62.2

    En la parábola del trigo y la cizaña vemos la razón por la cual la cizaña no había de ser arrancada: para que el trigo no fuese arrancado con ella. La opinión y el juicio humanos cometerían graves errores. Pero antes que se cometa un error, y que una sola brizna de trigo sea desarraigada, el Maestro dice: “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega”; entonces los ángeles recogerán la cizaña, que será destinada a la destrucción. Aun cuando en nuestras iglesias, que aseveran creer una verdad avanzada, existen personas defectuosas y que yerran, como cizaña entre el trigo, Dios es compasivo y paciente. El reprende y amonesta a los que yerran, pero no destruye a los que aprenden con lentitud la lección que quiere enseñarles; no desarraiga la cizaña separándola del trigo. La cizaña y el trigo han de crecer juntos hasta la cosecha, cuando el trigo llega a su pleno crecimiento y desarrollo, y debido a las características que presenta cuando está maduro, será fácilmente distinguido de la cizaña.IR 63.1

    La iglesia de Cristo en la tierra será imperfecta, pero Dios no la destruye a causa de su imperfección. Ha habido—y habrá—personas llenas de celo no conforme a ciencia, que quieren purificar la iglesia y desarraigar la cizaña de en medio del trigo. Pero Cristo nos ha dado luz especial sobre como tratar con los que yerran y con los que están en la iglesia, pero no son convertidos. Ninguna resolución espasmódica, celosa y apresurada ha de ser tomada por los miembros de la iglesia, para separar de ella a los que consideran que tienen defectos de carácter. La cizaña aparecerá en medio del trigo; pero haría más daño arrancarla (a menos que sea de la manera señalada por Dios), que dejarla. Mientras el Señor trae a la iglesia a los que están verdaderamente convertidos, Satanás, al mismo tiempo, trae a ella personas que no están convertidas. Mientras Cristo siembra la buena simiente, Satanás siembra la cizaña. Hay dos influencias opuestas que se ejercen constantemente sobre los miembros de la iglesia. Una de ellas obra para la purificación de la iglesia, y la otra para la corrupción del pueblo de Dios.IR 64.1

    Jesús sabía que Judas tenía defectos de carácter, pero lo aceptó como uno de sus discípulos, y le dio los mismos privilegios y oportunidades que concedió a los otros que había escogido. Judas no tuvo excusas para seguir la mala conducta que asumió más tarde. Pudo haber llegado a ser un hacedor de la Palabra, como lo fueron con el tiempo Pedro, Santiago, Juan y los otros discípulos. Jesús impartió preciosas e instructivas lecciones, de manera que los que estaban asociados con él pudieran convertirse, y no tuvieran necesidad de aferrarse a los defectos que echaban a perder sus caracteres.—The Review and Herald, 29 de agosto a 5 de septiembre de 1893; reimpreso en Testimonios para los Ministros, 41-47.IR 65.1

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