Capítulo 30—La ascensión triunfal
Después que Jesús desapareció de la vista de los discípulos en el Monte de los Olivos, fue recibido por una hueste angelical que, con cánticos de gozo y de triunfo, lo escoltó hacia las alturas.UE 155.1
A la entrada de la ciudad de Dios una inmensa compañía de ángeles aguardaba su llegada. Al acercarse Cristo, los ángeles que lo escoltaban, con expresiones de triunfo, se dirigieron a los que estaban junto a los portales:UE 155.2
“¡Alzad, puertas, vuestras cabezas!
¡Alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria!”UE 156.1
Los ángeles que esperaban en las puertas respondieron:UE 156.2
“¿Quién es este Rey de gloria?”UE 156.3
Dijeron esto no porque no lo supieran, sino porque querían oír la respuesta de sublime loor:UE 156.4
“¡Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla!
¡Alzad, puertas, vuestras cabezas!
¡Alzaos vosotras, puertas eternas,
y entrará el Rey de gloria!”UE 156.5
De nuevo los ángeles que esperaban preguntaron:UE 156.6
“¿Quién es este Rey de gloria?”UE 156.7
Y la escolta respondió en tono melodioso:UE 156.8
“¡Es Jehová de los ejércitos!
¡El es el Rey de gloria!” Salmos 24:7-10.UE 156.9
Entonces los portales de la ciudad de Dios fueron abiertos de par en par y la multitud angelical pasó por ellos en medio de una explosión de música arrobadora.UE 156.10