Capítulo 24—La muerte de Cristo
Al deponer su preciosa vida, Cristo no tuvo el consuelo de sentirse fortalecido por un gozo triunfal. Su corazón estaba quebrantado por la angustia y oprimido por la tristeza. Pero no fue el dolor o el temor de la muerte lo que causó su sufrimiento. Fue el peso torturante del pecado del mundo y el sentimiento de hallarse separado del amor de su Padre. Eso quebrantó su corazón y aceleró la muerte.UE 132.1
Cristo sintió la angustia que los pecadores sentirán cuando despierten para darse cuenta de la carga de su culpa, para comprender que se han separado para siempre del gozo y de la paz del cielo.UE 132.2
Los ángeles contemplaron con asombro la agonía de la. desesperación soportada por el Hijo de Dios. Su angustia mental fue tan intensa, que apenas sintió el dolor de la cruz.UE 133.1