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La Maravillosa Gracia de Dios

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    La victoria, 31 de enero

    Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 1 Corintios 15:57.MGD 39.1

    Las victorias no se obtienen por medio de ceremonias u ostentación, sino por la sencilla obediencia al General supremo, el Señor Dios del cielo. El que confía en este Dirigente no conocerá derrota.—Testimonies for the Church 6:140.MGD 39.2

    La mayor parte de las dificultades de la vida, sus cotidianas corrosivas preocupaciones, sus dolores de cabeza, sus irritaciones, son el resultado de la falta de dominio propio... El dominio propio es el mejor gobierno del mundo. Si nos revistiéramos del ornamento de un espíritu humilde y tranquilo, el noventa y nueve por ciento de las dificultades que tan terriblemente amargan la vida se podrían economizar... El hombre natural debe morir, y el nuevo hombre, Cristo Jesús, debe tomar posesión del alma, de modo que el seguidor de Jesús pueda decir con verdad: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. Gálatas 2:20.MGD 39.3

    El yo es difícil de vencer. No es fácil someter al Espíritu de Cristo la depravación humana en cada una de sus formas. Pero todos debieran sentirse impresionados con el hecho de que a menos que se obtenga esta victoria por medio de Cristo, no hay esperanza para ellos. La victoria puede ser obtenida; porque nada es imposible para Dios. Por medio de su gracia auxiliadora, todo mal carácter, toda depravación humana, pueden ser vencidos... Podéis ser vencedores si estáis dispuestos a emprender la tarea decididamente en el nombre de Cristo.—Ibid. 4:348, 349.MGD 39.4

    Las tentaciones de Satanás son ahora mayores que nunca, pues sabe que le queda poco tiempo y que muy luego cada caso será decidido para vida o para muerte. No es ahora el momento de dejarse vencer por el desaliento ni de sucumbir bajo la prueba. Debemos sobreponernos a todas nuestras aflicciones y confiar plenamente en el todopoderoso Dios de Jacob... Basta su gracia para resistir todas las pruebas, y aunque éstas sean más duras que nunca, si tenemos absoluta confianza en Dios, podremos vencer todas las tentaciones y por su gracia salir victoriosos.—Primeros Escritos, 46.MGD 39.5

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